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Yo era de esos bogotanos que podían sentirse bendecidos y afortunados, porque llevaba muchos años sin ser víctima de la inseguridad en esta ciudad. Pero ya no, me volvieron a atracar. La última vez fue frente a la universidad, cuando un par de gamines se me acercaron con botellas rotas e intentaron robarme una cadena. Aunque me pusieron un vidrio roto en el cuello, finalmente no pasó a mayores y acá estoy contando la historia.

La semana pasada volví a ser víctima de la maldita inseguridad de Bogotá y me robaron el celular. Ese día salía de una reunión programada a última hora. Estaba planeada para las 5:30 pero, como suele suceder en Bogotá donde trabajamos mucho, terminó siendo de 7PM. Y no digo que trabajamos mucho porque seamos los mejores sino porque trabajamos hasta muy tarde. Como que a algunos jefes se les olvida que sus empleados tienen vida. Si usted amigo lector, es un jefe, piense en el bienestar y el tiempo propio de la gente con la que trabaja. En fin, la reunión que les digo se terminó como a las 8:30 de la noche.

Una amiga que estaba en la reunión se ofreció a acercarme a mi casa, así que me bajé en la avenida 9a con 106, tipo 9PM. Cuando estaba entrando al barrio lleno de edificios y vigilantes a lado y lado, me sentí seguro y respondí un tema pendiente con un mensaje de voz por whatsapp. No era la primera vez que lo hacía, además se supone que es un barrio seguro. Se supone. Cuando envié el mensaje y estaba guardando el celular en mi bolsillo, de la nada salieron dos tipos en moto, me encerraron contra la pared y el parrillero se bajó encañonándome con lo que parecía ser una pistola. Solo vi la punta del cañón apuntándome a la cara y escuchaba al tipo este gritándome algo que sonaba a “bájese del celular o lo mato”. En realidad el tipo no se quitó el casco así que no se le entendía muy bien lo que gritaba pero era obvio qué era lo que quería. En esos cortos 5 segundos que habían pasado me di cuenta que estaba junto a la entrada de un edificio y, no sé si por valiente o por idiota, me intenté meter por la puerta de vidrio del edificio donde veía perfectamente al vigilante que estaba al otro lado, quien solo atinó a mirarme con cara de idiota y la boca abierta. No hizo nada. No me abrió la puerta, no se levantó.

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Fuente: www.coolchanneltv.com

Es increíble cómo en esas situaciones uno siente que todo pasa en cámara lenta, porque estoy seguro que no pasaron 10 segundos mientras pasó todo lo que les dije y además pensé en que por un lado la pistola esa no parecía de verdad y los tipos se veían muy nerviosos, pero por otro lado me sentía solo y realmente desamparado porque el único que podría haber hecho algo estaba cómodamente escondido detrás de la recepción del edificio. Además yo llevaba mi computador en la maleta, que parecía que los ladrones no habían notado, bendito sea mi dios. Los ladrones tenían más afán que otra cosa, ellos parecían muy nerviosos y súmele que yo llevaba mi computador, así que me decidí a entregarles el celular sin ofrecer más resistencia. Claro, pensé en hacer mil cosas pensando en que el arma fuera falsa, pero tampoco quería quedarme a confirmarlo. ¿Qué tal de los nervios al man ese se le dispare? Pues estiré la mano y el tipo dejó caer el celular y salieron a volar varios pedazos tan pronto cayó al suelo. El tipo se agachó, recogió el celular y la batería, dejando la tapa junto a mis piés. Si yo hubiese sido Jason Bourne seguro le siento un patadón, le quito la pistola y mientras le apunto al otro con una mano, con la otra llamo a la policía con el celular armado y encendido en tres segundos. Pero no, soy ingeniero de sistemas y pues ni modos de hacer una app para denunciarlos mientras los desarmo a patadas. Además yo suspendí mis clases de Kung Fu por unas de tango. Eso sí, les bailo divinamente.

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Fuente: bogota.vive.in

El tipo se subió a la moto y se fueron disparados (afortunadamente fue lo único disparado en esta historia). Yo miré al suelo, frustrado recogí la tapa del celular -que ahora considero el souvenir de mi nuevo encuentro con la violencia bogotana- luego miré al vigilante ese como diciéndole “imbécil, cuidado hace algo por los que le pagan” y seguí mi camino a la casa pensando en lo que debería hacer para bloquear las aplicaciones de mi celular y todo eso. Acá pueden leer unos consejos que escribí en mi blog de marca personal: “Tips para proteger la información de tu celular“.

