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Aún hoy, muchos califican a Betty la fea como una novela distinta e innovadora, que rompió paradigmas y se apartó del estereotipo y de la trama clásica de los demás culebrones.
Según esto, Betty fue una reivindicación de las feas, porque, por primera vez, una protagonista de novela era fea. ¿Fea? Sí, así era. ¿Por qué entonces no contrataron a una actriz fea? R: ¡Claro! Porque desde el principio la idea era “volverla bonita” al final.
Como si eso fuera posible, como si una persona dejara de ser fea por el sólo hecho de irse a Cartagena a trabajar como asistente. Mucho menos una mujer a la que describían, y se referían, como un ser horripilante.
Tanto sufrimiento, tantos años y años soportando burlas y desprecios, e increíble que no se le ocurriera antes depilarse el bozo y el entrecejo, dejar de aplastarse el copete, maquillarse y vestirse de una forma decente. Porque sólo eso le bastó para convertirse en una mujer atractiva. Tanto drama, toda una vida traumatizada solamente por el hecho de no conocer a un buen peluquero y no tener un depilador.
A muchos les pareció justo que Betty terminara convertida en una mujer hermosa por su pilera, por ser tan humilde y sencilla, y por todo el sufrimiento que tuvo que soportar. Ser bonito o feo es un asunto genético, no de merecimiento, no he conocido el primer feo que se vuelva bonito gracias a sus cualidades humanas. Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Podrás ser tierno, sensible, sufrir como un nazareno, pero si eres feo, feo te quedas. Así mismo, podrás ser una bestia, pero si eres hermoso(a) seguirás siéndolo.
Otra cosa que “derritió” a sus seguidores fue el gran corazón de Betty. “Betty veía con los ojos del alma”.
Ningún buen corazón. Betty era arribista e interesada. Como toda protagonista de novela, en teoría, no le importaba la belleza ni el dinero, pero, fue tan de buenas que preciso el tipo que a ella le pareció que tenía los mejores sentimientos, casualmente, era el más pinta y el de mejor billetera. Sufría del mismo “mal” de todas las princesas de los cuentos de hadas.
Si era tan noble, humilde y desinteresada, ¿por qué no se fijó en alguien feo o de su misma condición social o inferior? ¿Por qué no se enamoró del mensajero de la empresa, por ejemplo? No señor, ni corta ni perezosa tenía que poner sus ojos en el jefe. Un hombre déspota y autoritario, que no sólo la despreciaba, y le daba mal trato, sino que se burlaba de ella.
Aún me pregunto, ¿qué la enamoró de él? Y aparte de su dinero y de su pinta, no encuentro otra explicación, porque de sus sentimientos y de su caballerosidad no creo.
Betty tenía grandes valores. ¿Valores? Se enredó con su jefe a sabiendas de que era un perro ‘canequero’, de que tenía novia y estaba comprometido con ella. Para rematar, era tremendo torcido en los negocios. No entiendo por qué su sorpresa al descubrir que también jugaba con ella, si fue testigo de que hacía lo mismo con todas las mujeres que se levantaba.
Tanto a ella, como a Nicolás, les dolía que los rechazaran por feos, pero al momento de elegir pareja ellos también los preferían bonitos, es decir, aplicaban el mismo criterio que tanto condenaban.
Esta sociedad encuentra ruin que el bonito y rico rechace al feo y pobre; pero le parece romántico que el pobre y feo se enamore del rico y bonito.
Ninguna reivindicación de los pobres. En las novelas siempre retratan a los pobres como gente humilde, sencilla, llena de valores y buenos sentimientos; mientras que los ricos son déspotas, arrogantes, superficiales y traicioneros, no obstante, todas las luchas la protagonista las libra por pertenecer a esa clase social – la alta- , y sólo alcanza la felicidad hasta que logra ser aceptada por ella.
Si era una novela tan original, ¿por qué Betty no logró ser feliz siendo pobre, fea y soltera? ¿Por qué, como en todo culebrón, terminó rica, bonita y casada? Como si al momento de dar el sí frente al altar todas las desgracias y pesares de esta vida desaparecieran.
Antes, para eliminar cualquier complejo en ella, y como para que no quedara duda de su belleza, fue cortejada por un extranjero. Entiéndase por extranjero francés, inglés, gringo… De argentino para arriba. Cuando se trata de príncipes azules el término extranjero no cobija a bolivianos, somalís o peruanos…
Tan “original” que contribuyó a reafirmar muchos prejuicios y estereotipos, como aquel de que todo bonito es burro y todo feo es un genio, pero, vaya contradicción, mientras el burro obra de forma diligente, el inteligente es atontado, se ríe como un tarado y se vive tropezando a toda hora. Aparte de descoordinación motora, ¿estudiar y pensar mucho produce ceguera y desacomoda los dientes? Lo pregunto porque aparte de que se viven yendo de narices, todos los nerdos usan gafas y braquetes.
En fin, Betty puede que sea una novela entretenida, un buen programa de humor, pero de ahí a reclamar que rompió esquemas, que su tratamiento fue el más profundo, que revaluó los conceptos de belleza física y pobreza, y que amerite repetirla hasta que nos memoricemos el libreto, pues tampoco.
Totalmente de acuerdo, y a eso súmele los otros bodrios…Pedro el escamoso, Pasión de gavilanes, etc, etc, etc…apenas para acabar de embrutecer a este platanal, y la gente felizzzzz!
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Es cierto, además ya no tienen más que presentar, parece que se les acabó el cacumen para renovar, todo son reciclados que estan mandados a recoger.
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estoy en todo de acuerdo,con el columnista
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