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En la frase: «Si me encuentro alguna amiga que me brinde su cariño yo le digo que la quiero…«, sin variar el sentido, la expresión: «que me brinde su cariño…»,  puede reemplazarse por:

A. que me entienda

B. que me aconseje

C. que me lo de de.

D. que me escuche.

Respuesta: C

En la frase: «muchas veces me distraigo con algunas amiguitas…», sin variar el significado, el término amiguitas puede sustituirse por:
A. confidentes.
B. compañeras de corta estatura.
C. mocitas.
D. consejeras.
Respuesta: C,  mocitas, mujeres con las que el cantautor bebe y tiene sexo.
Ahora,  ustedes  solos:
Sin variar el significado,  la expresión: «solamente yo le prestó el corazón por un ratito…«,  se puede reemplazar por:
A. yo la escucho y la aconsejo.
B. yo le explico cómo son las cosas.
C. yo le abro mi corazón.
D. yo le hago el amor, me la «como» y taluego.

Sin variar el significado,  la expresión: «… todos esos son amores pasajeros»,  puede reemplazarse por:
A. todas ellas son  mis  amigas y las aprecio.
B. todas ellas son mis amigas y les tengo afecto.
C. todas ellas me valen  huevo. Son sólo para tener sexo.
D. todas ellas son personas especiales.

 

Así mismo la expresión:  «Tú conmigo vives resentida, pero yo te alegro con mi canto…» equivale a decirle a la esposa, después de una noche de fiesta,  algo así como esto:  Yo a ti te la hago, y soy consciente de que te causo  daño, pero ¿tú crees que a mi eso me importa? Además, estoy confiado,  porque  sé que tú autoestima y tu amor propio son nulos. Basta  con que te  apechiche, y,  así hieda a guarapo,   te entone un par de versos,  para que se te pase la cólera.
Que letra tan divertida ¿no cierto?
Ya inferimos   el significado de cada término,  y de cada expresión,  en contexto, y,   cómo presumo que algunos congéneres aún no han logrado dimensionar lo «gracioso» del mensaje de la canción, los invito a que invirtamos los roles:
Imagine que a las seis de la mañana, está usted,   apreciado congénere,   moliendo  la yuca y el maíz pa los bollos y las  arepas,  y en esas ve que llega su mujer bamboleándose. Apestando   a   alcohol. Despeinada y con  el maquillaje todo  corrido. Se nota a leguas que la faena fue salvaje. Considera usted que por ningún motivo sus hijos deben ver, por enésima vez,  a  su madre en ese estado tan patético y lamentable,  y por eso les ordena que se vayan inmediatamente para el cuarto.  Acto seguido la cuestiona: ¿Dónde  estaba?, pregunta usted,  «cuando salgo de parranda mucha veces me distraigo con algunos amiguitos…»  responde ella. Lo que  en un lenguaje normal equivale a decir: Estaba de parranda,  negro, me encontré  con algunos amiguitos, y me distraje tirando con ellos. Posteriormente, ella agrega «Si me encuentro algún amiguito que me brinde su cariño yo le digo que lo quiero,  pero no es con toda el alma,  solamente yo le presto el corazón por un ratito…»  Dicho de otra forma:   Si  me encuentro con alguno de mis mozos yo le pido que me haga suya, que me dé como a violín prestado,  durante el acto – cuando me estoy viniendo-,   y a grito entero,  le digo  que lo quiero. Pero  tranquilo,  negro,  es mentira.
Usted, negro: Ah bueno negra, siquiera. Ya me estaba preocupando.
«Todos esos son amores pasajeros…»  de todas formas, negro,  tu tranquis,  porque yo con esos tipos nada que ver,  solo «cama».  «Pero yo nunca te olvido, porque nuestros corazones ya no  pueden separarse…» Tampoco  se azore,  mi negro,  que  cuando estoy en esas yo pienso mucho en sumercé. Y así  me acueste con todo el que se me pase por delante, yo con usted firme. «Y a mi casa siempre vuelvo completita…»  Y mírame negro, hip, ¿Qué me falta? Volví  completita, hip. Eso sí con un dolor como jarto en la entrepierna. «Negro no me celes tanto déjame gozar la vida…»   Negro no me joda  tanto,  déjeme gozarme y tirarme a  quien a mí se me de la gana. «Tú conmigo vives resentido, pero yo te alegro con mi canto…»  Yo sé que conmigo usted vive todo bejuco,  porque se la juego,  y vivo fornicando   con otros hombres,  y eso a usted le  duele, pero para que se  le pase le   voy a cantar… ¿Qué pasó, negro? ¿Por qué tan callado? ¿No le gustó la melodía? ¿Ta bravo? No,  pues tan tocado…..
«Pero nunca me recibas con desaire, porque así tendré que irme nuevamente…»  Ah Bueno negro, así me gusta,   alegre, porque eso sí,  le advierto,   me mira usted como rayado, o medio  me tuerce  esa  geta y por chucho lindo que me largo otra vez pa donde mis amigos a que me sigan dando Pi… Hip.

 

 

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