Recientemente la Alcaldía y el Metro de Medellín, con su nueva Gerente Claudia Restrepo, han anunciado las nuevas medidas a corto, mediano y largo plazo que regirán el sistema en orden de evitar un colapso por el gran flujo de nuevos pasajeros que llegarán a éste debido a las obras de Parques del Rio. Las medidas consisten en el uso de los trenes de la línea c para aumentar la capacidad instalada de la línea a y b, servicio tipo bucle en las horas pico, lo que significa que será segmentado y su estación de partida no será la inicial del sistema, la compra de nuevos trenes y buses, la instalación de nuevos torniquetes y un convenio con Bancolombia para la recarga de la cívica en 288 corresponsales no bancarios.
Las medidas tomadas son favorables para la ciudad y el sistema, pues las calles se verán colapsadas por las gigantescas obras que detendrán el flujo del principal sistema vial del área metropolitana. Pero, considero que las medidas asumidas por el Metro son insuficientes en orden de establecer un sistema de transporte más eficiente, que verdaderamente atraiga a quienes usan sus automóviles para transportarse, dado que el parque automotor aumenta cada año, y a quienes se movilizan a través de los buses, que, entre otras, han demostrado su ineficiencia y fracasado modelo de transporte.
Antes de finalizar el presente año estará inaugurada la primera línea del tranvía de la ciudad, articulada a dos más de metrocable, y que tendrá su transferencia en la estación San Antonio, la cual se evidencia actualmente colapsa en las horas pico. Lo anterior significa que la tradicional estación central del sistema ahora será el punto de transferencia entre dos líneas de metro y una de tranvía.
Próximamente iniciará la construcción del Metrocable El Picacho, que colapsará más la ya congestionada estación Acevedo, e impactará a Tricentenario, pero que independientemente del camino tomado llevará más personas a la línea principal del Metro. Adicionalmente, la implementación de nuevas cuencas que alimenten las distintas líneas y el inevitable final de muchas rutas de buses del área metropolitana llevarán desbordantes cifras de pasajeros al sistema. En este aspecto, el problema radica en que no se puede pretender que las personas se movilicen masivamente a estas cuencas si las mismas no logran la suficiente cobertura y mínimos intervalos que sustenten verdaderamente el cambio de buses tradicionales a alimentadores.
De modo que las medidas que han tomado la Alcaldía y el Metro son positivas para solucionar el caos de las obras de Parques del Río, pero no lo suficiente como para crear un sistema que afronte el alto flujo que llegará a él y que se debería aumentar aún más cada año.
El metro, y hago esta invitación a su nueva gerente, tendrá que tomar medidas de mayor impacto. Por consiguiente, creo, se debe aumentar drásticamente el sistema de bicicletas público, no sólo articulandolo a la cívica, sino verdaderamente a todas las estaciones del sistema de transporte masivo, además de llevarlo a la gran mayoría de barrios, principales avenidas y construir una verdadera red de ciclorutas; impera, también, construir nuevas líneas que descongestionen el sistema como el tranvía de la 80, el metroplús en el sur, la troncal de éste en la oriental y nuevas pretroncales en vías que irónicamente manejan altos flujos de rutas de buses, a pesar de su cercanía a las ya congestionadas líneas del sistema, como San Juan, Colombia y Guayabal, el monorriel en los bordes de las laderas que implique no bajar de las comunas altas y descongestionar, por ende, el sistema central; finalmente, el SIT-VA debería empezar a pensar en pequeñas líneas de buses electrónicos para determinados flujos como las rutas de Estación Estadio-UPB, Municipio de Bello, Cerros Tutelares, y que ya la Universidad Pontificia Bolivariana ha probado podemos construir con tecnología nacional. De modo que, todas estas ideas, sueños y esperanzas de una ciudad sostenible y con una movilidad más eficiente deberán respetar los ecosistemas del Valle de Aburrá, pues por hacer el bien muchas veces terminamos causando un daño peor.
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