Habiendo comentado las propuestas en materia educativa de los candidatos que aun permanecen en campaña por la alcaldía de Bogotá, resulta interesante y apropiado discutir los puntos en común que tienen estas propuestas y formular algunas conclusiones sobre lo que puede venir en la política educativa de la ciudad. Los vínculos a cada una de las entradas en la serie se presentan a continuación
Al respecto de la entrada de Enrique Peñalosa, quisiera hacer la siguiente aclaración: Si bien en su momento no me fue posible ubicar una versión de su programa de gobierno para realizar el comentario, una revisión en la página de la Registraduría Nacional del Estado Civil me permitió ubicarla. Las menciones a Peñalosa de esta entrada incluyen lo encontrado en ese documento. De esta manera, pido disculpas ante lo que fue claramente una ligereza de mi parte.
Durante los últimos tres años, los colegios en concesión han resultado un tema de discusión frecuente en la política educativa de la ciudad. Si bien la alcaldía Petro tuvo un lenguaje abiertamente confrontacional ante esta figura de administración institucional, la verdad es que, tomando en cuenta el actual estado de contratación de planta docente y directiva, así como el avance en la construcción de infraestructura, los colegios en concesión deben permanecer si se busca mantener los índices de cobertura que ha tenido Bogotá en los últimos años, prueba de esto es el hecho que, a pesar de todo su lenguaje confrontacional, la administración Petro hizo poco para acabar con los colegios en concesión. Llama la atención entonces el hecho que a lo largo de todas las propuestas de los candidatos, hay un mayor o menor grado de apoyo a estas instituciones, el cual oscila entre el apoyo implícito de Clara López y Rafael Pardo (Quienes reconocen la necesidad de mantenerlos con estándares de supervisión y acompañamiento), el apoyo y fortalecimiento (esperables) de Enrique Peñalosa, y el fundamentalismo libertario de Daniel Raisbeck que busca una dependencia significativa en esta figura administrativa.
Junto a la antes mencionada, aparecen muchas otras comuniones en el discurso de los candidatos a la alcaldía. Una, tiene que ver con la necesidad del aumento en la oferta y cobertura de los programas de educación post-secundaria, aun cuando los candidatos lo hacen cometiendo el error común de proponer medidas relacionadas con la educación universitaria, cuando las actuales condiciones del mercado laboral sugieren que, si bien el fortalecimiento de esta es necesario, una mejora en la oferta de los programas técnicos y tecnológicos, así como de la educación media en esta modalidad es la alternativa mas efectiva para lograr que la población entre 15 y 18 años permanezca dentro del sistema escolar y pueda vincularse al mercado laboral, a diferencia de la propuesta endeble de Francisco Santos de una universidad virtual que tiene un odioso tono de condescendencia.
La discusión en política educativa nacional ha girado alrededor de la implementación de la jornada completa en los colegios públicos y el escenario bogotano no se ha quedado atrás en el tema, con todos los candidatos haciendo menciones al respecto. Sin embargo, la vaguedad en la manera en la que esta se busca implementar resulta una fuente de decepción para quien le da una mirada al tema. Daniel Raisbeck, por ejemplo, se limita a decir que los colegios públicos deben ‘implementar la jornada única a la mayor brevedad’ sin establecer metas en términos de número de fechas y tiempo de desarrollo, omisión que también aparece en los discursos de los demás candidatos y que es comprensible porque, a fin de cuentas, si bien hablar de la jornada completa de votos, implementarla no da réditos porque es altamente probable que para el momento en que esté todo construido, el candidato en cuestión ya haya terminado su periodo; en ese sentido, también resulta preocupante la falta de conexión con la iniciativa a nivel nacional.
Otros dos vicios de forma aparecen en las candidaturas: El primero, tiene que ver con el cada vez mas urgente tema de la calidad docente. Con la excepción de Daniel Raisbeck (Quien no aborda el tema), todos los candidatos siguen aferrándose a la idea de la formación en posgrados como único mecanismo para garantizar la mejora en las prácticas docentes, desconociendo la evidencia científica que sugiere una mayor efectividad de la capacitación a través de trabajo con pares y mentores en las instituciones educativas (Algo que ha sugerido de alguna manera Peñalosa en su programa de gobierno). Por otro lado, y también con la excepción de Raisbeck (Quien de hecho opta por el sentido contrario), los candidatos hablan del incremento en la inversión en educación como la fórmula mágica que mejorará la calidad educativa en Bogotá cuando, de nuevo, la evidencia sugiere que el incremento en recursos no es condición suficiente para la mejora en la calidad, como lo demuestran los resultados de departamentos como Caldas o ciudades como Manizales.
Independientemente de quien gane la alcaldía, es razonable creer que el status quo de la política educativa en Bogotá no cambiará mucho, lo cual, si bien no es algo malo, también es cierto que no es totalmente positivo tomando en cuenta los baches en calidad, cobertura e infraestructura que aun quedan por cubrir.
A lo largo del presente año, la iniciativa de Clubes de Ciencia ha hecho esfuerzos importantes por lograr procesos efectivos de formación y divulgación científica en Bogotá y Medellín. El sitio web de la iniciativa tiene mas información al respecto sobre como participar en ellos.
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