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Estamos en septiembre, mes en el cual se celebra «el día del amor y la amistad». Y yo no se a qué genio se le dio por inventarse jugar al amigo secreto en las empresas; personalmente no había tenido ese problema, pues en los últimos diez años me encontraba trabajando como independiente. Pero a partir de este año que volví a estar en oficina fui informado que pronto sería el sorteo para saber qué compañero de trabajo me correspondía, a lo que me negué rotundamente quedando ante todos como un amargado, o lo que es peor, como un chichipato de esos que ve la santa misa por televisión y cuando llega el momento de dar la limosna cambia de canal.
Para evitar esas malas interpretaciones he decidido recopilar mis motivos o desventajas para no jugar al amigo secreto. Espero que muchos de los que me leen se sientan identificados y también tomen la decisión de decir NO a tan pésima iniciativa.
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1. Tener la mala suerte de que en el sorteo te salga el jefe

Imagínense al tipo que cena cada ocho días en Balzac, que compra su ropa en Carlos Nieto o en cualquier otro local del centro comercial Andino, que viaja a Miami más seguido de lo que nosotros vamos a Melgar o Girardot y que toma Whisky como nosotros beber jugo de guayaba en el almuerzo ¿Qué putas le puede uno regalar? La inversión va a ser gigante y de todas maneras con nada se va a quedar bien.

2. Casi siempre se da un mejor regalo que el que se recibe

Personalmente me esmeraba en el pasado cuando empezaba mi vida laboral por quedar bien y daba un buen regalo, pero la decepción cuando llegaba el regalo de vuelta era muy grande. Estuches de esferitos, pisapapeles, portaretratos y otras pendejaditas hicieron parte de la lista de inservibles que alguna vez me regalaron. También una vez vi el caso de una secretaria a la que le regalaron una crema para peinar rizos porque siempre andaba despeinada. Esa bromas pesadas se suelen presentar.

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3. Cuando te sale la buena del trabajo

Una de las mayores desventajas es esta. La complicada es impresionante porque normalmente es una persona muy exigente, a la que no se le puede salir con cualquier cosa. Y en el momento en que hay que esmerarse por comprar el regalo caen comentarios de la novia o esposa que saben que la vieja es linda con comentarios como «eso que se va a tirar tanta plata en esa buscona», «lo veo como muy entusiasmadito con la compra del regalo» o «le está poniendo mucho interés a eso, conmigo no es así». Por eso en el presente, prefiero evitar.

4. Cuando te sale la fea del trabajo

Aquí aunque la embalada no es tan grave, es mejor no esmerarse mucho en la escogencia del regalo para evitar malas interpretaciones y que de pronto se gane una admiradora gratis, que después empiece a mirarte con ganitas cada vez que llegues a la oficina.

5. La endulzada sale más cara que el propio regalo

No contentos con jugar al amigo secreto ahora se inventaron la famosa endulzada, que no es otra cosa que todos los días y sin que la persona se dé cuenta dejarle algo de comer. Y tiene que ser una chocolatina de marca o algo fino porque de lo contrario se escucharán comentarios como «mi amigo secreto es como tacaño» o «como que me tocó el más arrastrado de la oficina». Ni se le pase por la mente regalar dulces autóctonos pero deliciosos como la gelatina de pata, el bocadillo veleño o los alfandoques.
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6. La reunión para la entrega del regalo, un paredón público

Cuando se destapan finalmente las cartas a final de mes llega el incómodo momento de ver las caras de hipocresía y decepción por no recibir lo que se esperaba. Los defensores de esta celebración dirán que para eso existe ahora la lista que se hace previamente para saber qué cosas le gustaría que le regalaran a cada quien. Algo parecido a lo horroroso e indelicado que es una lluvia de sobres o una lista de regalos en Homecenter para un matrimonio.

7. La hipocresía a flor de piel

¿Realmente la persona que te salió es tu amigo? ¿vale la pena regalar detalles a un perfecto desconocido? ¿se le está quitando la oportunidad de darle un detalle a un verdadero amigo? ¿es necesaria tanta integración en una empresa en la que de pronto se está de paso? ¿por qué se estigmatiza al que valientemente dice… yo no quiero jugar esa vaina? Algunas reflexiones y preguntas sobre este día que en mi concepto es más comercial que otra cosa.

8. Comprometer a empleados que no tienen capacidad económica

¿Alguien quiere pensar en la señora de la cafetería o el humilde celador de la empresa? Personas con economía poco boyante a las cuales un gasto adicional por este tipo de eventos les puede generar un descuadre inmenso en sus finanzas. Pero si no se les tiene en cuenta también se pueden sentir discriminadas; otro motivo más para no hacer nada.
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9. Los subgrupos en las empresas

En ocasiones la celebración del amigo secreto se hace por secciones dentro de la empresa; terrible resulta ser para los que pertenecen a varios grupos como contabilidad, pero también hacen parte de la brigada de emergencia y a su vez del comité de convivencia. No hay bolsillo que aguante esta situación.

10. Te sale el/la que te cae mal

«Al que no quiere caldo se le dan dos tazas» dicen por ahí; y como uno no puede escoger el amigo secreto a su conveniencia preciso se puede contar con tan mala suerte que en el sorteo te sale esa persona con la que no te la llevas, la que te cae como patada al higado y por la que no te vas a esforzar en darle algo que le agrade. Todo será obligado y por puro compromiso. Mientras llega el día de la entrega de regalos sentirás un gran estrés cuando anuncien y se desenmascaren las identidades.
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Si después de esto todavía quieren jugar al amigo secreto, adelante. ¡Ojalá no se arrepientan!

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