Las enfermedades mortales más grandes del mundo ahora son el nuevo campo de batalla del ‘lucro versus personas’*
Por Winnie Byanyima
Directora ejecutiva de Oxfam Internacional
En un mes, nuestros aliados y OXFAM, esperamos poder celebrar los compromisos políticos de los líderes mundiales para frenar el aumento de la incidencia y las muertes por tuberculosis (TB) y enfermedades no transmisibles (ENT).
Las negociaciones se intensifican en las dos principales declaraciones políticas de la ONU en el período previo a la reunión de los líderes mundiales en la Asamblea General anual de las Naciones Unidas (ONU) el próximo mes (septiembre).
Las vidas de millones pueden beneficiarse, sobre todo las de personas que viven en la pobreza. Es completamente alcanzable. Sin embargo, ambas declaraciones corren un grave riesgo de no proteger el acceso asequible a los medicamentos, lo que enfrenta el poder comercial de las grandes compañías farmacéuticas con el interés de la salud pública.
La primera reunión de la ONU abordará la tuberculosis. Declarada por la OMS como una emergencia mundial en 1994, la TB es ahora la principal enfermedad infecciosa mortal del mundo. La tuberculosis se ha vuelto más compleja debido a la creciente incidencia de la TB multirresistente a los medicamentos, responsable de la muerte de casi un cuarto de millón de personas en 2016.
Sin embargo, la prueba de diagnóstico para TB se inventó hace 120 años. Como diagnosticar o tratar la tuberculosis no es lo suficientemente rentable para las compañías farmacéuticas, apenas invierten en estos productos. Esto ha llevado a que los pacientes tengan que depender de medicamentos viejos. Gracias a los fondos públicos y filantrópicos se desarrolló una nueva prueba en 2008. Existen dos nuevos medicamentos disponibles, pero el precio de uno de ellos, la bedaquilina, sigue siendo elevado en países como Sudáfrica, donde la tuberculosis es una de las principales causas de muerte.
La segunda reunión de la ONU tratará las enfermedades no transmisibles, un grupo de enfermedades crónicas que está aumentando rápidamente en los países en desarrollo, causando no menos de dos de cada tres muertes entre las mujeres anualmente. Eso es 41 millones de vidas perdidas cada año , la mayoría de ellos en países en desarrollo.
Más que números, conozco a amigos, vecinos y familiares que han luchado o luchan por obtener el medicamento que podría salvarles la vida. También conocemos los logros. Celebramos que más de 20 millones de personas reciban tratamiento contra el VIH hoy. Estas cifras significan que las madres se cuidan a sí mismas y a sus hijos sin el estigma masivo que solían sufrir sin tratamiento.
Las mujeres, sobre todo, soportan la peor parte de las ENT, como el cáncer, la diabetes y de la tuberculosis, no sólo como pacientes, lidiando con las implicaciones para la salud y el estigma, sino también desproporcionadamente como cuidadoras de otros pacientes en el hogar. Las mujeres de todo el mundo gastan en promedio entre tres y seis horas en el trabajo de cuidado no remunerado en comparación con los hombres que pasan entre media hora y dos horas.
El sistema de investigación y desarrollo de medicamentos (I+D) debe ser reparado. Un sistema que se basa en el potencial del mercado para obtener ganancias y se rige por las normas de propiedad intelectual ha fallado ampliamente en la entrega de los productos que se necesitan para prevenir, diagnosticar o tratar eficazmente la TB en entornos con pocos recursos.
Y cuando hay un medicamento efectivo, por ejemplo para tratar el cáncer de mama, su precio está fuera del alcance de los gobiernos, las aseguradoras o los propios pacientes. El costo del tratamiento, incluidos los medicamentos, lleva a 100 millones de personas a la pobreza extrema cada año.
Me niego a aceptar un sistema que obligue a las personas a decidir entre enviar a una niña a la escuela o pagar el medicamento que puede salvarles la vida.
Hasta hace un par de meses, la declaración de TB acordaba un lenguaje que hacía énfasis en el derecho de los gobiernos a usar las reglas comerciales para hacer que los medicamentos sean asequibles, según el Acuerdo de la OMC sobre Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC). Las «flexibilidades», como las licencias obligatorias, que son herramientas legales en el marco del Acuerdo sobre los ADPIC, permiten a los gobiernos garantizar la producción genérica a bajo costo de medicamentos caros, lo que ayuda a que los medicamentos estén disponibles para los pacientes que los necesitan.
Se produjo un retroceso. Estados Unidos se opuso a este lenguaje, por lo que fue eliminado de la declaración. La declaración está, de momento, de vuelta en la mesa de negociaciones. Me preocupa que la presión continua de los EE. UU. lleve a la eliminación o dilución de los derechos de los países bajo el acuerdo sobre los ADPIC. Esto, a su vez, sentaría un precedente para la declaración de ENT, y peor aún, establecería un estándar para futuros acuerdos.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, acordados por 191 países, incluyen metas para reducir la TB y las ENT y para la Cobertura Universal de Salud. El camino para lograr un cambio fundamental hacia una salud pública mundial que también reduzca las desigualdades es claro: aumentar la inversión pública en servicios de salud que sean gratuitos en el punto de uso y garantizar el acceso a medicamentos asequibles de calidad.
También hay un impulso. El Panel de Alto Nivel del Secretario General de la ONU sobre Acceso a Medicamentos, al cual tuve el honor de servir y que incluyó representaciones de expertos internacionales en salud y medicamentos, recomendó que los gobiernos prioricen la transparencia en el proceso de desarrollo de medicamentos y exploren modelos de innovación que desvinculen la financiación de la I+D del precio de los productos resultantes.
Sin embargo, las negociaciones en curso muestran que la larga lucha por el acceso universal a medicamentos de calidad tiene mucho camino por recorrer. Se vislumbra la posibilidad de repetir las malas lecciones de la crisis del VIH, cuando millones de personas murieron por falta de tratamiento, incluso cuando existían medicamentos pero a precios exorbitantes.
Exhorto a todos los países, incluido EE.UU., a llegar a los compromisos que garanticen los derechos de los gobiernos de utilizar las flexibilidades de los ADPIC, garanticen la transparencia en el costo de I+D e investiguen los modelos de desvinculación de I+D en las declaraciones de TB y ENT.
Los pacientes deben estar antes de las consideraciones comerciales.
* Traducción de Misión Salud del original publicado en 28 de agosto de 2018 en inglés disponible en: https://www.linkedin.com/pulse/worlds-biggest-killer-diseases-now-new-battleground-profit-byanyima/ autorizada por Oxfam Internacional
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