Chocó: plantas especializadas contra contaminación por mercurio
Propuesta de Haminton Salas Moreno, chocoano, doctor en toxicología ambiental y profesor universitario, ha hecho investigaciones sobre la contaminación por minería en la cuenca del río Quito.
En esta entrevista alerta sobre la presencia de metilmercurio en peces del medio Atrato.
“No basta con sembrar árboles en las zonas contaminadas porque a fin de cuentas el mercurio se queda en ellos, en sus frutos, hojas o en el suelo, y de esta forma puede ingresar a la cadena trófica.
Nosotros proponemos la fitorremediación, que es el uso de plantas para extraer estos metales del suelo y restaurar la zona para que la gente pueda cultivar de nuevo”, sostuvo Haminton Salas, quien está próximo a publicar dos investigaciones que dan cuenta de los impactos de la minería ilegal en el río Atrato.
Para Salas, los efectos de la contaminación por mercurio en la salud son inminentes. El metal puede llegar a las personas por medio del consumo de peces o de agua contaminada y causar graves daños en el cerebro. “Debemos tomar decisiones ahora para mejorar lo que está sucediendo. Hay que aprovechar la Sentencia y actuar de inmediato”, concluyó.
Manuel Haminton Salas Moreno es licenciado en química y biología de la Universidad Tecnológica del Chocó, magíster en química aplicada de la Universidad de los Andes (Mérida-Venezuela) y doctor en toxicología ambiental de la Universidad de Cartagena.
Sus líneas de investigación son Química Ambiental, Fitoquímica, Aceites Esenciales, Productos Naturales, Fitorremediación, Proteómica de plantas Fitoremediadoras y toxicología ambiental. Es profesor ocasional de la Universidad Tecnológica del Chocó Diego Luis Córdoba.
Esta entrevista está basada en la intervención que hizo el experto en el evento virtual de la Mesa Étnica del Chocó Biogeográfico, revisada por él.
¿Qué tipo de investigaciones ha desarrollado con relación a la contaminación en la cuenca del río Quito?
Básicamente mis investigaciones tienen como objetivo recuperar áreas degradadas por minería. Desde hace años me interesa mucho la zona de río Quito.
Cuando salió la Sentencia, yo estaba en la comisión de la Universidad de Cartagena junto con el doctor Jesús Oliveros y el estudiante de doctorado Yubert Palacios en ese entonces. Nosotros llegamos hasta Paimadó y pudimos ver la devastación creada por las actividades mineras en el río.
También pude observar cómo se ha perdido el cauce y la enorme cantidad de dragones que hay a lo largo del río, es algo bien triste.
Las investigaciones que realizo junto con los doctores José Luis Marrugo Negrete, Carlos Salazar Camacho y Sergi Diez están basadas en la recuperación de áreas degradadas por minería.
La idea es extraer los metales que hay en el suelo, producto de actividades mineras, como el mercurio, cadmio, plomo y arsénico, que afectan el suelo y son un problema porque pueden llegar hasta el agua, las plantas y las personas, afectando gravemente nuestra salud; además de los efectos nocivos en peces, aves, reptiles y mamíferos.
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¿En qué consiste su propuesta de recuperar las zonas degradas a través de la fitorremediación?
No basta con sembrar árboles y que crezcan en esas zonas, porque a fin de cuentas el mercurio se queda en los tejidos de los árboles o en el suelo y tiene la capacidad de ingresar a la cadena trófica por consumo de frutos u hojas por animales herbívoros, o por escorrentía llegar a ríos y quebradas.
Es importante destacar que estos árboles no tienen características fitorremediadoras, la idea es usar plantas especializadas para extraer ese tipo de metales y luego recuperarlos.
El grupo de Investigación en Agua, Química Aplicada y Ambiental de la Universidad de Córdoba (Montería) del Dr José Luis Marrugo Negrete ya ha realizado recuperación de áreas en otras zonas del país.
