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Gracias a la gentileza de Editorial Planeta Colombiana S.A. hace días llegó a mis manos un ejemplar del libro Pactos y Señales, la más reciente publicación del reputado periodista e investigador español de temas paranormales J.J. Benítez.

 Se trata de una obra extensa integrada por múltiples testimonios, algunos personales del mismo autor, en los cuales los protagonistas narran sus experiencias relacionadas con eventos en los cuales verificaron, mediante señales inequívocas, la existencia de otra vida después de la vida. O, como lo dice el mismo autor “Tras muchos años de pesquisas llegué a la certeza de que el más allá existe. La vida que conocemos no es la única realidad….”

 Los pactos son los acuerdos establecidos entre dos personas para que la primera que fallezca se comunique con la otra desde el más allá –en el supuesto de que existiera una vida después de la muerte- y le expresara sin dudas que estaba ahí, que seguía “viviendo” y cómo se encontraba. El sistema de comunicación regularmente lo convenían al celebrar el pacto. En todos los casos citados en el libro quienes partieron de este mundo físico cumplieron lo prometido. Las pruebas presentadas son irrefutables y despejan cualquier inquietud relacionada con la ocurrencia de hechos coincidentes pero ajenos a lo convenido. Quedé maravillada leyendo estas historias producto de las infatigables y minuciosas investigaciones de JJ Benítez, cuya monumental obra nunca deja de sorprender a los interesados en estos temas.

 Las señales, por su parte, son esos “guiños del destino” que indican la existencia de un Ser Supremo que nos observa, protege y responde nuestras dudas e inquietudes de manera directa e inequívoca.

 Una reseña completa de la obra desbordaría el espacio y los alcances de esta entrada. Sin embargo, citaré dos historias de sumo interés relacionadas ambas con los sueños. Las traigo a colación, en primer término, porque los sueños son el tema fundamental de este blog; en segundo lugar, porque son casos documentados por una fuente de reconocida autoridad como lo es el señor Benítez.

 La primera historia es la clasificada con el número 2 y la protagoniza una mujer a quien el narrador identifica como Paqui S. Roque. Cuenta esta señora que su padre falleció el día 25 de febrero de 2002. La muerte lo sorprendió en su propia casa en momentos en que se aprestaba a salir con su esposa a hacer compras. Después de este hecho doloroso para toda la familia los hijos (cinco en total) se dedicaron a consolar a su madre cada uno por su lado. Daba la impresión que la muerte del padre había levantado un muro entre los hermanos, solo enfado y reproches existía entre todos. Esa incómoda situación generó en Paqui la necesidad de preguntarle a su padre qué sucedía con sus hermanos. Ninguno tuvo la oportunidad de despedirse de él. La respuesta le llegó en poco tiempo y en sueños. Ella siempre se veía haciendo algo cuando su padre aparecía a su lado. La miraba, le sonreía pero no decía nada. Ella preguntaba pero solo oía música, siempre la misma música. Cuando despertaba no lograba recordar qué música era la que sonaba en el sueño. Sabía que él quería decirle algo pero no daba con la clave. Después, en otro sueño, ella se vio llegando a una sala rara, sin paredes, el suelo era gris plomizo, la sensación era la de estar en el aire. En el centro de la sala estaba su padre sentado en un sillón. Al frente había otro sillón lo suficientemente retirado como para que no pudiera tocarlo. Se sentó en ese sillón, miró hacia arriba y no había techo. Se sentía en la mitad de la nada. Su padre le sonreía como siempre y ella le preguntó que qué quería decir esa música. Él seguía sonriendo mientras ella experimentaba paz y tranquilidad….entonces reconoció la música. En ese instante se despertó, se levantó y se encaminó al sitio donde guardaba su colección de discos. Fue su hija quien la ayudó a identificar el título de la canción. Era el tema de la película El rey león. El compositor es Elton John y la letra dice en algunos de sus apartes lo siguiente: “Algunos se quedan por el camino y algunos de nosotros remontamos hacia las estrellas….Hay demasiadas cosas para comprender….”

 Paqui comprendió el sentido de lo que su padre le quería decir y llamó a sus hermanos. Después de charlar solucionaron sus diferencias y esos sueños no volvieron a repetirse.

Otra historia es la clasificada con el número 27 dentro de la obra citada y se titula “Historia de un sueño”. La resumiré así: la protagonista de los hechos que se narraran a continuación se llama Rosi Rodríguez. Ella y su familia fueron entrevistados por el señor Benítez el día 16 de septiembre de 2012 y en síntesis le contaron lo que sigue.

 La madre de Rosi, de nombre Dolores García, murió el 3 de septiembre del año 2000 a la edad de sesenta y cinco años. Para Rosi fue un duro golpe que le causó un gran enfado con Dios a pesar de profesar la religión católica, apostólica y romana. Además, era catequista. Pasados casi dos meses después del fallecimiento de su madre, Rosi soñó que caminaba por una calle junto a su padre y su hermana. Ellos marchaban adelante. Se aproximaba el Día de los Difuntos y la costumbre era visitar el cementerio y arreglar la tumba. En esas, en el sueño, se presentó su madre. Rosi se detuvo pero su padre y su hermana no la vieron y continuaron caminando. La madre de Rosi se veía feliz y sonriente y le preguntó a ella a dónde iba. En el curso del diálogo que sostuvieron durante la experiencia onírica, Rosi comprendió que su madre no sabía que estaba muerta. Por eso quiso saber cómo estaba y se  lo preguntó. La señora le respondió que muy bien, que no sentía ningún dolor; estiró su falda y su hija vio que estaba muy delgada. En ese momento, en el sueño, su hermana la llamó y ahí terminó la experiencia.

 Rosi le aclaró al autor de la obra que el sueño parecía muy real, vívido y que la cara de su madre era de felicidad. Reconoció, sin embargo, que en vida la señora la había pasado muy mal porque padecía de reuma y soportó muchos dolores durante catorce años. Admitió también que después del sueño se quedó más tranquila y comprendió que su madre estaba viva, muy feliz, pero en otro lugar.

Quise traer a colación este par de historias porque su contenido concuerda totalmente con las afirmaciones que he formulado en este blog y en mi libro LOS MENSAJES DE LOS SUEÑOS cuando me he referido a los sueños con seres queridos fallecidos. No hay duda: el más allá existe, es el lugar que nos espera después de partir de este mundo denso. Allá no hay dolor y siempre podremos comunicarnos por medio de los sueños con quienes quedan de este lado.

 COLETILLA.- El próximo domingo 26 de abril, a las 5:00 p.m., firmaré ejemplares de mi libro LOS MENSAJES DE LOS SUEÑOS en el pabellón institucional de la Librería Panamericana en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, en Corferias. Los espero.

 Los invito igualmente a sintonizar el programa LunaBlu que se emite de lunes a jueves por la emisora Bluradio en el horario de 9:30 p.m. a 12:00 a.m. Ahí interpreto al aire los sueños de los oyentes. Pueden llamar durante el programa o enviar sus sueños a la cuenta de twitter @lunabluradio o al correo lunablu@bluradio.com.

El Portal de los Sueños

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