Las creencias son el motor del comportamiento. Se instalan en nuestra mente inconsciente, que es el 95% de la capacidad cerebral y, desde ahí, movilizan nuestra conducta. Las creencias, son la razón por la cual queremos cosas, pero no logramos ejecutarlas. Seguro te habrás dado cuenta. Somos una sociedad llena de anhelos y ambiciones. Queremos tanto. Pero a la hora de pasar a la acción, aun sabiendo cómo lograrlas, nos paralizamos.
¿Qué ocurrió? Llegó tu creencia e interrumpió tus nobles iniciativas de cambio. Te paró para evitarte peligros. Acuérdate, la mente inconsciente no tiene mucha perspectiva sobre el peligro. Para identificar creencias, la clave es comenzar a indagar sobre todos los debería de tu vida. Es decir, pregúntate, ¿qué es eso que crees que debería ser, que debería ocurrir o que debería no haber ocurrido?
Cuando tengas tu lista de deberías, sigue indagando. ¿Por qué debería ser así? Por ejemplo, si crees que deberías ser flaca y no eres, pregúntate por qué deberías tener otro cuerpo. Pueden surgir cosas como: la gente flaca es feliz, o la gente flaca encuentra amor. Cuando llegues ahí, sigue indagando. ¿Tienes evidencias que apoyen tu creencia? ¿Estás segura?
Desinstalar creencias no es fácil, pero tampoco es imposible. La gente cambia sus creencias todo el tiempo; lo hacen cuando consistentemente se demuestran a ellos mismos que el cambio es seguro. Lo primero, ten conciencia sobre lo que crees y cultiva el hábito de indagar; llega al fondo del asunto.
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indagar, para cambiar la manera como observamos el mundo
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