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Casi un siglo ha pasado desde que comenzaron, de manera más o menos metódica, los estudios en el tema O.V.N.I. En algún lugar del planeta a alguien se le ocurrió que esta forma participativa de culturas fuera del espacio se dibujara como un fenómeno más. Y dentro de ese plan entra la figura del OVNI y del ET, como lo haría la de Coca-Cola o la de McDonald’s.
La marca, entonces, fue tomando lugar en la sociedad de una manera muy natural. La mentira se disfraza y se convierte en verdad con el tiempo: olvidamos quienes somos y nos conformamos con aceptar lo que nos dicen que somos y, sin preguntar, seguimos.
La historia armada de recortes y escrita de acuerdo con el momento de quien estima debe escribirla, va desdibujando nuestra naturaleza humana. Tanto que hasta los grandes estudiosos, ocupados en sus ciencias, establecen la exacta idea de cómo hemos llegado a este punto: dormidos.
Nos hablan maestros espirituales, seudo contactados, personas que se toman la autoridad de decir qué se debe hacer, llevándonos de la mano al total adormecimiento; confundiendo la naturaleza con vivir como marionetas. Y así es como alcanzamos el más alto grado de estupidez: creyendo lo que nos dicen.
Genios. Albert Einstein: logró desempolvar la física y la ciencia de siglos atrás y dar un salto cuántico. Leonardo Da Vinci: copiando a grandes inventores hizo un salto cuántico analizando y generando la observación más crítica. Músicos escuchando su naturaleza descubrieron el arte como ciencia ondeando en el cosmos y esos lugares más sutiles que asisten a nuestro cotidiano, realizándonos como seres humanos.
La llamada Ovnilogía logró, entre las décadas de los 60 a los 90, saberse parte de un Universo plenamente poblado en el marco de diferentes realidades, lejos del “extraterrestre” que nos han dibujado y que nos aleja de nuestra esencia.
En nuestro Congreso CIO: Encuentro de Contactados realizado en el año 2000, dicho por quienes participaron en las mesas redondas: todos somos contactados. Y hoy después de casi 26 años de escuchar a quienes se ocuparon de todos estos temas reconocidos mundialmente, aprendimos que contactar es comunicarnos y que todos estamos en condiciones de comunicarnos con todas las realidades que nos acompañan en nuestro cotidiano.
Es decir: ya está bien de seguir alimentando la compra y venta en temas que son propios de nuestra naturaleza humana. Estamos plenamente capacitados para comunicarnos con todo el cosmos y con nuestro planeta.
La ovnilogía no es una ciencia, es la posibilidad de encontrar lecturas poco vendidas por el establishment y encontrarnos al unísono con el cosmos.