Uno solamente debería tener en Facebook como amigo a alguien a quien estuviera dispuesto a prestarle plata o a ayudarle en un trasteo un sábado en la mañana. En Twitter, uno solamente debería seguir a alguien con el que le gustaría tomarse un café. Pero no, en las redes sociales ofrecemos amistades y fidelidades como si fuera sexo casual.
Y es que algo va del hecho de amanecer con una cara desconocida en nuestra almohada al tener que soportar soles que salen por la ventana de alguien que apenas distinguimos, selfies de sonrisas que poco nos importan, fotos de vacaciones en Melgar o en las islas griegas con gente de la que sabemos menos. También hay un largo trecho entre una charla casual en una fila de banco al tener que padecer menciones a cólicos menstruales, menús de lo que comen o lo que no comen, odios y pasiones a favor de Uribe, odios y pasiones en contra de Uribe, discursos librepensadores o libros de autoayuda en capsulitas de ciento cuarenta caracteres.
Está bien que tengamos gente con la que compartimos, pero por lo menos no los llamemos amigos. Si acaso conocidos con los que la pasamos rico. Como en esas reuniones de ex alumnos en las que nos reímos, nos acordamos de los viejos tiempos, nos emborrachamos y nos vamos. O como las parejas que conseguimos en cualquier bar. Puro sexo de “rico hoy pero no te quiero conocer mañana”. Relaciones en las que nos vestimos y nos vamos.
No voy a caer en el terreno fácil de criticar la vacuidad de muchas redes sociales o el desastre idiomático que vomitan a diario. No. Por el contrario, soy usuario diario de Facebook, Twitter, Skype, Linkedin,Instagram, Whastapp y hasta gerencio una empresa de contenidos digitales. En resumen, me gustan y las uso. Es más, para un tipo tímido como yo, las redes son una especie de bálsamo que me permite decir y hablar sin sonrojarme. Sin embargo, eso tampoco me niega el derecho a mirarlo diferente. No por mayor cantidad de amigos en Facebook, me siento menos solo, ni por más seguidores en Twitter, soy más inteligente, o por mayor número de contactos en Linkedin hago más negocios, ni por más que me escriban en whastapp me siento más querido. Estoy mamado de amigos de Facebook con los que nunca hablo o de relaciones en whastapp que dependen de un plan de datos, para no hablar de esa oda a la banalidad y al esnobismo que es Foursquare. Me gustan las redes sociales pero nunca nada como cuando a uno le hacían falta las personas que conocía y no las que NO conocía. Me gustan las redes sociales, pero nunca nada como las cosas que se dicen mirándose a los ojos.
En Facebook, por ejemplo, uno no debería agregar ni a la mamá, ni a la esposa ni a los hijos. Para eso son los desayunos familiares. Tampoco a los amigos ni a los hermanos. A esos se les llama o se les visita. O por el contrario.Uno solamente debería a los que uno quisiera invitar a desayunar. O llamar. O visitar. Y ni hablar de Twitter donde pretenciosamente hablamos de seguidores. No nos digamos mentiras, acá no se sabe si es el ego o la barriga. Leer cotidianamente a alguien en nuestra cuenta tuitera debería ser una elección cuidadosa, tranquila y para toda la vida y no como las agüitas aromáticas de las abuelas, que alivian pero no llenan. Por eso, tal vez, prefiero gente que me quiera a gente que me siga.
En resumen, creo que as relaciones en las redes sociales deberían ser únicamente con aquellas personas con las que nos gustaría encontrarnos en la vida, pero hoy por hoy, y es mi caso, puedo darme cuenta que tengo más amigos de los que conoceré personalmente…
Los amigos que no tengo que bien titulo para tu Blog me hiciste reir porque en algo me identifico contigo aparte de ello veo que las redes sociales nos muestran una realidad cruel, muchas personas no todas, muestran todo lo que desearon ser y no lo pudieron lograr. Apariencias y engaños son el plato fuerte en las redes sociales. La esencia de ser se pierde. Para mi el mundo se esta aislando, la soledad es el plato fuerte del hoy,y es la compañia de muchos. No sabemos manejar el Internet y darle el Lugar que le corresponde. Las familias se han aislado hasta en su propia casa. Me gustan los amigos de Carne y hueso, hablar en persona disfrutar una interesante charla. Si no se esta cerca el Internet, indudablemente. Pero creo que el contacto personal es lo mas importante.
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