Dirección: Calle 15 A Norte # 9N – 31
Teléfono: (2) 660 11 77 – 660 15 40
http://www.ringlete.com/
Perdonarán no ser tan preciso esta vez en el tema de precios e ingredientes, pero tuve un accidente tecnológico de esos que no dejan rastro alguno de datos y demás archivos importantes. Sin embargo, trataré de que se hagan una idea de este lugar y les daré el precio final de lo que pedí, porque, eso sí, el extracto de la tarjeta llega religiosamente cada mes y de ahí pude recuperar este dato.
El cuento empieza así. Ya grande, el primer recuerdo que siempre rescato de la comida típica vallecaucana son los aborrajados del colegio. Allí vendían otras delicias como empanadas, papas rellenas, etc., pero era imposible comer tranquilo ante la zozobra de que llegara algún compañero a pegarle a dicho manjar un mordisco más allá de lo permitido. Pues bien, hace poco, y por recomendación de mi cuñada, di con un lugar tranquilo para gozar de la cocina típica vallecaucana. Se llama El Ringlete y queda en el barrio Granada de Cali (
vea aquí las imágenes del restaurante).
Sin alargar el cuento, ese día pedí una cola endiablada, que no es más que huesos de cola de res reducidos en cerveza, zanahoria y tres tipos de picantes (
vea las imágenes de la cola endiablada). Esto viene acompañado con papa, yuca cocida y una porción de arroz: mitad blanco, mitad pega. Gran acierto.
Mi esposa pidió un arroz atollado, que me pareció más cercano al risotto que al arroz atollado que había probado toda mi vida. Y debo confesar que me gustó más esta nueva onda del atollado como risotto, aunque no sé si la dueña del lugar esté de acuerdo con esta apreciación. En fin. Este plato está armado así: pollo, cerdo, chorizo, longaniza, costilla, verduras, yerbas, arroz, papa colorada y caldo base. Acompañado con tostada de plátano, costillita frita y aguacate con tomate picado (
vea aquí las imágenes del arroz atollado).
Antes de todo esto, habíamos pedido unas marranitas, que de toda la gastronomía del Valle son mis preferidas (vea aquí las imágenes de las marranitas). Para los que no saben de qué va este plato, se los describo de una forma muy simple: chicharrón envuelto en plátano verde. ¡Sabrosísimo!
El remate fue un aborrajado, que es plátano maduro relleno con queso doble crema (
vea las imágenes de los aborrajados). Aunque estos estaban ‘engallados’ y aromatizados con canela, salsa de guayaba y vino tinto, y BBQ de mango con mamey. Un manjar.
Todo esto nos lo bajamos con lulada. Para qué más.
Al final recibí un golpe de 91.600 pesos y, de paso sea dicho, mi esposa también mordió de mi plato más de lo permitido. Pero gracias al Creador era ella y no un estudiante caleño con bozo.
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