El deporte debería estar libre de política, pero desde luego no lo está. En ese entorno, hoy se culpa al pueblo colombiano por no salir a votar en el plebiscito por la paz mientras se alista a gritar los goles de la selección Colombia ante Paraguay y Uruguay por las Eliminatorias.
No hay nada anormal en esto. Cuando se dice que la selección es la patria es porque nos representa con todo lo bueno y malo que eso conlleva. No creo que nos importe más un partido de fútbol que acabar con las Farc; ahora, si más personas van a ver los partidos que las que fueron a votar el pasado domingo, eso solo demuestra que al colombiano le da pereza salir a ejercer sus derechos y le encanta divertirse viendo TV.
Y eso ya lo sabíamos.
Dejemos la bobada: muy pocas veces la Selección nos ha unido como país –las dos últimas veces quizás fueron en el Mundial de Brasil y en la Copa América 2001-. En torno a la Selección casi siempre hay división, crítica malsana, violencia verbal y física y expresiones típicas de nuestra coyuntura agresiva y volátil. No más vea como se ha tratado a Stefan Medina o cómo algunos comentaristas deportivos se han referido a Pékerman. Qué pena, a veces somos así. Dolidos, muchos de lo que apoyaron el Sí también se han vuelto violentos.
“Vamos a ver si el jueves Bacca, Cuadrado, Ospina y compañía me ayudan a levantar el ánimo, así sea ya un tema frívolo si se compara con el silencio de los fusiles que se veía venir”, escribió en Facebook Aníbal Marín, un amigo periodista.
Eso me parece sano. La Selección Colombia es el bálsamo que este país necesita. Quizá sea más viral decir que nos importa más James que la paz del país, sin embargo, nadie se debe sorprender de que mucha gente se interese más por el fútbol que por la política. Entre muchos otros, un tuitero escribió: “Pero claro, si el plebiscito hubiese sido por la selección Colombia ¿Abstención, qué es eso? País INDIFERENTE”. Esa es una comparación que no permite sino recordar una verdad a puño: muchos reclamos parten de hinchas y ciudadanos de momento.
Uribe canalla histórico. Su mezquindad es tal, que asustó a pobre viejitos mintiéndoles y diciéndoles que Si votaban Si, perderían su pensión. A las familias estrato uno les dijo si votaban Si, perderían los subsidios, muchas mentiras para que la gente votara no. Uribe miserable.
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La guerrilla quiere tranzar a cualquier precio porque supieron que estaban frente a un gobierno debil,
que estaban debilitados y desacreditados en las selvas y la tactica es seguir conformando las milicias
urbanas ya que el gobierno no puede, es incapaz de atender la violencia en las ciudades.
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…creo que el bálsamo que otros necesitan es que no haya guerra en sus territorios y no tener la incertidumbre de que ellos o sus seres queridos puedan perder la vida…
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