Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.
El artículo primero de la Constitución Política de Colombia nos indica que, en efecto, somos un “Estado social de derecho descentralizado, con autonomía de sus entidades territoriales”, pero en la práctica, la realidad es muy distinta y más cuando hablamos de medio ambiente. Varios expertos en temas medioambientales consideran que Colombia cuenta con unas de las mejores normatividades ambientales del mundo. Sin embargo, ¿realmente se aplica en la práctica?
Hace poco estuve en conversaciones con el Concejal Municipal de Neira, Sebastián Martínez Flórez, quien cree que para los pequeños impactos ambientales sí aplica la norma de manera contundente, pero para las multinacionales y las grandes empresas no, y estoy de acuerdo. La responsabilidad, al final de cuentas, cae sobre las CAR (Corporaciones Autónomas Regionales), las cuales son denominadas autoridades ambientales.
Solo para poner un ejemplo, a un humilde campesino le sale bastante caro aprovechar un guadual pequeño o talar un árbol para la generación de energía en su fogón de leña, ya que la consecuencia puede ser: Una inminente captura. Por su parte, las multinacionales, los grandes ganaderos, las organizaciones mineras, empresas que contaminan ríos y tumban bosques enteros, tan solo reciben medidas correctivas en forma de “asesorías” que al final no conducen a nada positivo para el medio ambiente.
Hay que aclarar que aquí no se trata de justificar el actuar del campesino, se trata en realidad de que el castigo debería ser igual o más fuerte para aquellas grandes organizaciones que desangran nuestro ecosistema año tras año de forma masiva. Y ¿acaso las alcaldías y los concejos municipales tienen la capacidad de aportar al control de este tipo de impactos medioambientales tal cual lo dicta la Constitución?
Los alcaldes y concejos pueden manifestarse en contra, pero quien realmente toman la decisión es la Agencia Nacional Minera, desde su oficina en Bogotá. Para Martínez, es una decisión completamente centralizada y una verdadera lástima que pasen por encima de quienes quedaremos con los impactos ambientales, económicos y sociales negativos en cada uno de los territorios.
¿Cuál es la solución? Todo radica en los cambios estructurales desde el Congreso de la República. Es hora de proponer incluir las cuencas y microcuencas donde nace el agua que abastece los acueductos rurales y urbanos de los pueblos en el SINAP (Sistema Nacional de Áreas Protegidas), con lo cual salvamos el agua, la vida de los seres que habitan el ecosistema territorial, la vida humana, y la seguridad alimentaria de un país que tiene una predominancia agrícola, en donde se producen los alimentos que consumen en la ciudad.
Tenemos problemas, pero debemos buscar soluciones. Para el Concejal de Neira, se deben generar políticas públicas que enfrenten la deforestación, negar títulos mineros en las zonas montañosas de Colombia donde nace el agua, reforestar las fajas protectoras de los nacimientos y rondas hídricas.
¡Nos queda poco tiempo para proteger lo poco que nos va quedando!
Twitter: @ICristianRomero
Existe una evidente ausencia de conciencia geopolítica nacional, lo cual es una falencia que compromete la adecuada valoración y gestión del territorio colombiano, por ende resulta ser un factor determinante del crecimiento y desarrollo del país, debido a que los colombianos no conocen muy bien su tierra, por lo que no la gestionan de forma ideal, ni tampoco tienen un adecuado control de la misma, así que poseen una ausencia de valoración apropiada e integra de su territorio y en esto se hace énfasis porque las zonas fronterizas, es decir, las vías de comunicación con los otros países son de difícil control por el hecho de que estas zonas son consideradas muertas para el estado y es notable ver como zonas como la guajira, el amazonas, el chocó, se encuentran en un abandono estatal porque la inversión que llega por parte del estado es mínima, recursos claves para la contribución al desarrollo del país como el capital social, financiero, físico entre otros, no son suministrados a estos territorios de forma eficiente.
Sumado esto, las condiciones de pobreza de estas zonas son muy altas, por lo que dejan en manifiesto la evidente carencia de inversión por parte la nación. Ahora bien, este inadecuado manejo del territorio, resulta determinante al momento de que Colombia quiera generar crecimiento y fuerza, pues, las fronteras son espacios que ayudan en este caso a un país, a alcanzar esta meta, no obstante, en este estado se refleja como las fronteras no son valoradas de manera idónea, por lo que resultan ser débiles, teniendo como efecto que el estado también lo sea, de modo que, tampoco adquirirá un crecimiento.
Agregando a lo anterior, Colombia con el paso del tiempo ha ido perdiendo gran parte de su territorio, de tal forma, que se vuelve en una concepción espacial declinante, debido a la pérdida del espacio y todo esto como consecuencia de que no se es consciente de todas las implicaciones que acarrean estos actos y tampoco educa a la población sobre geopolítica.
Califica: