El otro día recibí comentarios de la amiga del amigo de mi hermana, suena complicado pero lo cierto es que fueron un par de comentarios que me dejaron pensando. Ella le decía a su amigo, que al leerme sentía que había perdido un poco la pasión por lo que hago, que me había conocido en la época donde yo investigaba Medusas y me desbordaba un brillo en los ojos por lo que hacía.
Ese día recordé lo que era en esos momentos, los procesos académicos por los que pasaba y también los personales y si, le ponía todo el amor que tenía a la realización de mis proyectos. Pensaba en cómo pasan los años, en los conceptos que se reafirman y en la madurez que genera la experiencia. Hoy por hoy, no puedo sentirme más apasionada con lo que hago.
En marco de las importantes fechas ambientales que acaban de pasar: Día Mundial del Medio Ambiente y el Día Mundial de los Océanos, tuve tres invitaciones a conferencias virtuales con niños y jóvenes de Córdoba y con niños Mexicanos para contar mis experiencias en el mundo científico, hablar sobre Educación ambiental y el papel de las mujeres en la ciencia. Fueron charlas retroalimentativas, increíbles y muy amenas. Preguntaron, charlamos, nos reímos, les expliqué, conté mis experiencias, pero la satisfacción del deber cumplido, así como reafirmar la pasión y sobretodo el amor por lo que hago, salieron a flote cuando una niña de tercero grado me dijo que en lugar de ser modelo, ahora quería ser una Bióloga como yo.
Mi pasión sigue intacta, aunque crece.. permanece. Creo que hace parte de la fibra de los que amamos la ciencia.
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