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Los seres humanos tenemos que entender que la vida no es un tome y dame, ni una pelea continua, ni un quién es el que gana, ni a quién es al que voy a tumbar hoy.

 

Pareciera que algunos vivieran de pelea con la vida. Que se levantaran de la cama y arrancaran el día a ver qué es lo que voy a ganar para mí, sin importar a quién vaya a tumbar ni lo que vaya a hacer.

 

Sucede en todos los niveles de la sociedad. Los altos, los medios, los bajos. Y en todos los niveles de cultura.

 

Son seres humanos que no tienen razón ni corazón. Van por la vida como seres inertes, sin saber lo que son. Piensan que tienen la razón, que tienen el poder, que pueden hacer lo que quieran, a costa de los demás. Y se ríen de eso. Su inteligencia no alcanza siquiera para darse cuenta de que están haciendo el mal.

 

Muchos de esos seres los tenemos alrededor. Son los que alimentan la corrupción, los que van por el mínimo esfuerzo, los que como sanguijuelas tratan de exprimirle a los demás lo que más puedan, para favorecerse. Casi siempre en cuestión de dinero. Sin pensar siquiera que sus propios hijos, cuando sepan de dónde viene ese dinero, se sientan avergonzados de quien tenían como una persona ejemplar.

 

La rectora que le dijo a dos alumnos, sin siquiera seguir el reglamento del colegio, que no pueden seguir en su colegio porque “su familia no es de la altura de esta institución”, solo por el hecho de que se ‘colgaron’ en la pensión, es una persona sin ética a la que le deberían revocar su título profesional.

 

Un periodista se dio cuenta después de que esa señora era la dueña del colegio, que algunas de las profesoras eran sus familiares y que la ruta que llevaba y traía a los alumnos también era un negocio de la señora, a la que solo le importaba el dinero.

 

Eso es lo que no ve el ministerio de Educación. Tampoco el municipio. Y mucho menos los padres de familia de ese colegio que ni cuenta se dieron.

 

Eso es lo que se llama una persona sin ética. Es de las personas que no le aportan a la sociedad sino que la destruyen. Y las personas, sabiendo eso, no la denuncian.

 

Cuando una abogada llama deshonesto a una de sus víctimas, está denigrando de su profesión. Está faltando a su ética. Porque, si bien todo hay que llevarlo a un juzgado o conciliarlo, nadie tiene derecho de llamar ladrón a quien no lo ha sido y menos si el juez no ha dado su veredicto.

 

Pero hay abogadas faltas de ética que lo hacen, como se dio en una oportunidad, cuando un periodista se dio cuenta de que llamaron a una abogada en un conjunto residencial para una conciliación y ella pensó que era un espectáculo de boxeo, y como si se hubiera subido a un cuadrilátero, empezó a mandar golpes por aquí y por allá, en una absoluta demostración de falta de profesionalismo que ni ella entendió, porque tal vez no le habían enseñado los valores de la ética y las buenas costumbres.

 

Y ni nos pongamos a mirar el sistema de salud, en donde las funcionarias de las EPS les dicen envalentonadas a los usuarios que vayan y pongan una tutela porque su asunto no se lo van a resolver allí. Tiene que estar uno muy necesitado como para trabajar haciendo esa labor.

 

A mí de verdad que también me dan lástima esas pobres muchachas y muchachos que trabajan para las empresas de cobranzas, a quienes enseñan a agredir lo mejor posible a sus clientes, a asustarlos, a sacarles la mayor plata que puedan sin importar la ética. No sé cómo pueden llegar a sus casas y darles un beso a sus padres, sabiendo que todo el día se la pasaron haciendo infeliz la vida de los demás.

 

No entiendo tampoco cómo un taxista le cobra más caro a un usuario, con muñeco incorporado en su taxímetro, y ni siquiera se sonroja y al final de la noche llega a darle un beso a su hijo, sin confesarle que en el día robó a más de un cliente.

 

Tampoco entiendo a aquellas personas que dicen que les tocó darle plata al Policía de tránsito que les iba a poner una multa y a quien califican de corrupto, cuando los dos son los corruptos. Igual de corrupto es quien ofrece como el que lo acepta.

 

La verdad es que estoy asustado viendo tanta corrupción y tanta falta de ética. Y lo peor de todo es que muchos ni se dan por enterados de que faltaron a esos valores, porque no los conocen.

 

Ante todo este mar de corrupción y de personajes faltos de ética como la profesora, la abogada, el taxista y muchos más, todos deberíamos blindarnos. ¿Cómo? Denunciando. Ya es hora de hacerlo.

 

Ya es hora de que los usuarios no se queden como víctimas y los faltos de ética caigan de sus tronos. Es hora de bajarlos de allí. ¿Cómo? Denunciándolos. ¿En dónde? Ante las autoridades correspondientes. Y si no sabe cómo hacerlo, pregunte en la página de Facebook quejas.co.

 

Queda abierta oficialmente esa página, en donde me voy a encargar de decirles a todos quienes lo necesiten, en dónde deben denunciar a todos aquellos faltos de ética, como la abogada, la rectora,  el taxista, o las empresas que abusen de usted. Si no tenía dónde quejarse, ya tiene un sitio. Lo vamos a hacer. Por la ética, por la lucha contra los corruptos, por nuestros derechos, lo vamos a hacer.

 

No más corruptos. No más faltos de ética. No más injusticias. Sabemos que no cesarán, pero ya sabemos dónde denunciar. Los invito a que lo hagan. De alguna manera, algún día, los honestos ganaremos la batalla.

 

Twitter: @VargasGalvis

 

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