«Más salado que lavamanos de motel»
Esta vez no voy a escribir a título propio. Voy a transcribir lo que me dijo un amigo cuando le pregunté por qué andaba tan cabizbajo y meditabundo. Me pareció tan transparente su respuesta que le pedí permiso para publicarla.
«Hermano es que yo creo que yo soy más salado que lavamanos de motel; yo soy la sal de Colombia», me respondió. Y continuó con su desahogo cual pecador arrepentido dirigiéndose al sacerdote de su confianza: es que fíjese, cuando juega la selección de futbol y yo veo el partido, pierden; entonces a veces decido no ver el partido y claro, por mi culpa, por dejar de verlo, también pierden.
Yo sé que los grandes maestros del conocimiento futbolístico siempre dicen en sus programas de radio y de tv, que cuando la selección la embarra es culpa del técnico por plantear un 4-3-2-1 perpendicular sabiendo que el partido estaba bosquejado para adelantar líneas reculando con un 2-2-2-2-2 (lo importante es que sume 10 porque el arquero no cuenta), sin tanto carreteo abrasivo y más bien imponiendo rimbombancia especulativa por los costados.
También sé que los directivos del futbol dicen que cuando la selección la embarra es por culpa de la prensa, bien sea porque inflaron a los jugadores y los decretaron campeones sin haber jugado, o por el contrario, porque les quitaron méritos y generaron desconfianza en ellos.
Tengo claro además que cuando se pierden los partidos claves, los jugadores explican que por ahí tuvieron 3 desconcentraciones y que por ahí el rival supo aprovecharlas, pero que por ahí el resto se hizo bien, como lo ordenó el profe; pero a pesar de todo esto, como hincha asumo la responsabilidad: es mi mala suerte la que nos lleva a la eliminación en primera o segunda ronda en los torneos de peso como los mundiales o la Copa América.
Lo mismo me pasa con mi equipo de la liga nacional; siempre que yo hago o dejo de hacer algo, pierde. A veces del desespero pienso en hacer lo que han hecho miles de compatriotas y volverme hincha de un equipo que no tenga nada que ver conmigo pero que me garantice saborear el triunfo, como el Barcelona, el Chelsea, el Milán, el Real Madrid, o al menos uno más cercano por geografía como el Boca o el Sao Pablo; pero ¿para qué les hago ese daño?
Inclusive he tratado de cambiar de deporte, y empecé a apoyar a Juan Pablo Montoya, pero si no se estrellaba llegaba como máximo de segundo; entonces lo dejé en paz para que se corone campeón de la Nascar, y me cambié al golf para apoyar a Camilo Villegas con la esperanza de que le quitara el título a Tiger Woods, y de paso para dármelas de refinado en los gustos deportivos, pero nada. Cuando vi el daño que le estaba haciendo al «hombre araña» del golf, me pasé al tenis y empecé a seguir a Marianita Duque, Santiago Giraldo y Alejandro Falla. Convencido de que alguno de los tres iba a ser el Nadal, el Féderer, o la Williams del subdesarrollo (por favor perdonen a mi amigo, él no sabe que ya no somos subdesarrollados sino países en vías de desarrollo), (…) compré un paquete de canales deportivos y empecé a usar las marcas de ropa que ellos promocionan; pero nada que pasan de segunda ronda en los torneos importantes ni del 40 en el ranking de la ATP. ¡Que daño el que les hice por ponerme a seguirlos!
Por otro lado, -continuó mi amigo- quise desistir de los deportes, y con la esperanza de ilustrarme en temas sociales para ver si podía hacer algo por mis compatriotas, me puse a leer sobre el sistema de salud del país ¿y qué creen?, por mi culpa, por ponerme a leerlo, lo salé, y resulta que según lo que leí, la persona que paga POS está pagando por su salud y el que no tiene con qué, está subsidiado, pero por mi culpa ni lo uno ni lo otro, porque por el POS hay que llorar para que le den a uno una cita; cuando se la dan también hay que pagarla -le dicen cuota moderadora y es aparte de lo que se paga mensualmente-, y cuando por fin se logra, el médico solo está autorizado a formular algunos medicamentos genéricos que a todos nos han recetado y también hay que pagar la moderada cuota moderadora para reclamarlos. Además uno solo se puede enfermar de una cosa a la vez, porque si está de buenas para que lo remitan a especialista, solo se puede a uno. Analice qué le duele más. Y si el medicamento o el tratamiento no están incluidos en el POS, hay que poner tutela para que la pobre EPS no tenga que gastarse la platica en nosotros, sino que pague el Estado a través del Fosyga, es decir, para que también lo paguemos los contribuyentes.
Eso sí, si uno se demora así sea un día en pagar la mensualidad, lo reportan como «en mora», como si realmente a uno ya le hubieran prestado algún servicio y lo estuviera debiendo; y lo peor es que cuando eso pasa ni se le ocurra pedir una cita, porque la operadora de la EPS lo va a hacer sentir como un bandido por estar en mora y se la va a negar rotundamente; pero además, aunque «se ponga al día», probablemente le va a llegar a su casa una carta de la EPS recordándole que pagó tarde y que le hicieron el favor de recibirle la plata porque la ley los obliga, pero que eso no significa que allanarán su mora (mejor dicho le aceptan su plata pero no lo perdonan por lo que hizo)… Y si por el «Contributivo» llueve por el «subsidiado» no escampa. ¿Si me entiende por qué le digo que yo soy la sal de Colombia?
A quienes me leen: esto sí lo digo yo, el del blog: les cuento que mi amigo se extendió en contarme más de sus sentimientos de culpa por el mal que dice que le está haciendo al país, pero se los contaré después porque ya me parece suficiente el sancocho de deportes y sistema de salud. ¡Salud!
Hola colega,
Eduardo Bechara y yo, como blogueros de este portal, quisiéramos invitarte a que nos apoyes y también a difundir la “Marcha cibernética” que iniciamos hoy para que la Federación Colombiana de Fútbol acepte la renuncia de “Bolillo” y nombre otro director, ahora que el Mundial Sub-20 va a terminar y éstos se reunirán para tomar una decisión.
La página que abrimos es la siguiente:
https://www.facebook.com/pages/A-limpiar-el-balón-Marcha-cibernética/186878304712360
También entendemos si prefieres quedarte como observador desde la tribuna.
¡Cordial saludo!
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Y por si fuera poco, toda esa contribución va a alimentar el bolsillito de unos pocos, y no para mejorar el sistema… Por eso es que yo trato de no enfermarme nunca!!!!!
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