Lo más irónico es que llegando a mi casa pasaron dos policías en moto. Los llamé con la mano (porque ni modos de llamarlos con mi celularJAJAJAJAJAperdón, es la tristeza por el robo 🙁 ), les conté lo sucedido, no para que iniciaran una persecución con helicópteros y todo eso y me recuperaran el celular, sino para que estuvieran pendientes por si veían cualquier noche a dos tipos en moto y no le pasara a alguien más.

Entré a mi apartamento, pero no tengo servicio de teléfono así que no había manera de avisarle a mi mamá por ahí. Encendí mi computador, la busqué en Facebook, como no la encontré le pedí a mi prima Catalina que le avisara. Cuando hablé con ella le conté por encima y le dije que estaba bien, luego escribí un estado pidiendo que nadie me llame al celular. Le pedí el favor a mi amiga Alejandra de que llamara a bloquear la línea y me dediqué a cambiar contraseñas y cambiar permisos en las aplicaciones, redes sociales y demás (acá es donde les cuento como se hace todo eso, el mismo enlace de más arriba).


Analizando todo, pude haber evitado el robo si sencillamente no saco el celular en la calle. Yo sé, di papaya. Pero eso me lleva al pensamiento triste de que la única manera de que a uno no lo roben en la calle es no saliendo. La única manera de que no le clonen la tarjeta es no teniendo una. Para que no me dé gripa lo mejor es no interactuar con ningún otro ser humano.

¿Por qué tenemos que vivir así, con miedo? ¿Por qué no podemos hablar por celular tranquilamente en la calle y usarlo para lo que se supone que es?  ¿Por qué tampoco podemos llamar por celular en una buseta, ni siquiera en el carro sin el temor de que llegue alguien y nos rompa el vidrio del carro y salga corriendo con nuestro celular? Es que ni siquiera ponerlo en la silla del copiloto porque ahí también lo pueden ver los ladrones. Mejor dicho, no podemos hacer un carajo en esta ciudad sin temor a que llegue un desgraciado de estos a robarnos lo que conseguimos a punta de trabajo. Da mucha rabia. MUCHA.

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Fuente: www.realidadesquintanaroo.com

Cuando uno viaja al exterior nota la diferencia de una vida tranquila. La gente puede usar cadenas en sus cuellos, joyas, hablar por celular, tener reloj fino y HASTA MIRAR LA HORA sin sentir miedo. Qué culturas tan avanzadas, ¿no? Con decirles que en Dubai hay un barrio (y no es el más fino) en el que venden oro y las vitrinas están atiborradas de cadenas de por lo menos 50 millones de pesos cada una. Literalmente llenas, no les cabe una joya más. ¿Y saben cuántos policías hay? Ni uno.

Y esa es otra cosa que nos tiene jodidos como cultura: La bendita indiferencia. La vez que me robaron en la universidad y me pusieron esta botella rota en el cuello, mi novia de ese entonces empezó a gritar pidiendo ayuda y nadie, NADIE nos ayudó. Recuerdo a 3 estudiantes mirando y a un señor de corbata con un maletín en la mano quieto y con la boca abierta. Nadie hizo nada. Si cada uno hubiese hecho algo habríamos sido 7 personas contra estos dos ladronzuelos, aunque sea susto les habría dado.

Y ahora con el robo de mi celular pienso en el vigilante (o mejor dicho portero, porque no estaba vigilando nada, solo sirve para abrir y cerrar puertas… aunque tampoco abrió la puerta cuando se lo pedí), el tipejo no hizo un carajo. Supongo que el man prefería aparecer en el noticiero como el testigo estrella diciendo “siiii, claro, yo vi cuando los dos maleantes se acercaron al muchacho y luego le dispararon. Yo no sé qué vamos a hacer con tanta inseguridá”. Gracias a Dios no pasó nada grave. Y sí, tristemente llegamos al punto en que hay que agradecerle a Dios que estamos vivos y no nos han clavado un cuchillo en la calle. Justo el lunes anunciaron en noticias la muerte a cuchillo de otra persona que trató de evitar que le robaran las bicicletas a él y su esposa. Él murió en los brazos de ella. Qué tristeza.

Por supuesto desde ese día no me siento tranquilo en la calle. No camino tranquilo y vivo mirando a lado y lado por si alguien me está siguiendo. Para mí todos son potenciales ladrones y atracadores. Me siento como en The Matrix donde cualquiera puede ser un agente pero en versión criolla, es decir ladrones y con puñal en la chaqueta.