Este grupo de investigación que hace parte de nuestro grupo de trabajo, tiene protocolo para recuperar el suelo afectado por la minería. Este protocolo se basa en hacer un análisis de distribución espacial que permita ver dónde están las concentraciones de los metales pesados en cada área del suelo y extraer los metales de forma paulatina con un monitoreo constante y el uso de varias especies de plantas que ya hemos estudiado.
De esta forma es posible fitorremediar cada una de esas zonas y hacer un monitoreo en el tiempo para ver cómo cambian las concentraciones, lo cual es perfectamente aplicable en las zonas impactadas por la actividad minera en el Chocó.
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¿Cómo se adapta esta propuesta a las necesidades del Chocó?
Esa es la idea que tenemos para incorporar al debate: recuperar las zonas degradadas para que en un futuro puedan ser cultivables.
Uno los problemas que ha dejado la minería es que se ha perdido mucha capa vegetal, áreas de cultivo y también la fertilidad del suelo, de esta forma mucha gente pierde sus cultivos o simplemente no puede cultivar.
La idea es tratar de recuperar esas áreas para que la gente pueda cultivar otra vez y así alcanzar algo básico como la seguridad alimentaria. La propuesta está encaminada a activar ciertas zonas que la minería ha dañado para que la gente pueda volver a ser productiva.
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¿Qué detalles nos puede adelantar de sus investigaciones en curso?
Uno de los efectos importantes de la minería son los metales que quedan allí y que pueden estar circulando en la cadena trófica, en las plantas, en los humanos y las afectaciones en la salud que estos generan.
Pronto saldrá un artículo que muestra la distribución espacial de metilmercurio y mercurio en peces de la cuenca del río Atrato, en la revista internacional Chemosphere; además un artículo de las concentraciones de mercurio total y metilmercurio en 16 especies de peces divididos en cinco zonas de la cuenca del río Atrato, en la revista internacional Journal Data in Brief.
Lo que nos muestra la investigación es que el mercurio se ha ido hacia el medio Atrato, pues descubrimos que las concentraciones de los peces de medio Atrato son muchísimos más altas. De hecho, los peces que están en la cuenca del río Quito no tienen altas concentraciones.
El mercurio se ha ido almacenando en los peces de esta zona y además algunos ríos con presencia de actividad minera que están en Atrato medio como: Neguá y Murindó, entre otros, están contribuyendo.
Lo más preocupante de esto es que la mayor cantidad de mercurio presente en los peces del río Atrato está en forma de metilmercurio.
Eso es algo muy grave porque el metilmercurio es la forma más tóxica del mercurio que existe: se acumula en el cerebro, tiene la capacidad de pasar la barrera hematoencefálica, llegar al cerebro y producir muchos daños, sobre todo en los niños en desarrollo.
De igual forma, hay otra investigación que debe salir en algunos meses que se basa en “Riesgo a la salud humana por metilmercurio debido a el consumo de pescado”.
En este artículo trataremos de explicar cómo las personas se pueden ver afectadas por el consumo de pescado de acuerdo con las cantidades que consumen a la semana, el tipo de pescado y las concentraciones de mercurio y metilmercurio que hay en esos peces, lo cual es un paso importante para empezar a establecer políticas y recomendaciones para el consumo de pescado.
Esos dos artículos dan cuenta de los impactos de la minería en la cuenca del Río Atrato, pero también proponemos la fitorremediación, que es el uso de plantas para extraer estos metales del suelo, limpiarlo, restaurar la zona y darle un valor agregado para que la gente vuelva a cultivar sin miedo de que las plantas o los frutos tengan altas concentraciones de mercurio, cadmio o plomo.
Los efectos en la salud de la contaminación por mercurio son inminentes. Debemos tomar decisiones ahora para mejorar lo que está sucediendo. Hay que aprovechar la sentencia y actuar de inmediato.
Editó: Juan David Morales Giraldo, de la plataforma de comunicaciones de Color de Colombia.
***Trazador misional de esta publicación de Fundación Color de Colombia: Línea estratégica 3: Mercados inclusivos y desarrollo sostenible. Iniciativa: Promoción de consensos estratégicos para el desarrollo sostenible. Proyecto: Chocó piensa en grande.
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