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Abres los ojos.

¿Un día más, o un día menos? Es demasiado para pensar.

Demasiado temprano.

Vas a la cocina, preparas café. Estás en vacaciones, es festivo o te echaron, la cosa es que no te importa y es temprano. Piensas que así tendría que ser la vida, sin tener que ir a trabajar.

Deberías arreglar lo que vienes aplazando desde hace unos meses, lo de los libros. Debe haber alguna buena idea para mantenerlos ordenados, a la mano y protegidos de las cucarachas. Pero también es una buena mañana para salir a caminar, subir a la montaña o ir al gimnasio, lo necesitas.

Es el día perfecto para no hacer nada y esa es la verdad.

Hacer porno, montar un aiglesia o vender cocaína

Pero no hacer nada implica pensar y cuando piensas mucho acabas de problemas con tu otro tú, luego te suicidas. Lo mejor es hacer algo.

El problema en sí no es que de repente tienes un día libre y no sabes qué hacer con él. El problema es el trabajo. Tener que ir a trabajar, ese es el problema. Madrugar, ese es el problema. La gente que trabaja contigo, ese es sobre todo el problema.

El problema en realidad es que el trabajo no es justo. Cumplirías dichoso con tu deber, si te pagaran lo justo. No te importaría lo godos y mojigatos de tus compañeros, si te pagaran lo justo. Madrugarías contento, si te pagaran lo justo. Por eso será que no te gusta trabajar. Porque a ti te gustaba trabajar. El problema es que no te pagan bien.

Al final, en medio de todas las verdades que hay por decir, lo que no quieres es hacer ejercicio, practicar algún deporte o volver a usar la bici. Tienes un día libre y tú ahí, engordando, buscando dónde poner los libros, emproblemadísimo porque no encuentras dónde. Luego te pones a reflexionar y terminas admitiendo que trabajar es una mierda y que lo mejor es hacer porno, montar una iglesia o vender cocaína. Porque, por muy rentable que sea, al oscuro negocio de la política colombiana tú no le vas. Hasta allá, no.

 

En Twitter @Vuelodeverdad

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