A veces, me pregunto ¿cómo manejaría la situación de que mi hijo ganara peso?
Si mi hijo ganara peso, mi principal preocupación sería que su identidad se atara a su cuerpo. Que, de repente, creyera en limites que no tiene… que pensara que su cuerpo es un error o un problema a solucionar.
Sabiendo lo que sé, no lo obligaría hacer dietas restrictivas porque su relación con la comida se quebraría. Sabiendo lo que sé, le hablaría sobre lo que él es, más allá del cuerpo.
Le diría que el más preciso indicador de salud es la vitalidad que atraviesa su cuerpo (a la cual él puede acceder porque la salud viene en un amplio rango de tallas). Pero no podría ignorar lo difícil que es crecer con un cuerpo pesado en está sociedad. Entonces, el reto también sería para mí. ¿Cómo no intento forzarlo a encajar y a asimilar la disfunción cultural, solo para que yo pueda respirar más tranquilamente?
El reto es para toda la familia, para todos. ¿Cómo podemos cambiar las percepciones erróneas, la información mal dada? ¿Cómo podemos ver más allá de la discriminación y de las ideas de salud que solo promueven más dolor? No es fácil y entiendo la preocupación, pero eventualmente, tendremos que mirar las cosas como son.
Tal vez quedaría mejor decir «Pero no podría ignorar lo difícil que es crecer en esta sociedad con un cuerpo pesado», en lugar de (la frase original): «Pero no podría ignorar lo difícil que es crecer con un cuerpo pesado en esta sociedad»
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