Por: Laura Amaya En la ciudad del amor, los abrazos y saludos de doble beso se han convertido en fríos saludos a distancia. Las calles llenas de arte, cultura, bellos cafés y deliciosos Bistrot, hoy son un reflejo de la Francia ocupada de mediados del siglo XX. Sus puntos más emblemáticos como la Torre Eiffel, Los Campos Elíseos y museos como El Louvre, no están lejos de parecer parajes fantasmas.
Las medidas adoptadas por decreto del presidente Emmanuel Macron contra la propagación del covid-19, han sido fuertes y contundentes. Solo un día después de su alocución el pasado lunes 16 de marzo, ya se evidenciaba un cambio importante en el comportamiento de la población. Tal y como debe ser. De dicho discurso, llamó la atención el constante mensaje que “estábamos en guerra, no particularmente contra una armada o una nación, sino contra un enemigo invisible, escurridizo y progresivo”, afirmó el mandatario.
Francia es hoy el sexto país del mundo más afectado por la pandemia, y uno de los focos de propagación más grandes del viejo continente. Según lo reportado por el diario francés ‘Le Monde’, se han confirmado 10.995 casos, de los que 4.461 son pacientes en hospitalización, 1.122 en reanimación y han ocurrido 372 muertes. Por la evidente emergencia sanitaria, el presidente adoptó cuatro decisiones cruciales para el porvenir del país.
La primera, declaró estado de cuarentena durante 15 días o menos, en los que todos desplazamientos serán fuertemente reducidos y solamente será posible salir para abastecerse, ir a trabajar en caso de que no sea posible hacerlo a distancia y realizar actividades físicas. Igualmente, frenó todas las reformas que se estaban adelantando en el parlamento, para darle prioridad a un proyecto de ley que permita al gobierno central responder de la mejor manera a la crisis. Particularmente hizo referencia a la controversial reforma de pensiones, la cual le ha causado tanta impopularidad en el territorio francés. Su tercera medida fue tomada en conjunto con la Unión Europea, cerrando así las fronteras del espacio Shengen y el espacio aéreo europeo, por 30 días. Finalmente, en el plano económico nacional, aseguró que pondría en marcha un plan excepcional de aplazamiento de impuestos y cargas sociales. Adicionalmente y mientras dura la situación, el estado francés daría subsidios por un monto de 30.000 millones de euros a todos los prestamos bancarios contraídos por los pequeños y medianos productores.
Como Macron, pocos son los líderes del mundo que se han enfrentado a una crisis sanitaria y económica como la que estamos viviendo. Pero, es en este escenario en que los expertos en políticas públicas, médicos y científicos vuelven a estar en el corazón de la toma de decisiones. El mejor ejemplo de cómo responder a una pandemia se desarrolla en Singapur, ya que ha tenido muchos menos casos de los previstos. Gracias a tres factores concretos, que todos los gobiernos deberían adoptar y mejorar en el caso de ser necesario, con el fin de mitigar y dar pronta atención a la epidemia. El control sobre la incertidumbre, una burocracia eficaz y sistemas de salud robustos, que inspiran confianza.
Es así como el actual gobierno de este pequeño país asiático ha sabido dar manejo a la propagación del virus, después de su lección aprendida en 2003 por la epidemia llamada SARS (Severe Acute Respiratory Syndrome, por sus siglas en inglés). Ha logrado hacer difíciles concesiones con el consentimiento de la población, ya que su mensaje ha sido coherente, con base científica y de confianza. A su vez, cuenta con una atención sanitaria universal de primera clase y con una burocracia dispuesta a cooperar.
En estos momentos donde se pone de manifiesto la misteriosa debilidad de los rostros humanos, como diría Sartre, es cuando más debemos apelar a nuestro sentido de solidaridad, empatía y responsabilidad. Cada acto individual tendrá una gran repercusión para bien o para mal, en el bienestar colectivo. Por lo que la coordinación entre todos los actores de la sociedad será primordial y definitiva en la lucha contra la pandemia.
Comentarios