A Cleo
Anticipándome un poco al matoneo digital que se me viene, creo firmemente que una opción en la vida es no gustar de las mascotas, aunque tengo que aclarar que creo que los animales son seres vivos con derechos ( no con deberes), que estoy en contra de cualquier tipo de maltrato animal, las corridas de toros, aparte de aburridas se me hacen crueles, que por aburrimiento he visto algunas veces Animal Planet, y que – hay que reconocerlo- hay perros y gatos que me parecen tiernos y simpáticos.
Sin embargo, tengo que decirlo: me maman las mascotas y más que las mascotas, me mama la actitud de algunos dueños de mascotas ( y digo algunos y no todos porque quiero ser cuidadoso en generalizar, tan cuidadoso como cuando salgo al parque a hacer deporte y me toca caminar con precaución para no pisar la mierda que dejan los dueños de las mascotas). Muchos de ellos – no todos- suelen convertir a perros, gatos, loros y canarios en extensiones de hijos que se emanciparon, parejas que se largaron, hijos que no tuvieron o no quisieron tener, o parejas que no les dirigen la palabra.
Las mascotas, son, en muchos casos, la herencia en vida que los hijos les regalan a sus padres. Los bautizan con nombres de hombres o mujeres y entre más sonoro y expresivo sea, mejor. Los visten, o peor, en algunos casos, les tejen. Les hablan, los excusan, los pasean, los peinan, los defienden, les crean páginas en Facebook, les celebran los cumpleaños, los mandan al colegio, les tienen plan funerario, y en muchos casos, hacen todo lo que no hicieron o no pudieron hacer con las personas que tuvieron a su lado. Y qué decir de los dueños de perros, que pasean a sus perros. Son verdaderas hordas de personas somnolientas, de mujeres enruladas, de adolescentes malencarados, de hombres enfundados en una vieja sudadera, que caminan muy temprano, casi en piloto automático, con una diminuta bolsa plástica en la mano para recoger las fechorías de sus canes, mientras los ven correr por el parque oliéndole el rabo a cualquiera de sus otros congéneres que deambulan por el césped.
En las mascotas hay de todo. Desde los ruidosos french poodle que le ladran a todo lo que se mueva hasta el inane pececito bailarina que vegeta, en el sentido estricto de la palabra, en medio de un acuario multicolor. Están también los canarios y turpiales que despiertan al vecindario o los hámster que se escapan de sus jaulas para poner en cuatro a papá, mamá, abuelas y niños a buscarlos por la casa. Eso para no nombrar a pollitos, patos y tortugas que regalan en las fiestas y que mueren a los pocos días para la tristeza infinita de los niños. Los conejos son caso aparte, porque del felpudo y rosadito espécimen que llega a la casa, se convierte a los pocos días es un mastodonte tragatodo, que devora sin misericordia, espuma de cojines, cordones de zapato, mesas de silla y cuanto adminiculo esté a su alcance.
Los gatos merecen capítulo especial. Independientes y marrulleros, los manipuladores manejan a su antojo a sus amos, que no son más que un proveedor de agua y de comida y en un paciente limpiador de su caja de arena. Los dueños creen que sus gatos los adoran. Vaya falacia. Si acaso se dejan consentir, si acaso se dejan cortar las uñas. Y pare de contar.
Por todo eso es que aspiro y sueño en no convertirme en dueño de mascota. Como las suegras y las deudas, mejor de lejos y de otros.
@malievan
Como su escrito es su concepto y nada mas, mi escrito es mi concepto y nada mas; Comprendo que a ud. no le gusten las mascotas, pero no comprendo porqué agrede a quienes gustamos de ellas, es una ofensa , por decir lo menos, barata, tonta y no fundamentada en algo específico; piense un poquito y podrá concluir que son mejores personas quienes tratan a los animales como a humanos, que quienes tratan a los humanos como animales; Porqué no aprovecha este espacio para censurar a tanto «animal» humano que gesta hijos al por mayor para en poco tiempo tener en estos hijos a los adultos que nos atracan, violan y destruyen todo lo que encuentran ??; Es menester, críticos objetivos y no críticos silvestres y eunuco-céfalos
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Hoy en el mundo y en especial en Colombia es mejor tener una mascota como compañera de vida que un ser humano
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que artículo tan maluco y sin objetividad. por favor, periodico el tiempo tan leido por sus noticias y buena opinión, no permita que estos articulos dañen su buena imagen.
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Muy de acuerdo con todo lo que escribe estimado Mauricio Lievano. Me hago eco de los sentires de Omar Ospina. La gente defiende tanto su espacio que se dan por aludidos y hasta agredidos por un CONCEPTO que es muy claro y correcto al menos para los que pensamos igual. Lástima por los que quieren que pensemos distinto, de un tiempo a esta parte exigen sus derechos las minorías de toda laya, y parece que pretenden imponernos sus formas de vida, criterios y verdades, como una obligación aberrante.
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