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Los colombianos y sus instituciones no están acostumbrados a que miradas externas los evalúen y comparen con pares de otras partes del mundo. Quizás, ello se deba al modelo de desarrollo del país «hacia adentro», literalmente, entre montañas alejadas de las costas y, por ende, del mundo. 
Tal desarrollo «hacia adentro»  es costoso, por un lado, y por otro, ha generado una cultura poco proclive a mirar el mundo externo  y aprender de él.  Importar materias primas a Bogotá, por ejemplo,  provenientes del Golfo de México, tiene doble costo: de EEUU a la Costa Atlántica colombiana y de allí, al centro del país. Si en la capital (colombiana) se elaboran productos con tales materias primas que pretendan ser vendidos en la Costa, habrá costos adicionales de transporte.
Lo más grave, sin embargo, es la cultura que ello ha generado después de siglos. En forma lamentable, las instituciones educativas colombianas, incluyendo las universitarias, con excepciones, poco gustan de mirar cómo están ubicadas en el mundo global académico.  
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Al examinar cómo se ubican en distintos tipos de rankings, queda la preocupación de cómo mejorar la situación. La respuesta no depende simplemente del Estado, en tanto, que una proporción importante de los centros de educación superior está en manos privadas. Veamos algunos retos:
1. En el ranking de universidades que realiza Webometrics (proyecto Cibermetría, del Ministerio de Educación de España), la mejor universidad colombiana clasificada, la U.Nacional, ocupa el puesto 406 en el mundo. Andes, Antioquia, Javeriana y Cauca alcanzan a estar entre las primeras mil universidades del mundo.
2. Las universidades de la Costa no ocupan buenos lugares. La mejor ubicada, según Webometrics, es la Autónoma del Caribe, que en Colombia ocupa el puesto 11 y en el mundo, el número 1633. Le sigue la del Norte (Barranquilla), 16 en Colombia y 2308 en el mundo.  En la posición 20 en el ranking colombiano (puesto 2812 en el mundo) se encuentra la U. de Cartagena.
3. Si se examinan algunos resultados de investigación como las publicaciones indexadas, la situación no es halagüeña para las universidades colombianas. De acuerdo con Scimago*, en el período 2006-2010, la U. de Sao Paulo, la primera en Iberoamérica,  tuvo una producción total de 44.610 documentos indexados reconocidos. Al explorar el desempeño de las instituciones colombianas, la mejor ubicada, la U.Nacional, obtuvo la décima parte de resultados: 4302 documentos entre 2006 y 2010. Ocupa el puesto 47 en la región iberoamericana. 
La U. de los Andes cuenta con  1.709 publicaciones y está en el puesto 97 de la región. La U. del Norte cuenta con 321 publicaciones y se ubica en el número 257 en Iberoamérica.
4. Los temas de calidad (docencia, investigación, principalmente)  dependen en últimas, de la capacidad de atraer y retener talentos, particularmente profesores con doctorado. Colombia carece de una política que haga atractivo contar con una masa crítica mínima de doctores dedicados a la docencia y la investigación. A pesar de que el número de doctores colombianos ha aumentado, muchos de aquellos que estudiaron en el exterior han optado por no regresar. El tema, desde luego, se relaciona con la ausencia de  incentivos intangibles y otros monetarios, que no hacen atractivo al talento de primer nivel incorporarse a las universidades colombianas. De ahí, que solo entre 3% y 8% de los profesores universitarios en Colombia posea doctorado **.
Estos son algunos de los temas que en el marco de la economía global hay que analizar. Los retos son claros. Solo hay que tener claro que se debe invertir en el talento, medio imprescindible para convertir a Colombia en una Sociedad del Conocimiento.
*Scimago, Iberoamerican Ranking 2012.
**Paying the professoriate, 2012, Cap.9.


Rafael Orduz
Director ejecutivo
Colombia Digital

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