Llegamos al momento de las mentiras más grandes del año: escribir los propósitos del año nuevo. El 31 de diciembre vamos a prometernos cualquier cantidad de cosas al son de doce uvas y vueltas a la casa con maletas. Vamos a escribir unos propósitos para el próximo año que, al final de cuentas, si nos va bien cumplimos dos de los doce que digamos. No obstante, el esfuerzo de hacer una lista bien hecha vale la pena.
Los ciclistas somos quienes más propósitos nos hacemos. Yo siempre me prometo a mí mismo que voy a subir Patios con más frecuencia (y en menos de 25 minutos, le advirtió mi yo de 2014 al de 2015), y por eso mismo otro de mis propósitos es comprar una bicicleta nueva. El problema es que soy super cumplido con comprar la bicicleta nueva pero no tanto para subir a Patios. Así es como va el tema de los propósitos de año nuevo conmigo, y asumo que con gran parte de los ciclistas.
Ya que a todo el mundo le gustan los colectivos de bicicleta, entonces deberíamos tener una lista de Propósitos Colectivos Ciclistas de Año Nuevo. Es decir, deberíamos comprometernos a varias cosas para este 2016 que viene. Esto me parece bastante productivo, en particular porque los ciclistas estamos acostumbrados a sentir que tenemos muchos derechos (que nos amplíen la infraestuctura, que nos respeten los motorizados, que nos den más estacionamientos gratuitos y seguros y protegidos contra la intemperie, que nos dejen montar la bicicleta en transporte público, etc etc) pero nos cuesta algo de trabajo reconocer que tenemos también responsabilidades. Entonces propongo algunos Propósitos Colectivos de Año Nuevo para el Ciclista Urbano y les pido que me den más ideas:
Primer propósito: Respetemos al peatón
Respetar al peatón es una de las normas básicas que debe tener cualquier persona que conduzca un vehículo de cualquier tipo. Pero por alguna razón a algunos ciclistas les da rabia que los peatones existan. Se les meten en la vía, salen de la nada, y en general parecen ser un mosquito que dan ganas de espichar. Pues no: así como uno odia que los taxistas le boten el carro, pues igualmente el peatón oooodia que le echen una bicicleta encima. Entonces, a respetar pues.
Segundo propósito: respetemos las señales de tránsito
No están de adorno. Así uno tenga una fixie o sea super hipster, y así uno haya leído que en Paris se puede cruzar los semáforos en rojo, en gran parte del mundo no es así. Las cebras son para los peatones, los giros prohibidos son prohibidos y, oh sorpresa, la señal de «PARE» nos está invitando (o más bien obligando) a…. parar!
Tercer propósito: dejemos de comernos el cuento
Me explico: la bicicleta sí es chévere, pero no es para tanto. No es una cura contra el cáncer (yo sé, ayuda a que no pase, pero no es L A C U R A), tampoco es un regalo venido del cielo ni un matorral en llamas (o lo que haya visto Moisés en la jungla o lo que sea). Es simplemente un aparato con dos ruedas en el que es delicioso andar. Denles sus justas proporciones y admitan que cuando llueve uno se lava y que a veces uno usa otro modo de transporte porque tocó. Sí, es un gran modo de transporte y es el invento más maravilloso de la humanidad (por lo menos según la BBC) pero no es para exagerar ni para embutírselas a todo el mundo. Lo peor de alguien que ama algo es profesarlo como un Testigo de Jehová, y a veces los ciclistas se vuelven eso. Entonces respetemos a los que no les gusta la bicicleta, dejemos a los que no se quieren montar en ella tranquilos, y promovámosla pero no con frases tipo «EL MUNDO ACABARÁ SI USTED NO ANDA EN BICICLETA, HERMANO».
Cuarto propósito: No andemos como Naironman
Nairo es un berraco. También lo es Juan Pablo Montoya. Pero ninguno de nosotros debería andar por la ciudad como si fuéramos por el podio en el Alpe d’Huez así como tampoco esperamos que nadie vaya en su carro como en el Indy 500 en plena Carrera Séptima. Es simplemente peligroso para todos que uno vaya como una loca por la vía y creyéndose que va a ganarse la Maglia Rosa. Nadie se las está ofreciendo y nunca les dijeron que batieran ningún récord. Si hay algo bueno en la bicicleta es que no hay trancones y uno llega rapidito, y por eso mismo no hay que ir con tanto afán porque, a lo sumo, en un viaje de media hora se puede ahorrar cuatro minutos. Y en cuatro minutos no es que vaya a hacer muchísimo más en su casa (de pronto puede sacarse los mocos un rato más, pero de resto no le va a cambiar sustancialmente su calidad de vida). Y si usa la bicicleta para entrenar, olvídese de la idea que va a servir hartísimo ir y volver de la oficina, esa ilusión es para los flojos. Si quiere entrenar de verdad haga la Vuelta a la Sabana o por lo menos échese los seis kilómetros subiendo Patios. Y si la idea es hacer actividad física, yendo a un paso normal también se vale (si no me creen miren aquí y aquí y aquí para leer las indicaciones).
Y ahora me faltan sus propósitos. Cuenten pues, soy todo teclados. Pongan en twitter #propositociclista y cuál proponen. Seguro que vamos a tener más de doce.
Lástima que alguién que no se coma el cuento tenga un (d)espacio dedicado al mundo de la Bici, por el contrario uno de mis propósitos será comerme el cuento, creerlo y crearlo. Sin embargo, sí, caracteriza ud muy bien las contradicciones de los que montamos cicla… Muy soñadores, muy exigentes, y como dicen en los comentarios muy endiosados. Cuando me metí a seguirlo en twitter noté un tonito en sus trinos que me pareció fastidiosito. Pero se nota que sabe y tienen verdad sus argumentos, chevere y crease el cuento, desempolve la de Montaña y hagale a patios, acá los esperamos en yerbabuena pa’ cuando quiera venir a pedalear o a mostrar los resultados del manual de ciclo infraestructura… Chevere participar. Atentamente Alejandro «Miyagui»de BiciChía. Rotundo convencido de la Bicicleta.
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Excelente blog, Carlos. Excelentes propositos de año nuevo, ojala usted y algunos otros ciclistas con algo de conciencia los puedan cumplir. Un muy feliz año 2016 y que tenga temapara continuar el blog!!!
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Citando una frase del articulo tal vez construya mi proposito ciclista del nuevo año; dice la nota: «Ya que a todo el mundo le gustan los colectivos de bicicleta…..» bueno pues a mi no me gustan ni un poquito, me caen mal, se «endiosan» sobre el resto de la ciudadania, creen tener la maxima autoridad moral cuando están sobre la vía incluso por encima de otros ciclistas que nada que ver con ellos…. mi proposito 2016 será dejar de madrear en silencio a los colectivos de la bicicleta
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Más bicis!
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