– El sistema es nuestro enemigo, Neo. Tú ves personas de negocios, profesores, abogados, mensajeros… repartidores de bombonbunes en los semáforos. Pero mientras sean parte del sistema son nuestros enemigos. Cualquiera de ellos puede ser un ladrón. Sí, incluso esa mujer de rojo.
Se voltea y ve a la de rojo atracando a otro con un puñal.
– Todos son un potencial atracador, Neo. Cualquiera de ellos. Y tenemos que desbloquear sus mentes.

Ojalá el nuevo alcalde mejore la seguridad en la ciudad y podamos estar más tranquilos. Pero también nos falta mucho como sociedad, ojalá fuéramos más unidos y menos indiferentes frente a estas situaciones. Que entre todos nos ayudemos y amedrentemos a los delincuentes. No se trata de que los encendamos a palo, sino de que sepan que somos muchos y no es tan fácil salirse con la suya. ¿Será que es posible o estaré soñando?

@OmarGamboa

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Fuente: https://www.facebook.com/ColombianEnglish/


La semana pasada les quedé debiendo publicación porque estaba en varios eventos: Los Premios Empresariales Transformación Digital, que entregamos conjuntamente con PremiosTW y Territorio creativo. Los ganadores son Apps.co (de MinTIC) y Kiwi, un grupo de emprendedores muy pilos. Como les conté en el post anterior, también estuve en el SHIFT de Mastercard, que entregó un premio de 5 mil dólares al ganador, un grupo de emprendedores de Medellín con una idea muy buena. Espero que la saquen adelante y den mucho de qué hablar. La experiencia en ambos casos fue increíble y gratificante. Estuve como Mentor en Propuesta de Valor, y es bonito poder ayudar a estos grupos que están empezando.

En ambos eventos me encontré a los muchachos de Kiwi, así que ellos son mis recomendados de la semana. Ellos lo definen como un asistente personal y funciona así: Por whatsapp o por la app de Kiwi piden lo que quieran. En serio lo que quieran. La única restricción es que sea legal. Por ejemplo, les pueden preguntar por el clima. Para elecciones uno podía preguntarle a Kiwi si estaba de jurado o en qué mesa debía votar. Pueden pedirles la compra de un tiquete aéreo, reservar un hotel en Pitalito o llevarles unos habanos a domicilio. Luego ellos le mandan a uno un enlace para pagar electrónicamente y listo. Con decirles que en México les pidieron un enano para una fiesta Y LO CONSIGUIERON.

Acá les dejo el enlace, o ingresen a www.dileakiwi.com

Como todas las semanas les comparto el podcast de #aTrinoHerido, el pasado martes hablamos de Viajes increíbles y música para viajar. Hagan clic acá.

Otro recomendado que les traigo es Colombian English, que volvió a la actividad luego de un receso y se pueden encontrar frases muy colombianas en inglés, como “Go through the little shadow” (váyase por la sombrita) o “Who’s all that from?” (¿de quién es todo eso?). Denle like en Facebook y disfruten.

No podía terminar esta entrada sin hacerle un reconocimiento a Camilo Calderón, el coordinador de blogs en El Tiempo, quien nos acompaña en esa labor hasta esta semana. Muchas gracias, Camilo. Muy buen trabajo y espero que nos crucemos caminos más adelante. [Aplausos.mp3]

Nos leemos el próximo jueves. Los dejo con la banda sonora de la semana, con la que hay que escuchar cada vez que caminamos en la calle y tenemos que esquivar ladrones. Ah, y me colaboran con la salida por favor.

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Todas las entradas, están en este enlace: https://blogs.eltiempo.com/marmotazos/ O si quieren que les llegue al correo cada vez que se publica un Marmotazo, en el botón “Seguir a este blog +” tienen la opción. ¡Así no se pierdan ni una!

Igual les recomiendo algunas entradas anteriores: “Sal con alguien valiente“, “¿Por qué seguimos solteros?“, “No seamos tan líchigos“.


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Ayudo a las personas a mejorar su perfil profesional, para vender más o hacerse más valioso en sus empresas. Trabajo construyendo Marcas Personales. Conferencista y profesor universitario. Bogotano por nacimiento, ingeniero de sistemas por educación (Universidad Nacional) y bloguero por gusto.

