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Crecen las expresiones de descontento contra los abusos de las compañías de telefonía móvil. Se alzan voces que piden boicot. Las autoridades guardan silencio (¿Cómplice?) y en el mundo las cosas se agitan.
De otra parte, algunos hechos ocurridos en días pasados configuran interesantes tendencias: la creciente molestia de los usuarios, el daño que afectó a más de 12 millones de abonados en México y la puesta en marcha del sistema 4G en la China.
BOICOT EN ASCENSO CONTRA EL ALZA
La reacción de los consumidores ganó terreno en España y aunque Movistar asegura que el martes 6 de febrero se registró un consumo ligeramente superior al normal, todo hace prever que el próximo 1º de marzo el boicot contra los aumentos será más enérgico.
Pero, más allá de los resultados numéricos (difíciles de calcular pues las propias operadoras manejan las cifras de tráfico), estas manifestaciones instituyen la presencia de los ciudadanos, contra los abusos de las empresas y la ineptitud de las autoridades, mediante la información y la comunicación.
Es evidente que el ejemplo cunde. Bastará ver si aquí hay capacidad civil para organizar una protesta que se sienta. Algunos dicen que no llamar sólo sirve a las empresas pues ya los planes están vendidos. Otros que el punto está en recurrir a la oferta callejera. Se impone la búsqueda de mecanismos que hagan efectivo la expresión de legítimo malestar.
CUALQUIERA TROPIEZA
Sí. Pero cuando quien tropieza es el 3er hombre más rico del planeta, y en su propio fortín, hay algo más que raspaduras en las rodillas.
Carlos Slim posee más del 50% del mercado móvil latinoamericano. Opera, además de México,  en Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Paraguay, Perú, Uruguay y casi toda América Central. Con Comcel domina más del 60% de la telefonía móvil en Colombia y aunque acabó de deshacer la negociación con Verizon por CANTV, sigue aventajando a Telefónica-Movestar en el mercado latinoamericano de telefonía móvil.
Una recarga en las redes sacó de servicio a la cuarta parte de los abonados de América Móvil en México, su territorio base, por más de 10 horas. Como de ficción (Habría que releer ‘la silla del águila’, de Carlos Fuentes novela que transcurre, justamente, durante un período sin comunicaciones en México).
El hecho, incongruente con el actual avance de las tecnologías móviles, de que una mínima caída en un punto de la infraestructura derrumbe extensos tramos de red en instantes, devela una enorme torpeza operativa.
Si, como suele ocurrir, las autoridades callarán y la ‘mano invisible’ -en lugar de propinar una bofetada-, le da la mano para que se levante; los abonados mexicanos deberían manifestar su rechazo a semejante demostración de torpeza.
¿Qué dirían, si hablaran, acerca de este tropezón, los bufones que actuaron con Slim en la pantomima de la ‘1ª venta de Telecom’ y en la intentona de feriarle ETB, Ola o lo que fuera? No creo que se atrevan a refrendar las virtudes con que querían demostrar la conveniencia de la frustrada operación.
EL COLOSO VA VELOZ
Al tiempo con estos hechos, en el distrito Changning de Shangai entró en operación un sistema de telefonía móvil 4G se anunció la entrega de licencias para telefonía móvil de última generación.
La 4G es más versátil, robusta y veloz que cualquier sistema anterior: la convergencia de múltiples redes y sistemas sobre IP le permite ofrecer acceso entre 100 Mbps en movimiento y 1 Gbps en reposo, una alta calidad de servicio en todo el trayecto, altas cotas de seguridad y unos costos mínimos.
 
Mientras la 3G (UMTS) ha tardado 4 años en llegar a los 100 millones de abonados en 67 países, las barreras de acceso son altas y los inversionistas se quejan por la lentitud del retorno; es de prever que la nueva generación china de móviles, que llegará al mercado en 3 años, con tan sólo un bajo porcentaje de usuarios en aquel país, la balanza se inclinará a su lado.
 
Y si, adicionalmente, Venezuela aprovecha con inteligencia la nacionalización de las comunicaciones y el intercambio científico-técnico y comercial con China, puede convertirse en el 3º en discordia que dispute, con precios justos, seguridad y calidad, la preferencia de los usuarios latinoamericanos.
 
Está claro que Telefónica y América Móvil hasta ahora aquí han crecido a punta de adquisiciones, pero no por ser competitivos ni competentes. Deben cambiar con prontitud y tino, si no quieren ceder terreno en el mercado, porque la estima de los clientes…¡olvidense!!  

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