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Nos cuenta Mariana Carbajal que el pañuelo verde se transformó en el símbolo de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito en 2003, en el XVII Encuentro Nacional de Mujeres que se hizo en Rosario, Argentina. Desde esa fecha se ha convertido en el estandarte del feminismo latinoamericano y una esperanza para la salud de las mujeres. El movimiento del pañuelo verde revitalizó el feminismo y, de algún modo, marcó el paso de la posta de una generación histórica del feminismo a una nueva camada de lideresas y militantes que hoy celebran la presentación del proyecto de ley del Ejecutivo argentino sobre la interrupción voluntaria del embarazo. En efecto, el gobierno de Alberto Fernández cumplió una de sus promesas electorales remitiendo el proyecto al Congreso, de la mano de su Secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra. 

En el caso de que este proyecto obtenga la aprobación de ambas cámaras, Argentina estaría uniéndose a la corta lista (Cuba, Guyana, Uruguay, la Ciudad de México y otros Estados de la federación mexicana) de países de la región que permiten la interrupción voluntaria del embarazo por libre elección de la mujer en las primeras 12 a 14 semanas. El mejor y más reciente ejemplo lo tiene Argentina del otro lado del Río de la Plata, en la banda oriental del Uruguay, que ha inspirado el modelo propuesto por el Gobierno. En la región abundan leyes más restrictivas que lo admiten por determinadas causales y algunos países lo prohíben del todo. Los países centroamericanos tienden a ser los más restrictivos, con Nicaragua y El Salvador liderando el grupo. 

Los políticos no suelen ser proclives a tomar cartas en el asunto y, en ese sentido, Alberto Fernández sigue el ejemplo de Michelle Bachelet al tomar un paso al frente, aunque en el caso de la ex presidenta chilena fue para introducir la medida por una lista de causales solamente. Los dos han invertido su capital político en el tema por compromiso y por convicción seguramente, pero también como reconocimiento del poder que ha venido adquiriendo el movimiento feminista y de mujeres. Ante la toma de la calle por parte del movimiento provida y profamilia antiderechos, azuzados por el púlpito de la Iglesia Católica, los movimientos evangélicos y las ONGs internacionales como CitizenGo, ha sido el movimiento del pañuelo verde, “ni una menos”, y otras las que han ofrecido la contramarcha más efectiva. 

El argumento del Ejecutivo argentino es el que todos deberíamos atender. Este es un tema de salud pública. El aborto sigue existiendo haya o no penalización, con la diferencia que cuando es penalizado se da con más facilidad el aborto inseguro, que pone en mayor riesgo la vida de la mujer. Nadie va alegremente a hacerse un aborto y el evento es doloroso para muchas mujeres, pero si queremos evitarlo no es por medio de la penalización, sino por medio de la educación sexual integral en las escuela y en los ámbito extraescolar, así como con una política inteligente de planificación familiar que facilite lo más posible el acceso a una amplia gama de métodos anticonceptivos. Mientras más educación sexual y mejor acceso a métodos anticonceptivos, menos aborto habrá. En el caso de que esas barreras no se hayan podido dar por la circunstancia que sea, la decisión debe estar en manos de las afectadas, es su cuerpo y su territorio, ellas dirán. Además, no hay que olvidar el aspecto de justicia social. Cuando se penaliza el aborto se enfatiza la desigualdad social, porque las mujeres de los estratos más pudientes pueden acceder a clínicas privadas o viajar a países donde el aborto es legal, mientras las mujeres más pobres son condenadas al aborto inseguro. 

Ahora entramos nuevamente en la etapa de la deliberación congresal, con un peronismo más amigo al tema. También se cuenta con mayor apoyo de miembros de la profesión médica, enfermeras, ginecólogos y otros. Este es un estamento de fundamental importancia para llegar a un público que muchas veces ignora los vericuetos del tema y tiene dudas. No obstante, no se sabe si se logrará mayoría en el senado y es seguramente en esa cámara en la que el suspenso será mayor. Puede que haya una negociación que hacer, inclusive en el seno de la misma Campaña Nacional por el Aborto Seguro, Legal y Gratuito. Ya se notan ciertas tensiones en torno al tema de la objeción de conciencia y no faltan aquellos que opinan que las lideresas del movimiento se muestran un tanto inflexibles. Esta es la segunda vuelta para la propuesta, aunque esta vez con apoyo de un Ejecutivo comprometido. Todos los ojos estarán mirando lo que pasa en Argentina. 

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