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Catalina GalvisPor: María Catalina Galvis

(tal vez te interese leer cuando conocí la otra cara de Colombia parte I)

Una de las cosas que más me impresionó de Roberto Payán, es que a pesar de todo el dolor causado por la violencia y las necesidades diarias de toda la población, la mayoría de los habitantes son personas jóvenes, llenas de actitud positiva, con unas ganas inmensas de pasar la página y salir adelante; e increíblemente a pesar de la poca educación, son personas muy educadas, pues no hubo día que no pasara por el lado de alguien sin que me dijeran “buenos días”, “buenas tardes” o “buenas noches”. Eso jamás se ve en Bogotá, en donde vivo actualmente, de hecho, me atrevería a decir que tampoco se ve en las demás grandes ciudades de Colombia.

El último día de mi estadía, en horas de la tarde y habiéndose terminado la jornada laboral, me senté a ver a varios niños jugar fútbol en la plaza central. Como en el pueblo no había energía, su única distracción era coger un balón (muy roto y dañado) y empezar a jugar. A mí en lo personal, me gusta mucho el fútbol y mientras los veía, no solo confirmé lo bien que juegan estos niños y el talento que tienen, sino que me afectó mucho el hecho de tener que verlos jugar con chanclas o “crocs” viejos. En ese momento me acordé de Leonel, el representante legal de uno de los consejos de víctimas y ex jugador de fútbol que había conocido el día anterior. Cuando conocí a Leonel, él se me acercó para contarme sobre su escuela de fútbol y quería pedirme información sobre fuentes de financiación para proyectos deportivos, porque su municipio es tan pobre, que los escasos recursos con los que cuenta, ya están priorizados en otros sectores y todas las puertas que ha tocado, se las han cerrado. En ese momento me dijo que lo poco que tienen para practicar, lo ha sacado de su bolsillo, pero que no es “suficiente” y que su bolsillo “no da pa´ tanto”.

Después de ver eso y sabiendo que en un municipio como este, el deporte es una forma de prevención de violencia MUY fuerte, busqué a Leonel nuevamente; le pedí todos sus datos, le dije que me mandará fotos y toda la información necesaria sobre la escuela de Fútbol. Le aclaré que yo sabía lo difícil que iba ser conseguir recursos públicos para el fomento de su escuela, y que nos tocaba intentar buscar recursos de manera externa. Me dijo que por favor lo ayudara, que no “me olvidara de ellos”, como hacen todos los que van hasta allá, hacen lo que tienen que hacer y se regresan a sus ciudades. Yo me regresé para Bogotá, con el compromiso de ayudarlo “de alguna manera” y de hacer una colecta de manera independiente.

La escuela de José Leonel Ortiz (así es su nombre completo), se llama ESCUELA DE FORMACIÓN LAS LAJAS. Queda en el municipio de Roberto Payán, y él con mucho esfuerzo, la creó hace, según el mismo Leonal, un poco más de 6 años. Actualmente hay 50 niñ@s ( 30 hombres y 20 mujeres) entre los 5 y los 17 años de edad que conforman la escuela, que practican en una “cancha” sin portería (la hacen con palos), y que está muy mal estado). Para mi quedó claro que Leonel y sus chicos, no cuentan con las herramientas necesarias para hacer entrenamientos adecuados.
Desde que volví de Roberto Payán, he tenido varias llamadas telefónicas con Leonel y después de varias conversaciones e intercambio de información, priorizamos que la escuela requiere de la siguiente dotación:

  1. 30 Balones para entrenar número 4 (#4).
  2. 50 Petos de entrenamiento talla S (color negro y rojos).
  3. 30 conos
  4. 50 Uniformes, preferiblemente rojos y sin marcar. ( esto incluye medias, pantalonetas y camisetas).
  5. Guayos (de tache de goma) para hombre y mujer.
  6. Canilleras.

IMG-20170314-WA0017La dotación tiene estas especificaciones porque el uniforme de la escuela es de color rojo. Sin embargo, no es “camisa de fuerza”
Esto es entonces lo que necesitamos recolectar. Tengo aproximadamente tres semanas para cumplirle a Leonel y a sus niños, ya que ese es el tiempo aproximado en que debo volver a Roberto Payán y en el que pienso llevar las cosas. (Después miro el transporte porque como les dije en la primera parte de la historia, es difícil llegar hasta allá).
A quienes les haya gustado la historia quieran colaborar, no a mí, sino a Leonel y sus pupilos, voy a estar recibiendo toda la dotación desde hoy mismo y por tres semanas, en las siguientes direcciones en la ciudad de Bogotá.

  1. Calle 116 #47ª-36. Edificio Alhambra. Apto 504. Dejar en portería a nombre de Catalina Galvis.
  2. Carrera 19ª #85-56. Edificio el Country. Apto 402. Dejar en portería a nombre de Claudia Marcela Galvis.
  3. Calle 53 #37ª-66. Apto 401. Dejar en portería a nombre de Natalia González.

También pueden dejar la donación en efectivo, en sobre cerrado y marcado con sus datos; o hacer depósito a la cuenta de ahorros Bancolombia #19157040891 a nombre de Catalina Galvis García, C.C 1.090.427.567
Si necesitan contactarme porque no pueden llevar la dotación hasta estos lugares, pueden contactarse conmigo por los siguientes medios, para mirar cómo podemos recogerlos. (Preguntar siempre por María Catalina Galvis).

– Teléfono : 304 5618817

– e-mail: ma.catalinag25@hotmail.com; catagalvis0625@gmail.com

Nota: Esta es una campaña totalmente independiente y de iniciativa personal. En ningún momento se encuentran involucradas entidades del estado colombiano, empresas privadas u ONG´s. Los aportes son totalmente voluntarios

Twitter@catagalvis0625

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