Las ráfagas políticas y la ambición de burocracia no pueden desestabilizar la capacidad técnica y programática de los funcionarios públicos. Haber visitado todos los departamentos y realizar reuniones con alrededor de 11.500 personas para construir un Plan Nacional de Desarrollo es una ardua labor para valorar. Construir una senda de Desarrollo estatal es justo para poder acabar con la inequidad y desigualdad en la que vive Colombia.
Como lo mencioné en “la equidad, un punto de partida”. Colombia requiere con urgencia mejorar las condiciones económicas para sacar a alrededor del 27% de la población que vive en pobreza extrema, reducir las brechas en el ingreso, y mejorar la institucionalidad desde la legalidad , al igual que la capacidad para crear empresa y empleos.
El Plan Nacional de Desarrollo 2018 – 2022 es el resultado de una discusión generosa entre actores relevantes en todo el entorno nacional, que establece los principios de legalidad y emprendimiento como las rutas para lograr la equidad. Pero, lo más importante, es el eje transversal para tener en cuenta a los territorios. Esto lo hace un plan excepcionalmente capaz de sacar del sub desarrollo a las regiones más vulnerables.
La ruta y la estrategia están sobre la mesa del Congreso, y de seguro los Congresistas harán aportes valiosos para complementar un Plan Nacional de Desarrollo para todos colombianos; en especial para esas 1.500.000 personas que se plantea sacar de la pobreza en el 2022. Se debe escuchar las propuestas de los Congresistas para que este sea un Plan que no tenga reparos y pueda lograr el consenso nacional que se necesita hace mucho tiempo.
La importancia de lograr el consenso entre el legislativo y el ejecutivo le sirve al país como alternativa para acabar la polarización y superar la dificultad de sacar las reformas necesarias que lleven a Colombia hacia adelante. No obstante, lo clave de este proceso será la ejecución y el cumplimiento de las metas, que no solo le sirve al presente Gobierno; también a los que vengan y quieran continuar sacando adelante a Colombia.
Tradicionalmente las políticas públicas se quedan en el papel en Bogotá, por eso la clave está en la influencia que puede tener este consenso nacional con los territorios. Es necesario rodear y apoyar a los actores claves del proceso de ejecución del PND en los territorios, que no solo tienen la capacidad técnica y programática, sino que además poseen las herramientas para que estás políticas puedan tener continuidad al siguiente gobierno.
Que sea el Plan Nacional de Desarrollo la excusa perfecta para poder realizar consensos que saquen a Colombia del revanchismo político anclado al año pasado. La invitación para que la Presidencia trabaje y apoye a los funcionarios claves en el proceso de ejecución del PND, muestra un gana-gana perfecto para entregar resultados rápidos en este Gobierno, como una insinuación programática para un consenso político de quienes se perfilan a gobernar en el 2022 y el actual gobierno.
Es momento para no desfallecer, tenemos la excusa perfecta. Colombia necesita de buenos funcionarios y buenas amistades, para que estratégicamente se puedan seguir llevando políticas públicas a las regiones, mejorar las condiciones sociales y económicas que nos permitan superar las dificultades políticas del actual Gobierno, y tener estrategia perfecta para así continuar llevando a Colombia al desarrollo después del 2022.
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