Por: Sebastián Zapata Callejas
Ad portas de realizarse las elecciones locales este 27 de octubre, los ciudadanos están expectantes por quién va a salir triunfante como alcalde o alcaldesa de Bogotá. En lo personal, para no darle muchos rodeos al asunto, considero -sin desmeritar al resto de candidatos- que debe ser Carlos Fernando Galán quien esté llamado a manejar las riendas de la ciudad los próximos cuatro años.
Las razonas son múltiples y van desde lo técnico hasta lo político, pasando la capacidad administrativa y las cualidades profesionales.
Sin lugar a duda en lo que respecta al aspecto técnico, el programa de gobierno de Bogotá para la Gente, con sus 241 propuestas, es totalmente realizable y coherente con las demandas que Bogotá reclama en materia de seguridad, movilidad, medioambiente, educación, diseño institucional, lucha contra la corrupción, entre otros asuntos.
No en vano los cinco ejes: ‘Bogotá segura ordenada y comprometida’; ‘Bogotá con trasporte eficiente, activa y amable’; ‘Bogotá innovadora, productiva y de oportunidades’; ‘Bogotá justa, diversa y solidaria’; y ‘Bogotá planeada, saludable y sostenible’; son bastante estructurados a nivel programático y llevan a soñar con una Bogotá más prospera y moderna.
Desde lo político hay que subrayar que Carlos Fernando tiene una conexión real con el electorado. Esto se ha ido construyendo por varias razones, como, por ejemplo, el ejercicio de recolección de firmas para la inscripción de su candidatura, en donde escuchó a miles de bogotanos. De igual manera, esta conexión con la gente se ha ido consolidando con la estrategia que ha desarrollado en su campaña, la cual se enmarca principalmente en el dialogo constante con los ciudadanos de a pie en los barrios de la ciudad. En tal dialogo, Galán cuenta sus propuestas y su trayectoria, a la vez que escucha las necesidades de la gente.
Lo anterior demuestra las intenciones de adelantar, por parte de Carlos Fernando, una alcaldía cercana a los bogotanos, en donde la conexión gobierno-ciudadanía no sea solo un mero hecho discursivo, sino que más bien el próximo gobierno distrital se convierta en un espacio donde se escuche y se atienda de manera efectiva las demandas de las personas. Esta clase de proyecto político es tal vez a lo que se refiere Carlos Fernando Galán con una Bogotá para la gente.
Por otro lado, también es de destacar la capacidad administrativa de Galán, ya que conoce bastante bien Bogotá, esto gracias, en parte, a su experiencia como cabildante de la ciudad. Aquí se debe recordar que un gran punto a favor de Galán es que como concejal fue la punta de lanza para destapar el Carrusel de la Contratación promovido por ex alcalde del Polo Democrático Alternativo, Samuel Moreno.
Así mismo, en cuanto a la capacidad administrativa de Galán, no se puede olvidar que él lleva más de una década pensándose Bogotá. Es más, esta es la segunda vez que aspira al cargo de burgomaestre.
De otra parte, en el marco de una Bogotá que a todas luces debe alejarse de los egos políticos y el revanchismo ideológico, utilizar los recursos de manera eficaz y tomar buenas decisiones en pro de marcar un adecuado rumbo para las próximas décadas, sin lugar a duda las cualidades profesionales de Galán marcan la diferencia.
El candidato de Bogotá para la Gente ha demostrado que su carrera pública se ha encaminado hacia la transparencia y la lucha contra los corruptos – esta es, tal vez, la mayor herencia que pudo dejarle su padre Luis Carlos Galán-, tiene un carácter conciliador y dialógico, es capaz de tomar decisiones correctas, conoce ampliamente la ciudad y lo que demandan los bogotanos, y además quiere hacer las cosas bien durante los próximos 4 años como alcalde mayor.
Para finalizar, a título personal, y respetando el resto de baraja de candidatos, considero que lo correcto para Bogotá es votar por Galán 2020-2023.
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