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50 Comentarios
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  1. Ya compre nuevo celular y quede contenta porque la funcionalidad de Samsung para sincronizar los contactos con la cuenta de google me permitió recuperar la mayoría de los que tenía, y los que me faltan pues los iré consiguiendo.

    Igual no es lo mismo cuando te roban el celular recién comprado al mío que ya tenía tres años de uso y abuso, yo pensaba seguirlo usando hasta que se dañara pero igual mirando el nuevo uno termina por reconocer que el anterior ya estaba gastadito.

    Oye lleva un gerente de proyectos en tu corazón, la única red social que tengo es linkedin y me declinaste la invitación la vez pasada, te la volví a enviar a ver si se cumple el dicho del que persevera alcanza.

  2. Recuperar la sensación de seguridad es lo más importante. Gracias a Dios estas bien. A mi por poco me roban esta mañana en la esquina de mi casa el celular… no alcanzo el ladrón a quitarmelo.
    Esperemos que todo cambie.
    Un abrazo!

  3. La situacion sera la misma no solo en bogota sino en todo el pais si la justicia no empieza realmente a operar, que los castigos a estos ladrones sea mas que 24 horas en un calabozo que en verdad sea ejemplar para que los futuros ladrones lo piensen dos veces antes de dedicarse a lo mismo.

  4. el nuevo alcalde va a hacer lo mismo que los anteriores en materia de seguridad… Nada!!! a el solo le interesan sus negocios parapetado en su pose antipolitica y meramente comercial o de intere$e$ que llaman.. de verdad nos duele nuestra ciudad… pero lo mejor es irse…

  5. Esa pregunta que te haces de por qué uno en Colombia (no es Bogotá, es Cali, Medellín, etc., etc.) no puede hacer una cosa tan simple como hablar por celular… Es increíble en unos veinte años me moriré (ateniéndome al promedio de vida) y desde que inventaron ese aparatejo no lo he podido disfrutar con tranquilidad….Qué vaina! Me compré uno de gama alta para “chicaniar” pero no hay forma, peor porque más miedo me da de sacarlo en cualquier lado…. Qué horrible es esto y lo vivimos como si fuera algo “natural” que no se pudiera cambiar.

  6. Hace un tiempo conocí a un personaje muy extraño en la séptima en Bogotá, era un joven de 25 años y era uno de esos dibujantes que se ponen sobre la acera, a este tipo lo habían robado varias veces y avisaba a la policía pero esta no podía o no quería hacer nada así que decidio un día ponerse de cazador de ladrones, cabe anotar que el chico sabía artes marciales. Resulta que un dia este chico estaba hablando conmigo en la esquina de la 7 con 19 cuando vio que un par de ladrones estaban atracando a un chico de una universidad y fue e increpo a lps ladrones y finalmente despues de una pelea el chico logro recuperar lo que le habian robado al transeunte y fue le devolvio lo robado y el el chico al que le habian robado lo que hizo fue tomar las cosas robadas y salir corriendo. A los 10 minutos el cazador de ladrones saloo detras de otros ladrones que acababan de robar en un colectivo. A lo que voy es que hay personas que no son indiferentes y otras que estan llenas de miedo.

  7. Mi novia ahora vive en rennes Francia y habla por celular a las 12 de la noche en una calle sola. Puede caminar 5 km a la 1 am y no le pasa nada. Acá en Colombia tenemos varias problemas, el más importante es de mentalidad, la trampa, el chanchullo, la vía fácil es la preferida por cualquier colombiano. La segunda es la falta de dligiencia de la ley, imagínate que detienen a un ladrón y tiene 30 reseñas y sigue libre. La falta de educación en la casa también tiene la culpa. Y si al final nada de lo anterior funciona la falta de solidaridad también se echa de menos. Hace como 7 años no me roban porque siempre desconfió hasta de mi sombra y tengo psicosis de que todos son agentes de la matrix. Ánimo Omar, aún quedamos personas que no hacemos doble fila para girar a la izquierda o que hacemos el bien si mirar a quien.

  8. Primero gracias por escribirnos y segundo que mal.

    Yo llevo años sin…..oye no en realidad nunca me han atracado y llevo 30 años viviendo en Bogotá, alguna vez me robaron la maleta en la universidad pero salieron corriendo con ella jamás me han amenazado así con un arma.

