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Por PanzaVidela

Una victoria
contundente frente a un pobre Real Cartagena. Pienso que antes de demeritar la
victoria por el pobre nivel del adversario, debemos rescatar las cosas
positivas de Millonarios. Lo primero: la actitud. Los dirigidos por Richard Páez
mostraron -en la tarde de hoy- eso que tanto le pide la hinchada albiazul a su
equipo. Cimiento de la victoria y los respectivos tres puntos fue la presión constante
de los nuestros durante los 90 minutos. Se desgast
ó a un rival al que se sabía
le duele la altura y se aprovech
ó un elemento que siempre debe ser aliado en Bogotá.
 

Importante dentro
de la n
ómina que esta tarde mostró velocidad, sorpresa y contundencia, fue el
aporte de un hombre que no venía actuando en esa posición y que frente al Real fue fundamental por sus ganas, su velocidad y la sorpresa que mostr
ó en sus
incursiones al ataque: Luis Mosquera. Fue socio de lujo de Robayo y de Jonathan
Estrada, tuvo arrestos físicos hasta el final para cumplir con su labor de
marca (aunque debemos reconocer que el rival mostr
ó muy poco en su propuesta
ofensiva) y demostró que -junto con los otros juveniles del equipo- es un
jugador que aporta dinámica, velocidad y alegría en el ataque azul. Es un
argumento que debe ser explotado en la altura de Bogotá.

Si hemos
criticado los constantes errores del profesor Páez -aunque muchos dirán que el
partido de hoy no debe ser tenido como marco de referencia por la pobreza del
rival- considero justo admitir que la estrategia esta tarde frente al Real y
los cambios -el ingreso de un «fresco» Arrechea para el segundo tiempo- dieron
resultado. Aunque también habrá quienes digan -¡y
con razón!- que de la misma manera como tard
ó varios partidos para
comprender que Delgado era el titular en el arco, de igual manera ha tardado
mucho para comprender que Luis Mosquera donde más útil le es al equipo es en el
medio campo. Son puntos de vista.

Sobre el partido de
hoy no hay mucho más que expresar aparte de la buena disposición de todo el
grupo, el liderazgo y empuje de Robayo, la dinámica y velocidad que le dio un
muchacho como Mosquera desde el medio campo y la «inspirada» actuación de
Arrechea.

Los tres puntos
son vitales ya no solamente para alejar de lleno el fantasma del descenso, sino
para entreabrir la compuerta de la esperanza -aunque lejana- de una clasificación
a los cuadrangulares. Así en Copa Postobón tengamos un pie por fuera, los 10 de
12 puntos obtenidos en los últimos juegos en la Liga abren la compuerta de la
esperanza.

Si bien muchos
hinchas opinan -en todo su derecho- que un triunfo ante un rival tan pobre no
es más que un espejismo, también es válida la percepción que en la Liga el
equipo viene  de menos a más y que a
pesar de la irregularidad en el funcionamiento y de las evidentes limitaciones
de la n
ómina se puede considerar un halo de esperanza.

¿Consideran
ustedes que el triunfo de esta tarde es un espejismo y no puede ser tenido como
marco de referencia o creen -por el contrario- que esta victoria es
representativa de una mejora en el funcionamiento y que se puede so
ñar con la clasificación?

¡Saludo Albiazul!

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