En Usaquén hay lugares escondidos que se vuelven especiales descubrimientos. El de hoy se llama Catación pública y está arriba, en la loma, en la zona menos farandulera. Es un local pequeño que se ocupa de darle a la gente una buena experiencia más allá del café de paquete de supermercado.
La historia es larga, pero podría contarles en unas pocas líneas de qué va este asunto.
Un ingeniero agrónomo que trabajó en la Federación Nacional de Cafeteros hace unos 25 años se dedicó a analizar de manera concienzuda todas las etapas del proceso del café. Todas. Viajó mucho, estudió la industria y terminó por montar este sitio, que tiene una bella tostadora alemana, el gran juguete del laboratorio, donde perfila, tuesta, controla la calidad de las muestras que los caficultores le envían y hace catas con grupos de personas curiosas que quieren conocer más sobre el tema. El objetivo es -como dice el mismo dueño- convertir el lugar en la universidad de los consumidores.
Aquí encuentran cafés de 18 orígenes de Colombia. Productos de diferentes tierras, altitudes y microclimas. Hay de todos los precios, pero diría yo que un buen plan sería compartir una prensa francesa ($6.000), que viene con unas cinco tazas, y acompañarla con uno de los postres que venden.
Así que después de una buena comilona, como me pasó a mí, bien podría subir y terminar la tarde liviano con un taza de café, que es como una especie de Sal de frutas, pero con una gran carga de misterio, pues siempre ha estado rodeado de una cantidad indeterminada de estudios comprobados y no comprobados, por supuesto. Bello.
Dirección: Calle 120 A # 3A – 47. https://www.google.com/maps/d/edit?mid=z35Ap0rbvFOw.kEC49pkgJ3P8
Teléfono: 571 7024943
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