Creo que es peligroso que con el control a las noticias falsas Facebook caiga en el otro extremo: la censura.
No son tiempos fáciles para la información y nunca como antes la verdad la había tenido tan difícil, pero creo que eliminar de las redes puntos de vista porque a alguien no le parecen ciertos puede ser un error.
Entiendo las críticas que se les han hecho a las redes sociales y el manejo poco ético que han hecho de la información, pero con todo esto del coronavirus existen decisiones de manejo de la enfermedad que no necesariamente son la verdad absoluta.
Son muchos los videos de médicos serios que están dando su visión sobre el manejo de la pandemia, sobre los tratamientos para los pacientes y no están de acuerdo con lo que están haciendo los gobiernos. Son muchos los que critican el confinamiento o el uso de ventiladores y proponen alternativas diferentes, y lo hacen con argumentos serios y profesionales.
Personalmente creo que este debate es sano y oportuno, porque en tiempos recientes la humanidad no había manejado una situación como esta, luego no sabemos nada de nada y las discusiones al respecto son absolutamente necesarias.
Si algo permitían las redes sociales era conocer diferentes puntos de vista, era darles la voz a personas que antes no la tenían. Claro, esto se salió de madre en muchos aspectos, pero no por la esencia misma de las redes, sino porque a todo esto le falta buen periodismo.
Porque los medios dejaron que el público creyera que las redes son un medio de comunicación como la prensa, la radio y la televisión, y no lo son. Y porque los mismos medios se dejaron llevar por la tiranía del montón de seguidores.
Creo que ahora más que nunca se necesita del buen periodismo, aquel que contrasta fuentes, que muestra todas las caras de los hechos, que invita a la discusión con todos los argumentos sobre la mesa y que le permite al lector entender la realidad.
Los medios deberían recoger las voces de esos médicos, analizarlas, enfrentarlas a las versiones oficiales y no rechazarlas porque sí, porque no son iguales a la versión más extendida de los hechos.
Tal parece que no hemos aprendido la lección del todo, porque los periodistas deben saber qué está pasando y no solo registrar lo que les gustaría que pasara. El ‘New York Times’ nunca pensó que Donald Trump ganaría la presidencia y tuvo que pedirles perdón por ello a los lectores, porque como medio se alejó de la realidad de su país, de lo que una gran parte de sus habitantes estaban pensando y sintiendo sobre su situación.
Lo mismo sucedió en Colombia con el referendo por la paz. Todos los medios creyeron que ganaría el “sí”, y estaban equivocados. Si hubieran estado conectados con la realidad, habrían entendido que el “no” era una opción real.
Los medios tienen que estar empapados de los hechos y en este momento no se trata de censurar esas otras voces, sino de entender que muchos la están escuchando y eso es un síntoma de algo. Ellas también son parte de la verdad y con eliminarlas de las redes sociales no estamos mirando mejor el problema, solo lo estemos mirando a medias. El punto es el mismo: seguiremos dejando que Facebook determine qué es la verdad y que no lo haga el buen periodismo.
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