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Ahora se les llama las modelos de tallas grandes, como si fuera necesario calificar las dimensiones del cuerpo para entrar en categorías profesionales. ¿Por qué no sencillamente mostrar a la modelo y que el público decida qué adjetivo le suma a su tamaño?
Porque los diseñadores y publicistas que le venden a la sociedad cómo debemos ser las mujeres necesitan agregar esas palabras, “de talla grande”, para que quienes vean las fotos y los desfiles comprendan que no ha sucedido un error, por el contrario, que son ellos mismos quienes les han dado permiso a estas mujeres para aparecer en portadas y han concluido, en voz de toda la humanidad, que pueden ser bellas, atractivas, seductoras y por eso tienen derecho a posar.
El permiso no es necesario, es cierto, pero en el fondo libera a muchas mujeres de las comparaciones odiosas a las que se someten a sí mismas para definirse bellas de acuerdo con lo establecido por la sociedad sin entender que tenemos derecho a ser lo que nosotras queremos ser. Me encantan aquellas que se pasean orgullosas de sus cuerpos con unas carnes de más, que sonríen y son felices con sus tallas grandes porque se quieren con todo.
Es cierto que el sobrepeso no es bueno para la salud, que la buena alimentación y la vida sana siempre traen beneficios, pero unos gordos aquí o allá no van a matar a nadie ni van a condenar a sus poseedoras al infierno. Sin embargo, es tal la cultura por la delgadez que en ciertas marcas de ropa es imposible encontrar tallas para las rellenitas no vaya y sea que se desprestigien sus prendas por andar expuestas en redondeces.
Creo realmente que unos kilos de más tienen derecho a caminar altivos, a pasearse sin sentirse culpables, sin que la sociedad los señale y sin que sean juzgados como abominables, más cuando algunos estudios científicos se aproximan a decir que hay quienes suben más de peso que otros por cuenta de tener el cuerpo como lo tienen.
Sí, infortunadamente la dieta occidental está llena de harinas y grasas que según los que saben no son lo mejor para el cuerpo, pero yo reclamo mi derecho a comer chocolatinas, a saborear un helado, a desayunar con pandeyuca y a tener estrías por cuenta de los embarazos que le dieron vida a quienes más amo. También reclamo el derecho de mis caderas a existir como parte de mi feminidad, el derecho a comer postre cuando me invitan a almorzar y a mirar en los menús de los restaurantes las opciones diferentes a las ensaladas.
Las mujeres también tenemos derecho a subirnos sobre la balanza sin miedo y sin sentirnos culpables, sin creer que los gramos que aparecen en la pantalla nos dicen sí tenemos motivos suficientes para sentirnos a gusto con nosotras mismas, porque nuestro verdadero peso en la vida lo llevamos en nuestra esencia, en los alimentos con los que hemos nutrido el alma y las recetas con las que hemos logrado hacerle frente a la vida en medio de los obstáculos que hemos tenido que saltar para descubrir por nosotras mismas el verdadero valor de nuestra feminidad.
Bajo ningún motivo se debe defender, aceptar o ser condescendientes con el sobrepeso, que es muy diferente a discriminar. Defender el hecho de que lo que importa es lo de adentro es estimular que la gente se descuide, se vea mal y se enferme porque la obesidad trae miles de problemas físicos.
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hablando en serio, las gordibuenas estan de moda hay damas que tienen unos rostros hermosos y unas curvas peligrosas que tientan las manos para recorrerlas sin freno, lo que digo me caigo de la cama y tengo donde agarrarme y me sostiene, en cambio una flaca androgina se va conmigo, hay mujeres tan delgadas que su falta de curvas las hace ver como niños prepuber, las curvas están de moda y llegaron para quedarse.
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estrellita.delosriosarrieta usted esta enferma donde la veo usted insulta y despotrica hasta del tiempo, no pierda su tiempo, no lo lea, si no le gusta y si es tan perfecta, cree su propio blog y muestre sus imágenes insuperables por cualquier ciudadano colombiano, je je
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El ñerombiano no conoce los términos medios: o flacuchenta como dice un forista o jarretona. Brutos delp guarapazo por jartar cerveza y roscón con salchichón de tienda o comida de restaurantes elegantísimos, según ellos. Esta bloguera quedó sin neuronas por escribir para El Tiempucho, como todos sus columnistas. No haga más daño, gafufa. Piense mejor y deje de engordar cual marrana cebada.
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Primero devorada por los gusanos bajo tierra que mantecuda, barrigona, jarretona. Se puede controlar la figura sin dietas, sin gimnasios, sin sufrir. Ámese, coma bien, evite el trigo y sus derivados; coma yuca, plátano, maíz. Evite las pastas, el diabético pan y sus derivados. Sque gusto a legumbres y vegetales. Mírese al espejo cada mañana, de perfil y sea objetiva con la gordamenta que crece por segundos. No sean gordos.
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Equivocada como siempre. Las llantas, el buche, la papada, el nalgatorio y los conejos son producto de una baja estima, de no saber cerrar el pico, producto de la poca selectividad, escasez de inteligencia, para detectar cuándo van rumbo a una figura de marrana y después… para la eps con diabetes y pare de contar. Mentira, embuste. Cierre el pico, no coma bimbo ni esas comidas baratas a domicilio de las fábricas de alimentos para cebar estúpidos. Cuídense la figura que es sinónimo de buena salud y peso ligero para evadir a los ñerombianos delincuentes.
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lamentablemente, la idea que les vendieron a nuestras niñas, es que tiene que ser unas flacuchentas con unas medidas inventadas, que no pueden comer nada y vivir esclavas de un gimnasio, esa es nuestra mediocre television
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Totalmente de acuerdo, además, no necesariamente es que tengan gordos, sencillamente son gruesas, trozuda o como las quieran llamar. Pongan frente a frente a una modelo mal llamada curvy y a otra flaca a ver a quien miramos más.
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