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Que bueno es encontrar amigos en una ciudad que no es la de uno; tal vez se pueden conseguir en los vecinos cercanos, en los compañeros de trabajo o en eventos sociales que se presenten en Santa Marta. Pero lo que jamás imaginé es volverme cercano a los dueños de una panadería; pero no cualquier panadería, se trata de Notre Dame Pan y Café, un sorprendente lugar que no pasa para nada desapercibido en la capital del Magdalena. Álvaro y Santiago, unos hermanos que le ponen mucha dedicación a su negocio, esa misma dedicación en inversión de tiempo, experiencia y enfoque de sus productos buscando honrar los procesos de panificación europea. Por eso su acogedor local ubicado en el barrio Bavaria tiene características republicanas mezcladas con detalles en hierro y madera que se antojan muy elegantes y propias de la Francia del medio Evo.

Pero ellos saben que no es suficiente un buen producto, por eso se esmeran en hacer sentir más que bienvenido a todo aquel que visita su negocio, porque ellos desde pequeños son así. Respetuosos, educados, amables, y siempre con una actitud de servicio que sobrepasa límites. Para ellos no es una opción decirle NO a un cliente; lo que no tengan se lo consiguen, o le preguntar al comensal que quiere y como lo quiere para que siempre salgan satisfechos.

Con este par de personajes tuve una larga tertulia gastronómica en donde encontramos sobradas afinidades y gustos por el buen comer. Yo solo estaba buscando un café y terminé probando los eclers de chocolate, los dedos de queso que son campeones, mandé a hacer una torta especial de café (que no estaba en la carta pero que ellos accedieron gustosos a prepararla) para la novia que estaba de cumpleaños, y me llevé media docena de pan de chocolate que me terminé al otro día de haberlos adquirido. Y como tenía una excusa para volver por más pan, llegué temprano la siguiente semana para desayunar unos huevos benedictinos, con croissant y café de la Sierra Nevada. Hay también benedictinos americanos, primavera y rancheros. Otras opciones de desayunos son el sandwich París (pan baguette, jamón artesanal a las finas hierbas, pepinillos al vinagre y queso provolone. Panes aliñados, integrales, trenzado de queso que ya también compré para la casa, ciabatta de orégano, tradicional y uno con aceitunas, croissant de almendras, de queso, el pan de chocolate del que ya les había hablado, muffin de arándanos, de amapola, eclair, brownie con nueces y brownie sin gluten.

Buen café y bebidas calientes, además de una docena de bebidas frías como limonadas naturales, de coco y batidos de uva, fresa y frutos amarillos. Pero definitivamente lo que más me impactó fue el excelente servicio al cliente desde sus dueños hasta el último de sus empleados; todos están siempre muy dispuestos para satisfacer cualquier detalle que requiera el cliente.
Al final de la charla con Álvaro y Santiago, me expresaron que a ellos no les interesa fidelizar y hacer solo clientes, lo que más les importa es hacer amigos. Buen eslogan, sobre todo en una ciudad en la que a veces se sufre por conseguir un buen servicio.

Instagram: @notredamesm
Dirección: carrera 13 No 28-47 barrio Bavaria
Menú: ver carta

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