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Algunos procedimientos relacionados con la cirugía estética genital femenina como el rejuvenecimiento vaginal, la vaginoplastia, la reconstrucción del himen o el aumento del tamaño del Punto G son muy comunes entre aquellas mujeres que desean darle un cambio al aspecto de esta parte tan importante de su cuerpo, tras sufrir algunos cambios después del parto o con el paso de los años.

Pese a las expectativas que pueden llegar a tener muchas mujeres con respecto a los resultados de este tipo de intervenciones quirúrgicas, expertos en el tema aseguran que algunas pacientes, persiguiendo un ideal físico promovido por la pornografía o por la publicidad en Internet, no son advertidas acerca de los riesgos como infecciones, cicatrices, dolores y la pérdida de sensibilidad en sus genitales que pueden llegar a sufrir tras una intervención quirúrgica con fines estéticos, si es practicada por alguien que no sea idóneo en el tema.

Al respecto, la ginecóloga Cheryl Iglesia, en una entrevista para Reuters, asegura: «Las mujeres están siendo engañadas o están confundidas pensando acerca de lo que es normal», refiriéndose a que someterse a tratamientos de este tipo tiene muchas implicaciones que pueden influir en aspectos relacionados con su salud y desempeño sexual, tal y como lo ha advertido el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), en el 2007,  avisando a los médicos miembros que la validez médica y la seguridad de la cirugía estética genital femenina está siendo fuertemente cuestionada.

Por esta razón, el trabajo de un cirujano va más allá de su experiencia en cirugía plástica, siendo necesario contar con un entrenamiento enfocado en especialidades como el rejuvenecimiento o el diseño vaginal. Tal es el caso de famosos cirujanos como el doctor estadounidense David Matlock, pionero en procedimientos de este tipo e incluso, de sus alumnos colombianos, entre ellos la Dra. Lina Triana y Jorge Alberto García, dos de los pocos cirujanos en país, dedicados a la cirugía estética genital y al mejoramiento de la calidad funcional de la vagina.

Aunque la respuesta sexual femenina es impulsada por factores psicológicos, más que por la apariencia genital, «incluso cuando a las mujeres se les habla de posibles complicaciones como la falta de sensibilidad en el clítoris, muchas de ellas concentran más su interés en conseguir una vulva de aspecto más joven, más perfecta o más deseable», asegura Harriet Lerner, psicólogo especializado en temas de la mujer.

Aunque no puede negarse que una cirugía plástica puede cambiarle la vida positivamente a una persona, tanto física como emocionalmente, ayudándole a estimarse más a sí mima y a incrementar su autoconfianza, el sentirse bien con su propio ser es una cuestión que no debe atribuírsele sólo al bisturí y mucho menos, caer en el error de ponerse en las manos de la persona equivocada a la hora de someterse a una intervención de estas.

Según el Dr. Iglesia, «Las mujeres son engañadas al decirles que puede existir  un aspecto estándar de la vulva.» Y según él, como cirujano plástico: «La cuestión ética es: ¿Cuánto estamos jugando en la inseguridad de las mujeres?»

Resumiendo todo lo anterior, si usted está contemplando la posibilidad de someterse a una cirugía estética genital femenina, piense antes de tomar la decisión de operarse si esto es necesario para usted o si se trata de una remodelación, tenga en cuenta si vale la pena poner en juego el placer y sensibilidad por «belleza genital».

La vagina de aspecto ideal no existe, sin embargo, si está buscando un cirujano que le de un cambio extremo a sus partes íntimas, asegúrese de que sea un especialista certificado que le ofrezca como garantía un procedimiento seguro y que sea realista y honesto con usted frente a los posibles resultados de tal intervención.

Así las cosas, ¿Creería usted que una cirugía vaginal sería la clave para sacarle mayor provecho a sus partes íntimas e incluso, para ser mucho más feliz sexualmente?

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