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Por PanzaVidela

Hace 2 semanas el hincha promedio de Millos sentenció: “En los últimos 3 partidos, frente a Nacional, Medellín y Santa Fe, se verá de qué está hecho este Millonarios de Ricardo Lunari.” La campaña había sido irregular, llena de buenos resultados como local y malos resultados como visitante. Exactamente como lo habíamos dicho antes de iniciar el torneo.

El Millos de Lunari fue durante el semestre un equipo irregular, que generaba grandes dudas por sus innegables deficiencias defensivas. Resultados como la goleada 5-1 del Cali ayudaron a alejar las esperanzas del hincha azul. Millos parecía una montaña rusa de resultados. Un día goleaba en el Campín a un débil, haciendo gala de su poder ofensivo; y al día siguiente era goleado en otra plaza fuera de Bogotá, viéndose inferior y sin argumentos defensivos.

Lunari estuvo en la cuerda floja. La hinchada –me incluyo- no tenía fe en sus capacidades y dentro de los mismos dirigentes había grandes diferencias de opinión sobre su continuidad. Fueron momentos de muchas críticas por parte de la hinchada y periodistas, sobre el funcionamiento defensivo del equipo. Lunari comenzó a aplicar correctivos y su equipo empezó a mostrar mayor seguridad en el fondo. Entonces vinieron algunos partidos que terminaron 0-0, y parecía que mientras el equipo efectivamente ganaba seguridad atrás, perdía poderío arriba.

Así, en medio de un irregular andar por el torneo, llegó la parte final con partidos decisivos ante los más grandes. Nacional, Medellín y Santa Fé. Si bien el inicio del torneo había sido muy irregular y en las últimas fechas Lunari había aplicado correctivos y se veía un equipo más compacto, la hinchada no estaba muy segura que ante 3 grandes y la imperiosa necesidad de ganar al menos 7 puntos de 9, los dirigidos por Lunari lo lograrían. ¡Y lo lograron!

Yo he sido uno de los más críticos de Lunari como Dt desde su nombramiento. Por eso me veo en la obligación de reconocer que “me calló la boca” y añado aquí las grandes virtudes de Lunari para terminar con una muy buena campaña. Además Millos entra “embalado” a las finales y puede -y tiene con qué- pelear el título.

  1. Dio continuidad a una nómina. Jugados los 20 partidos del torneo podemos hablar de una nómina base: Vikonis, Ochoa, Román, Cadavid, Deiver, Fabián, Silva, Robayo, Insua, Agudelo y Uribe. A excepción de Robayo, quien se ganó la titular en la parte final, el equipo base fue ese. El argentino mostró tesón, confianza en sus jugadores y no cayó en inseguridades ante las críticas. Fue fundamental para este final de torneo haberle dado confianza a ese grupo, de otra manera no hubiéramos visto el equipo compenetrado que vimos estos 3 últimos partidos.
  2. Corrigió la zona defensiva. Para cualquiera de nosotros parecía imposible y ahí radicaba la poca fe que le teníamos a Lunari. Sin embargo, ante los malos resultados y las críticas que lo llevaron al borde del abismo, tomó los correctivos necesarios y dio mayor solidez a la zona del medio campo, donde nacían las grietas defensivas. Si bien no estamos hablado de la Selección Italia de Arrigo Sacchi, el Millos que termina el torneo si es más sólido en defensa que el equipo del comienzo.
  3.  Robayo. En mi escrito de comienzo de torneo lo dije. Robayo no aparecía dentro de los titulares y como hincha declarado de él, me daba tristeza por todo lo que el famoso 8 azul significa. Durante el torneo y hacia la parte final Rafa Robayo fue convirtiéndose pieza clave dentro del equipo, titular indiscutido, incluso cerrando con broche de oro: figurón en los partidos clave, haciendo los goles de la clasificación.
  4. Unión de grupo. Suena a un simple objetivo de grupo budista. Sin embargo es tan importante en un grupo de trabajo, que puede convertirse en la mayor cualidad por encima de todas (talentos, inversión, etc). Lunari lo logró con este grupo. Puede ser el principal argumento para que Millos entre a las finales como candidato al título. Aquí vale reconocerle al argentino algo intrínseco de su personalidad, que lo hacen la antítesis del argentino promedio: la sencillez y la humildad.
  5. Curva de rendimiento. Durante el camino que significó para Millos llegar a las finales, hubo todo un proceso que ya describimos, de malos resultados, de críticas, de mejoras tácticas. Al final Millos entra “embalado” a las finales. Llega de menos a más y esto lo hace fuerte candidato al título.

Así termino este justo reconocimiento a Lunari. Si bien aún no hemos ganado nada, como muchos lo dicen, los puntos antes mencionados hacen preveer que los nuestros no serán simples participantes de las finales, y –por el contrario- entran pisando muy fuerte. En el fútbol no hay nada más peligroso que un equipo que venga de menos a más. Eso todos lo saben.

A Lunari las gracias por devolvernos la fe y la ilusión, y sobre todo, por la manera como lo hizo, con la cereza sobre el pastel, a saber: ese dulce sabor adicional que significa la eliminación de Santa Fe.

Agradezco sus comentarios en este espacio, así como en @PanzaVidela

Pregunta: ¿Creen que Millos está para pelear título?

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