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El borracho buscando la llave

En este estado mental no vamos a poder solucionar nada. El problema de Uber puede compararse con muchas cosas, y los intentos de explicación de este fenómeno han sido en gran parte fallidos. El extremo recalcitrante indica que Uber es un servicio ilegal, otros simplemente indican que es una cosa que antes no existía y que ahora sí, y en el otro extremo aparecen los que lo apoyan y tratan de hacer que todas las normas existentes se reinterpreten de alguna manera para que se concluya que sí, que Uber es un servicio totalmente legal.

Pero estamos en un estado de conciencia que nos hace imposible solucionar el problema de Uber, o de cualquiera de esas cosas que no existían antes y ahora sí. El cuento del borracho buscando una llave es útil aquí, entonces lo describo como si estuviera contado por alguien más:

En la mitad de la noche, un borracho está mirando atentamente el piso iluminado por un farol. Llega un policía y le pregunta qué hace. El borracho le responde que está buscando una llave. Después de un buen rato de ayudarle a buscar, el policía le pregunta al borracho si está seguro que la llave está en ese lugar. El borracho responde «no, la dejé allá a ese lado pero es que allá no se ve nada».

Muchos ya hemos oído este cuento. Algunos nos reímos. Otros (como Paul Watzlawick en «El Arte de Amargarse la Vida«) escriben la mitad de un libro reflexionando sobre este cuento. Yo lo adapto al tema de Uber:

En la mitad del universo, un funcionario público está mirando atentamente la legislación actual buscando algo. Llega otra persona (digámosle Paco) y le pregunta qué hace. El funcionario le responde que está buscando una solución al problema de Uber en la legislación existente. Después de un buen rato de ayudarle a buscar, Paco le pregunta al funcionario si está seguro que Uber aparece en la legislación actual. El funcionario responde «no, en realidad me toca resolver el tema en otro sitio pero es que allá no se ve nada»

Ante esta adaptación del cuento, pocos nos reímos. Pero el problema es que estamos actuando como el borracho bajo el farol: bajo la comodidad de la regulación (y el modo de pensar) actual estamos buscando una solución a un problema nuevo. Y de esa manera no vamos a lograr nada.

Para tratar de avanzar a una solución, podemos extender la metáfora y encontrar similitudes. Para encontrar la llave, el borracho del cuento original necesita:

– Estar sobrio

– Conseguir una linterna

– Buscar donde botó la llave.

Adaptándolo nuevamente a nuestra situación Uberesca, nosotros necesitamos estar sobrios (caer en cuenta que este problema es distinto a los que ya hemos solucionado), conseguir linternas (armarnos de conocimiento nuevo para comprender este nuevo problema) y buscar dónde botamos la llave (intentar resolver el problema en eso que podría llamarse «la oscuridad de las cosas que no conocemos» y aventurarnos a ese nuevo mundo para encontrar una solución).

Y sí, podría ser una buena solución. El problema en el caso de Uber es que no es tan sencillo como el ejemplo del borracho y su amigo el policía. En el caso que estamos ante Uber, la situación se parecería más bien a la de un borracho buscando su mascota super tierna que salió corriendo (Uber) y con el peligro de animales callejeros merodeando por ahí que obligan que la mascota siga perdida y sin buscar al borracho para que lo ayude (en mi difícil metáfora, estos otros animales son los taxistas). Y podemos seguir la metáfora con protectores de mascotas (los usuarios) etc etc.

Ahora, hay otra interpretación: el borracho simplemente está buscando una excusa para no volver a su casa. Interpreten esa ustedes, ya están grandecitos para entenderlo.

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