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Por PanzaVidela

Antes de que se confundan, aclaro que el título de este
escrito es sarcástico y que representa exactamente lo contrario de lo que
expresa el contenido.

Representa el pensamiento de una parte del periodismo deportivo
(¡los «gurús» de nuestro fútbol!) que -con esta derrota en Quito- toma nuevos
aires y refresca ese sentimiento atascado que tenían desde el nombramiento del técnico
argentino. Ese sentimiento que tuvo que contenerse tras la victoria en Lima la
semana pasada y que tomará fuerzas insospechadas tras la derrota de hoy.

Más allá de eso y entrando a hacer un análisis de lo visto
en estos 2 juegos hay varios puntos para considerar:

1.      Balance
matemático de los resultados.

La media inglesa en el fútbol dice que hay
que ganar en casa y empatar de visitante. Bajo esa óptica, dos puntos de
visitante en igual número de partidos dan un balance positivo. Para Colombia la
gira por Perú y Ecuador dejó 3 puntos en la maleta. Bajo las frías matemáticas es
positivo. Pudo ser mejor, por supuesto, pero 3 puntos de 6 en condición de
visitante es positivo. Otra cosa es que, por los resultados anteriores a la era
Pékerman, 3 puntos de 6 en este momento no son el ideal.

 

2    Balance
futbolístico.

Deja preocupación y es algo que no se puede
negar. El resumen futbolístico deja la impresión de un equipo que rompe
tácticamente con el trabajo que traía el equipo y se queda «a mitad de camino»
entre la memoria táctica del pasado reciente y lo que desea el nuevo cuerpo
técnico. Los detractores de Pékerman le critican no haber continuado el trabajo
táctico de «bolillo», trabajo táctico de muchos meses de trabajo y muchos partidos
de preparación. Fue la misma crítica que recibió Leonel y la razón por la cual
no continuó al frente de la selección.

Los defensores de Pékerman entendemos como
válido el deseo del nuevo DT de implementar un nuevo estilo y poco a poco darle
una identidad a la selección. La lógica dice que tiene sentido, que es
perfectamente válido, pero que tiene como su gran enemigo el factor tiempo. Más
aún, teniendo en cuenta los factores que rodean este tipo de eliminatorias, con
jugadores que son prestados por unos pocos días, juegan con unos compañeros que
son prácticamente desconocidos y regresan a sus clubes. Lo que hace muy difícil
implementar en pocos días o meses un estilo propio y una identidad.

El gran problema de esta selección Colombia radica
básicamente en el factor tiempo. Las experiencias pasadas (en eliminatorias)
dicen que cambiar de técnico en plena competencia no han terminado con un final
feliz con respecto al objetivo final: la clasificación al mundial. Por una
razón tan sencilla como obvia: el tiempo no le permite al nuevo DT implementar
su propio estilo y darle al equipo una identidad. Y cuando el trabajo comienza
a dar frutos y la famosa identidad a verse en el terreno de juego, las
eliminatorias terminan y los resultados obligan a cambiar de técnico y comenzar
un nuevo proceso. Así llevamos varias eliminatorias, mientras sumamos mundiales
vistos por televisión.

Con respecto al balance táctico de lo visto
en estos 2 juegos, la impresión general de esta selección es la de un equipo
que carece de sentido colectivo (por la misma razón expresada en el párrafo
anterior), que  quiso mostrarse fuerte en
condición de visitante con un nuevo esquema de 5 defensores, pero dejando un
hueco grande en la mitad del campo que fue aprovechado por los rivales para
apoderarse del balón. El equipo se vio por momentos «partido», sin un medio campo
que hiciera una conexión efectiva entre defensa y ataque, con 2 atacantes
solitarios que tuvieron muy pocas ocasiones de recibir el balón o hacer
efectivas las opciones creadas.

James Rodríguez (nuestro mayor talento aún
en formación) tampoco tuvo la oportunidad de hacerse importante como creador ni
encontró socios con quienes llevar la responsabilidad ofensiva del equipo.

Es muy fácil hacer una crítica injusta al
nuevo DT tras estos partidos, sin tener en cuenta los factores anteriormente
citados. Y caer en el facilismo de una crítica basada en el funcionamiento de
un equipo con poco tiempo de trabajo, frente a rivales que -como el de Ecuador-
tienen un mayor tiempo de trabajo y asimilación de conceptos.

Me gustaría conocer la impresión de los
lectores respecto a estos 2 partidos, teniendo en cuenta las razones expresadas
y teniendo en cuenta, por supuesto, la respetable opinión que cada uno pueda
tener.

¿Consideran válidas las razones expuestas
sobre el poco tiempo de trabajo de Pékerman o, al contrario, creen que con el
nivel de los jugadores que actualmente tiene la selección, los resultados y el
funcionamiento del equipo deberían ser mejores?

 

¡Saludo albiazul!

// Invitación a unirse a la cuenta de twitter @PanzaVidela

   

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