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Ya estarán acostumbrados a leer mis posts criticando todo. Pero es que de la crítica se logran cosas mejores, y con eso en mente ahora voy a hablar del pico y placa decembrino, un tema que le causa un dolor de cabeza a más de un tipo de persona: el conductor, el alcalde, la secretaría de movilidad, el de los parqueaderos, y hasta el del avisito ese que tienen en las porterías y hay que cambiar cada seis meses porque se les ocurre una nueva idea. Generalmente a mí me saca la piedra porque me parece que el pico y placa (en todas, todas, absolutamente todas sus variantes) nos quita tiempo para pensar en lo que es importante – y lo dije en una columna que escribí hace unos meses – comparándolo con el igualmente inútil juego de Sudoku
En realidad, lo que más rabia me da es la constante alusión a esa estrategia como una especie de personificación del mesías del tráfico, cuando en realidad más bien lo deberíamos asociar al anticristo del transporte… bueno, no es para tanto, pero sí me da rabia. Esta vez, lo que me sacó la piedra no fue tanto la idea del pico y placa como tal sino la toma de decisión con respecto a ampliarlo o no durante los próximos días ante la inminente «crisis de movilidad» en la que USTEDES (los que van en carro) están inmersos (yo en bicicleta no tengo problema con esas banalidades, ya les dije una vez).
Entonces les quiero mostrar dos cosas: la primera, un pantallazo de la página de El Tiempo que tienen con toda la información sobre pico y placa, donde solamente con los titulares recientes ya se dan cuenta a qué me refiero (sigo explicando debajo de la imagen):
pico y placa confusion.png
Chuuusco, ¿no? Y ahora les muestro la segunda cosa, que es exactamente lo mismo pero en muñequitos animados (pido disculpas por el idioma, pero no lo encontré en español. Igual se entiende o se acuerdan). Aquí va:
 
Como les dije, es exactamente lo mismo pero en muñequitos animados y en inglés. Estimados lectores, dejo a uds la comparación de Petro y Ana Luisa con cualquiera de los dos (o de los tres!) personajes. Yo ya traté con las diferentes combinaciones y en todas me río igual. Dan ganas de hacer un video igualito pero que tenga subtítulos y se turnen los bichos diciendo «pico y placa…todo el día…. no, solo en horas pico! …. no! DÍA ENTERO!» etc etc hasta que le dan un balazo a alguno (el que se le mida, bienvenido, yo soy muy malo para esas cosas de editar videos).
Pero ahora sí en serio. Este nuevo escenario de política urbana y de movilidad, triste y totalmente inútil, nos demuestra por lo menos cuatro cosas:
1 – No hay una idea clara sobre qué hacer en movilidad en Bogotá;
2- Nuevamente se están gastando demasiado tiempo en una decisión que podría tomarse rápidamente (por ejemplo, acabando el pico y placa de una vez por todas);
3- Lo único que le ha hecho el pico y placa a la susodicha movilidad es daño, en todas sus formas, progresivamente, como un cáncer;
4 (opción 1) – No tenemos salida a este lío, y al vez es una señal (más) del fin del mundo;
4 (opción 2)- Nos toca seguir buscando soluciones estructurales al problema que hagan un uso más inteligente del espacio vial. Una idea abajo, véase el bus rojo con 160 personas, después cuéntese los automóviles en el medio… quién lo usa más eficientemente? YO SÉ, el tumulto dentro del bus y eso. Entonces imagínense ahora el bus con 100 personas y comparen otra vez:
Transmi vs los carros
(la próxima semana hago un post largo sobre la política de transporte de Bután, tons prepárense).
@carlosfpardo

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