Llegó a mis manos un libro que me cambió mi visión de lo que puede ser una vida de más de 80 años. Se trata de El método japonés para vivir 100 años que acaba de publicar Planeta. Y me cambió no por los consejos que tiene al final de cada capítulo, que tal vez son un poco obvios, sino por las historias humanas que muestran cómo siempre es posible reinventarse, intentar algo nuevo, aprender y descubrir; que la vejez no es una época para sencillamente esperar la muerte.
En Japón viven 65.000 personas de cien años o más. Es el país del mundo con más personas longevas y la periodista Junko Takahashi decidió averiguar qué les permitía vivir tantos años. El libro es el resultado de esta investigación.
Muchos de sus protagonistas son autónomos, se preparan sus alimentos, limpian y ordenan sus casas, caminan de un lugar a otro o se transportan en bicicleta o en scooter. Y logran metas increíbles: por ejemplo, la nadadora Mieko Nagaoka, de 102 años, estableció un nuevo récord de 800 metros en la categoría de más de 100 años, y empezó a nadar pasados los 70. Hidekichi Miyazaki, de 106 años, compite en carreras de 100 metros. Tsuneko Sasamoto, de 101 años, es fotoperiodista, trabaja y expone. Saneyoshi Noh cuida solo una hectárea de tierra donde cultiva para él y para vender. Y todos cumplen felices con sus actividades.
A muchos de ellos sus propios hijos los alientan para que se den nuevas oportunidades e intenten actividades que jamás han realizado. No los confinan al abandono y tampoco consideran que los años los han convertido en personas inútiles. En una cultura en la que se respetan los antepasados y las historias familiares, las personas mayores también tienen un lugar.
Y sus vidas no han estado exentas de dolores o tragedias. Vivieron guerras, uno de ellos fue prisionero en Siberia, muchos han enterrado a todos sus familiares, sufrieron hambre, salieron del campo a buscar futuro o estuvieron a punto de morir durante su juventud.
Cómo sería de diferente nuestra sociedad si les diéramos a los viejos espacios para trabajar, para producir, si entendiéramos que la vida todavía tiene mucho que ofrecernos a los seres humanos durante la vejez. Estas historias tienen aún más valor en esta cultura occidental en la que la juventud y la belleza son valores supremos, en la que las arrugas están mal vistas y deben eliminarse a punta de cirugías plásticas. Lo paradójico es que son precisamente las vidas de estos japoneses, lejos de las cremas, los gimnasios, los suplementos y del miedo, repletas de rutinas sencillas vividas con amor y con serenidad, los mejores ejemplos de buena salud y bienestar, anhelo de todos los occidentales en este afán por ganarle la partida a la muerte y al paso de los años.
Que interesante el tema de la feliz- edad para reflexionar y cambiar.
muchas gracias.
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Bien inspiradoras las historias del libro……se ve como hay sueños, vitalidad, energia en personas de an avanzada edad…tienes vidas activas, se sienten útiles, disfrutan las actividades cotidianas, hacen actividad física en mayor o menor grado, de acuerdo a sus condiciones de salud……!!!!!!!!
Son admirados, son respetados, su historia respeta el anciano desde siempre !!!……
Se conjugan entonces, elementos de como siempre se puede ser productivo, activo, muy en la ideología japonesa, y con sistema de salud preventivo, !!!!!!!!!!!!!!!..
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MI VIEJA LINDA TIENE 81 AÑOS Y PARECE QUE TUVIERA 50, TIENE UNA TIENDITA POR HOBBY, ELLA MISMA HACE LAS COMPRAS PARA SU NEGOCIO, SE TRASLADA SEMANALMENTE HASTA LA CAPITAL DEL DEPARTAMENTO A HACER SUS VUELTAS, VA AL MEDICO SOLA Y TODO ESTO LO HACE POR QUE LE NACE, SE SIENTE IMPORTANTE Y AUTOSUFICIENTE, A PESAR QUE TIENE 13 HIJOS Y TODOS ESTAN PENDIENTES DE ELLA ANTE CUALQUIER EVENTUALIDAD, PERO NO DEJA QUE NADIE SE META EN SUS ASUNTOS, VISITA A TODA SU FAMILIA Y ESTA PENDIENTE DE TODOS, ES UN TESORO QUE TENEMOS GUARDADO EN NUESTROS CORAZONES Y NOS SENTIMOS BENDECIDOS POR DIOS POR ESTA HERMOSA MADRE QUE NOS DIO
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EL CAMINO A LA VEJEZ DEBE SER VIVIDO CON HUMILDAD Y SINCERIDAD, DEJANDO VER QUE HEMOS SIDO UTILES, PARA QUE EN EL FUTURO LA JUVENTUD TENGA LAS MISMAS OPORTUNIDADES Q LOS VIEJOS Q SOMOS SU REFERENTE
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totalmente cierto lo dicho en su columna, y agregaria que en nuestra cultura latina, las personas adultas mayores se convierten y los convierten o en estorbo o en adorno y poco hacen ellos mismos por cambiar ese sitio que les asignan, personalmente soy una persona adulta mayor y vivo en un pais desarrollado y desarrollo actividades muy normales de gente de inferior edad, juego tenis, ando en cicla etc, etc, es tambien cuestion mental claro acompanado de algunas limitaciones fisicas, ej. fui campeon de tenis, ahora tengo limitantes y soy conciente de ello y asi sucesivamente. mil gracias por su columna, es de mucho valor porque pienso que ayudara a rescatar muchas personas que nuevamente se «desempolvaran» y entraran en actividad.
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