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– “Desarreglada, desordenada, desencajada” pero tranquila.
Hoy me levante más tarde de lo normal, con el genio alborotado y las hormonas haciendo fiestas, estoy medio rebelde, no me combina la ropa y el cabello no me lo quise arreglar, escondo el sueño que tengo detrás de unas gafas grandes, sin aretes, con bufanda, zapato bajito y uñas sin pintar… Soy algo así como un león intelectual, muy similar… hoy estoy libre no me preocupe por “encasillar” y así deberían ser todos mis días viviendo lo que quiero, lo que me haga feliz a mí y no a los demás.
Cuando salí de la casa sólo pensé en que no me quería encontrar a nadie, mala cosa, porque siempre que sales así fijo te encuentras a todo el mundo… Ya se va acabando la tarde y me pasaron muchas cosas en este día que me movieron; Me avergüenzo de mi misma por eso que pensé temprano porque muy poco o nada debe interesarme lo que piensen los demás de mí, si me siento linda cuando los otros me ven fea, a quién le importa, SOY YO.
– 03:53 pm
Tomándonos un tinto en el trabajo…
Que complicados somos, que inconformes con la vida, con lo que tenemos, con lo que nos fue otorgado a cada uno.
La nostalgia me corre por el cuerpo como un mar de olas secas que tan solo busca a donde llegar, miro alrededor y son muchos edificios como capas que hemos construido para escondernos de otros. ¿Por qué las barreras? ¿Por qué es tan difícil mantener intacto lo que la vida nos da? ¿Por qué ese afán de modificarlo todo, de no estar conformes, de querer más?
No quiero ser un edificio más dentro de la ciudad, ni un individuo que se suma a los miles que caminan como maquinas sin ser felices, sin sentir, sin reír, sin experimentar. No quiero ser esa mujer que la monotonía se lleva entre los brazos y llega a vieja sin saber en qué momento el tiempo se agotó, hoy no quiero eso… Quiero mirar al frente y ver más que edificios, mirar al lado y no solo encontrar sillas vacías, teléfonos, esferos, tachones y café.
Quiero, así sea por un instante escapar de esta ciudad vacía por dentro, porque habitamos muchos, pero son pocos los que realmente viven y hoy no podría incluirme en ese grupo… Para mi vivir no es ir por la calle mirando al suelo o con la mirada perdida, sin fijarse quien está al lado, para mi vivir no es ignorar la vida del otro, para mí la vida no es indiferencia, no es individualismo.
Y sí, pensándolo así, es triste y estamos jodidos porque ni siquiera una mirada nos merece quién camina a nuestro lado. Para que competir por riquezas en la tierra si al final todos nos vamos y nada de eso nos llena, la vida no se compra, la felicidad tampoco, los momentos menos ¿Entonces?…
Quiero dejar de pasar mis minutos convertida en una máquina que hace de manera inconsciente lo que hacen los otros, como repitiendo historias, actuando los libretos que otro escribe, siendo una más que se suma a los días sin novedad, una marioneta de la vida que sin darnos cuenta nos entrelaza con un hilo transparente. Es transparente porque todos sabemos que está aunque no lo vemos.
Si he de ser viejita y sin un peso, sin una lista de las cosas que compré, pero con un montón de historias para mis nietos, moriría feliz de saber que hice lo que quería y que no se me paso el tiempo sin disfrutar lo que pasaba por mi lado, hoy por ejemplo fue la primera vez que pude sentarme a tomar un café con mi abuelo, parar mi rutina y hablar con “Don Luis” de todo y de nada.
Eso me hace más feliz que presentar con méritos un informe o una propuesta, porque mi abuelo es mi vida y no sé cuándo no esté más, proyectos y trabajo siempre habrán, en algún lugar y alguna cosa, pero un abrazo de mi abuelo es intangible y a partir de hoy no pienso perderme uno más por estar sumergida en las obligaciones.
Hoy renunció a ser una mujer “exitosa a la manera del mundo” porque decido ser una mujer “feliz a mi manera”. El éxito no es sinónimo de reconocimiento, lujos y dinero, soy exitosa porque conseguí lo que quería y hoy quiero disfrutar a mi familia y pensar en mí. Seré exitosa, pero a mi modo, aunque muchos no me entiendan y piensen algún día que no hice nada con mi vida, se equivocan hice mucho más que otros: HICE LO QUE QUISE.
Profunda, acertiva y de reflexión esta columna de ti Aleja te felicitamos y somos partidarios de lo que tu dices, es triste ver como los ciudadanos de la capital llegan a un punto de caminar cual robot frívolo e individualista, inmiscuido en una selva de cemento que solo absorve el tiempo, la sensibilidad y los sentimientos de las personas, que bueno hacer ese pare al cual haces referencia y buscar esa felicidad en las cosas y momentos que de verdad valen la pena, por que algo que si es cierto y tu lo mencionas es que esta vida es demasiado corta así parezca lo contrario. Maravilloso conocer en la vida personas como tu y sigue adelante señorita periodista, un abrazo! Y Dios te siga bendiciendo. Styven S. Televisioncanal3bogota en instagram y facebook: Aceros digitaltv directorio 🙂
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Una vez mas a tan corta edad, @Aleja_ Amaya, nos da una lección de vida que todos deberíamos aplicar, ser feliz a mi manera, a su manera o a la manera de quien sea, lo importante es ser feliz a costa de todo, como dices, los proyectos, los informes, los trabajos van a haber cada día, pero al final de nuestros días lo que queda es lo recuerdos de vivir y de ser felices, como esas historias de los abuelos que mucho pudieron escuchar directamente, pero que otros solo nos conformamos con recuerdos y con historia de oídas; pero de todos modos gracias Alejita por darnos un respiro de tranquilidad en esta ajetreada ciudad, y por recordarnos el ser felices, a la manera de cada uno.
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