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Como la mayoría de la humanidad, Maluma piensa que la violencia es un asunto de moretones y de balazos. Eso es agotador, pero aquí vamos: lo afirma, sin decirlo directamente, en su más reciente entrevista para el podcast Latin Connection, del portal de los Billboard. Habló de la polémica de Cuatro Babys por primera vez de forma directa. No podían no preguntárselo; como él mismo dice, fue un «big drama».

Tiene razón al clasificarlo de esa forma, ya que en la columna del Huffington Post que desató el show, su autora concluye que Maluma es un machista y un misógino. Otros artículos se encargaron de ampliar el espectro del debate; como dice el periodista Juan David López Morales, «si de letras se trata, el machismo ha sido transversal a muchos artistas y géneros desde hace varias décadas». Y aunque tiene razón, ese no es el único problema con respecto a lo que Maluma proyecta y propone como intérprete musical.

En el podcast, publicado el pasado 23 de febrero, Maluma dice sobre la concepción de Cuatro Babys que «canta cosas que pasan en la calle pero no le pasan a él» (aunque esto sea cierto, usuarios de Instagram le responden que «quieren ser su quinta baby»…). Juan Luis: mostrarse como representante de ‘la calle’ es atribuirse una sólida responsabilidad cultural, eh. Pero luego, echas la bomba social necesaria para que te tengamos un poco de empatía: «Todos saben que Colombia ha habido mucha guerra, con la guerrilla y todo lo que pasó». Rematas con: «De verdad, no puedo cantar algo que te invite a la violencia».

No, Juan Luis: claro que no estás promoviendo un escenario de disparos, bombas y desplazamientos forzados con tu música; pero ya me molesta que tantos tengamos que explicarte que este tipo de comportamientos son los que hacen que un hombre tenga todo el derecho a violar a una mujer en la calle «para darle una lección». Esa es solo una de las aristas de la guerra de verdad que se vive en tu Colombia.

 «De verdad, no puedo cantar algo que te invite a la violencia».

Sin embargo, más allá de un contexto de Violencia con v mayúscula, la prepotencia del sexismo está en la vida diaria no solo en cómo ‘chingan’ los hombres con mujeres casadas, solteras y ‘psicos’, como bien demuestra Cuatro Babys. En la ignorancia está la clave de que la objetificación de las mujeres siga siendo una norma, Maluma. La ignorancia se traduce en prepotencia. Y aún así, ser ignorante no justifica la presencia de esa objetificación; Café Tacuba se encargó de demostrarnos eso al anunciar que dejarían de interpretar su canción ‘La ingrata’ en público. Pero bueno, como bien dices, menos mal «eso solo pasa en las calles».

En la ignorancia está la clave de que la objetificación de las mujeres siga siendo una norma, Maluma.

Todo lo violento implica el uso de la fuerza, sea física o moral. Y no porque algo ‘sea así’ (no porque las mujeres sean machistas, por ejemplo) hay que aceptar reproducir la imposiciones tal cual se presentan en nuestro día a día. Juan Luis, no me molesta que las malumaníacas te den el aval de ser el sex symbol más cotizado de Latinoamérica. Lo eres, y está bien. Me cansa y me molesta que no tomes conciencia sobre tu propio contenido porque sabes que reconocer eso sería tu perdición.

Te siguen 22 millones de personas en Instagram (más que a Barack Obama en esa red social; una cuarta parte de lo que tiene Justin Beiber, ¿sabes?). Esto no es ligero. Ya has dicho que le das muchísima importancia a las redes sociales «porque quieres mostrarte tal cual eres». Por más individualistas que seamos, los artistas no existen sin su público. No solo «estás cantando». Un artista nunca hace solamente eso. No eres el único que importa acá.

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Maru Lombardo

Conversemos: @puntoyseacabo

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Pregunta: ¿En qué momento bailar Maluma se vuelve un acto que necesito ejecutar para ‘descualquierarme’ y olvidar la rutina en vez de una entrega total a una imposición cultural?

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