Subienda, de Ángela Castellanos, es la historia de un hombre que confía en la vida desde que el río Magdalena le mostró el significado de la abundancia. La narradora es su hija; ella evoca recuerdos, pero también ingresa a la cabeza del padre e indaga. Averigua él en qué pensaba mientras estudiaba Ingeniería Civil en Cúcuta, conocía a su madre, sorteaba la escasez y se preparaba para cualquier éxito o quebranto.
Hablamos de un libro testimonial que, sobre todo, da cuenta de la admiración de la hija por su padre. Él siempre fue perseverante, pero desde que consiguió su primer trabajo como profesional en Magangué, a orillas del Magdalena, abrazó la mística de las aguas ricas en alimento y la volvió filosofía. Allá integró en su vida todo lo que necesitaría para emprender, hacerse a un lugar prestigioso en su gremio, migrar, subir, bajar y empezar de cero cuantas veces se lo pidiera el camino. Es un libro sobre la familia, los amigos que se vuelven hermanos, los miedos heredados, la entereza y la búsqueda de la prosperidad.
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