    A veces pasan cosas malas pero sigo pensando que los buenos somos mas

  9. Hola Viejo Omar, Lamentable lo que te sucedió, Gracias a Dios no te lastimaron físicamente y aún te tenemos vivo entre nosotros. Este mal es generalizado en todas las ciudades de éste país y no veo forma ni interés de nuestros gobernantes para darle solución a éste flagelo.
    Gracias nuevamente a Dios estás contando el cuento!!!!!! Un abrazo mi hermano y pa´lante que el celular se puede recuperar pero la vida no. Saludos.

  10. Me identifico mucho con vos, ya lo viví algún tiempo y debo decir que el trauma no fue temporal.
    La falta de solidaridad e incompetencia de la “gente” para defender a una victima en la calle es sinónimo de poco altruismo; es triste que los ciudadano de allí deban salir con temor a cualquier lugar, domicilio, establecimiento publico o lo que sea de Bogotá.
    Ojalá empiece pronto el nuevo año y con el pasar del tiempo las cosas mejoren, claro está, con ayuda del nuevo alcalde.

  11. No podía faltar al menos un comentario insultando así porque sí al autor de esta entrada. Era de esperarse, teniendo en cuenta el nivel de agresividad entre gran parte de la población bogotana, explicable a su vez por las condiciones brutales en que se desenvuelve su existencia (de lo cual muchas veces ni siquiera son conscientes; uno puede acostumbrarse y ver como algo natural la agresividad y la violencia). Por otra parte, lamento la situación que tuvo que vivir el bloguero; además la entiendo, puesto que hace poco fue asaltado a cuchillo en un lugar aparentemente seguro, de día, y con policías en la cuadra siguiente. Durante un tiempo uno ve todo como malo, como si no hubiera posibilidad de cambio. Esa sensación permanente de inseguridad, de que todo el entorno es hostil, tiene que manifestarse incluso de formas inconscientes entre la gente, generando un comportamiento individualista y brutal, además de una agresividad como la del comentarista que entra a este blog lleno de odio y resentimiento contra alquien que solo está contanto una experiencia (una experiencia que es cada vez más común en Bogotá).

    • Gracias por su comentario, Carlos. No hay mucho que agregarle. Soy bogotano de nacimiento pero sobretodo de corazón, amo mi ciudad y cada que pasan estas cosas más que sentir rabia hacia ella siento tristeza por lo maltratada que está. Todos maltratamos Bogotá, con actitudes, comentarios, indiferencia, y un largo etcétera. Me duele que tanta gente la menosprecie, sobretodo los que no son bogotanos de nacimiento pero viven acá y trabajan acá. Mi invitación es a que aprecien más la ciudad que les da de comer o que se vayan, simplemente. No vivan infelices y no nos hagan infelices al resto. En fin… se volvió otra editorial y no es el objetivo. Muchas gracias de nuevo, saludos.

  12. jaimecastillo0514

    Es usted no solo b0b0 sino un venido más que no solo es snob sino inconsecuente. Comencemos por comparar la enorme población de Dubai y sus salarios de miseria con los nuestros. Segundo, definitivamente debe usted sentirse orgulloso por el salto social que le significó trastearse al Norte, pero eso no lo exime de darse cuenta de que la ciudad es de TODOS y así como hay buenos y malos en Sur o el Occidente, esa misma diversidad se da en el Norte. Por último, y reconozco que especulo, dudo mucho que sea usted uno de esos personajes solidarios de ficción que usted invoca en su escrito.

    • Le respondo solamente porque tengo el hábito de responder todos los comentarios que hacen, por groseros que sean. Lo único que le digo es que claramente no me conoce, afortunadamente. No sé qué lo motive a desahogar rabias acá, no sé si toqué fibras sensibles, no sé si usted se dedique al comercio de celulares robados. Si le dolió la comparación con Dubai le puedo mencionar otras ciudades: Dallas, Miami, Kansas, París… en cualquiera de estas se puede hablar por celular sin temer por la vida. Ahora, si su justificación para ser ladrones es que nuestros salarios son pequeños, creo que el que tiene pobreza mental es usted, Jaime. Nada justifica el ser ladrones, excepto quizás su incapacidad de hacer algo productivo en la vida. Cordial saludo.

