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Hace tan solo año y medio, el señor Pedro Castillo lucia su icónico sombrero de paja y su sonrisa templada en la comparecencia como nuevo presidente constitucional ante el Congreso del Perú. Entonces, no se podía imaginar que terminaría destituido, por ese mismo Congreso y preso por rebelión, todo, en un mismo día.
¿Pero quien este el señor Pedro Castillo? ¿Cómo ganó la presidencia? ¿Qué va a pasar ahora?
Castillo es el tercero de nueve hermanos. El 19 de octubre de 1969 nació en Puña, un pequeño pueblo en la sierra del norte del Perú, Cajamarca. Criado en el seno de una familia de campesinos analfabetas con profundas dificultades económicas en un departamento rico gracias a la explotación minera, combinó sus responsabilidades agrícolas con sus estudios hasta convertirse en maestro. Estas etapas de su vida fueron los cimientos de su campaña política mostrándolo como un campesino superado, un campesino que, pese a las dificultades, logró salir adelante.
Pedro Castillo era un político nuevo, diferente. Un campesino sindicalista y oriundo de una de las zonas del Perú más olvidadas. Era un político que criticaba a los políticos. Un peruano que desde la parte más baja de la pirámide logró llegar a la cima del poder político gracias al apoyo de las regiones. Un perfil muy sintonizado con el de Francia Márquez, o Evo Morales. Sin embargo, nada de esto fue suficiente para cumplir su promesa de posesión; superar la profunda fractura y polarización que había dejado evidente la disputa con la política de derecha Keiko Fujimori.
Su breve gobierno fue suficiente para que lo recordemos como turbulento por no decir que vergonzoso. Durante los meses de gobierno, Castillo debió enfrentar crisis de todo tipo; cinco gabinetes, decenas de renuncias y destituciones y varias investigaciones de corrupción que involucra no solo a funcionarios de su gobierno sino también a varios de sus más cercanos colaboradores y familiares.
En octubre de 2021, la fiscalía presentó una denuncia contra el presidente Castillo, señalándolo de ser el líder de una “organización criminal” la cual tenía como propósito robar dinero de contratos del Estado y obstruir las investigaciones que lo afectaran como presidente. En julio de 2022, la relación entre Castillo y Vladimir Cerrón, uno de los lideres de la izquierda peruana más ortodoxa se fracturó, dejándolo solo en el Congreso. Importante recordar que Cerrón fue una ficha importante para que Castillo ganara la presidencia, y también, para que la perdiera.
Aunque el gobierno de Pedro Castillo ha sido todo un despropósito, su salida escabrosa está lejos ser el cierre de la crisis política peruana. Desde el 2017 hasta hoy, es decir en los últimos cinco años, el Perú ha tenido seis presidentes y Castillo es el quinto. Este problema, el de sacar presidentes en Perú se hizo popular desde PPK.
Dina Boluarte. Quien fuera su vicepresidenta y ahora, como presidenta, deberá enfrentarse a un Congreso disperso y convulsionado, un Congreso pequeño con el suficiente poder como para destituir a un presidente cuando se les cante. Mientras tanto, la corrupción, el temor de la inversión extranjera y la delincuencia siguen ganando terreno.
Giovanni Acevedo.
Estoy en todas las redes como @gioacevedo_
Un buen artículo en el que se radiografía la situación del Perú y arroja algunas claves que dejan todo bastante claro: es un polvorín que explota, y explota, y explota…sin fin. Enhorabuena
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