  13. Yo extraño mucho Colombia. Pero hay cosas con las que no podría volver a vivir: la paranoia permanente, el miedo eterno, vivir mirando por encima del hombro a ver quien viene detrás, caminar con la cartera agarrada a dos manos, tener ataque de gastritis cada vez que tenía que hacer alguna transacción bancaria, saltar asustada cuando alguien corría cerca de mi… A mi me atracaron varias veces. La ultima yo estaba con mi niña, una bebé y una de las personas con las que ibamos respondió a bala. Mi hija y yo quedamos en la mitad de los disparos y a este día no entiendo porque no hubo al menos un muerto. La sensación de impotencia, desamparo e inevitabilidad. No se puede vivir así, no es justo. No hay día que no quisiera volver, pero creo que cuando pueda, tampoco voy a hacerlo. No por mi. Por mi hija. Lo que me duele es saber que mis viejos, familia y amigos siguen allá, que las cosas empeoran en vez de mejorar y que lo único que uno puede hacer, es encomendarse a Dios. Abrazos Omar.

  14. manuelperez0516

    Don Omar, muy patetica, su situacion, doble patética, diria yo.
    Lo entiendo. ha sido asaltado dos veces , afortunadamente sin lamentables consecuencias, parte de su ego y su tranquilidad, que de paso sea dicho, son valiosas.
    Hace muchos años, dejé la ciudad y la patria, pero en mi infancia y juventud, los robos en la creciente ciudad, no eran cosa extraña, pero nunca hubo una reacción clara ni de la ciudadanía, ni de las autoridades, ni de los alcaldes mayores ni de los menores.
    Una de las cosas que me más me molestan al regresar a Bogotá, es la seguridad privada, tanto la física, como la humana, si ciertamente necesarias, dirá usted, de acuerdo, pero no por ello, molestas, civiles armados a lo largo de la ciudad, desde los edificios de los estratos altos (infame clasificación) hasta los bajos, donde pobres vigilantes cuidan a pobres residentes.
    Pero esta es la situación en gran parte resultado del “statu quo” nacional, de una guerra sin fin, donde la el estado pierde la capacidad de ejercer el derecho de la violencia física legítima, donde la policía deja de ser guardiana de la sociedad….para mantener “la paz y salvar la democracia…”.
    En fin don Omar, ojalá se recupere su ego de esta amarga situación que incontables ciudadanos viven a diario
    Cordial Saludo,

    • Muchas gracias, Manuel. Sí, creo que parte de la solución puede venir de nosotros los ciudadanos, sobretodo porque vemos que las autoridades no hacen mucho por solucionarlo. Guardo la esperanza que la nueva alcaldía mejore la situación. Pero independiente de eso, sí nos iría mejor si nosotros mismos apoyamos a alguien cuando vemos que lo están robando.

  15. Oye!!
    Realmente lamento lo ocurrido y si; es cierto absolutamente todo lo expuesto en tu redacción.
    Lastimosamente los que nacen pobres dedican su tiempo a quejarse por los “Bendecidos y afortunados” y robar a los que medianamente luchamos por obtener bienes con nuestras manos. La pobreza nacional es culpa de cada uno de nosotros por no tomar cartas en el asunto.
    La culpa es del político que no cumplió, pero el campesino no sabia lo que estaba promoviendo este individuo en su campaña. son tantos aspectos que acontecen a esto y lastimosamente muchos nos vemos involucrados en situaciones como esta que ponen a prueba nuestra capacidad de actuar.
    concejo: Mas atención y prevención
    lo bueno es que estas bien
    bendiciones….

  16. Omar q embarrada, le entiendo su frustración porque yo también la he sentido, pero esto no es solo en Bogotá, me ha pasado en Zipaquirá (de donde soy) y es lo mismo.. Hay que hacer algo para cambiar esta situación.

  17. Ahora suponga que está de buenas ( o de malas ) y en ese preciso momento pasan los policías; despelote, gritos, insultos, ir a poner denuncio, voletearse con los hampones y al final, un juez los deja en libertad porque no son un peligro para la sociedad o simplemente, porque un celular no vale el desgaste

  18. El sábado a las 8 de la noche salí de cine, llame a pizzería para hacer un Pedido, y camino al apto hice un alto para recogerla y seguir. Deje el auto en la bahía del centro comercial, subí a pagar y recoger, tiempo 12 minutos. Cuando salí un Logan negro, con placa terminada en 26 estaban robando las llantas de mi carro. Habían soltado los pernos de la delantera y habían aflojado los traseros. Huyeron sin el botín. Paso una motocicleta con dos policías cuando el carro iba a menos de una cuadra, les dije iban a robar mi carro. La respuesta de los policías fue: eso le pasa por dejar el carro tirado. Nada… Recoja Pernos, ajuste llantas y entre al apto a comer pizza fría y frustrada de ver la reacción policial. Me sentí en manos de los bandidos.

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