La noticia se regó como pólvora. Es de esos hechos de “ no te lo puedo creer”. Diez de los buenos muchachos investigados. Asociación delictiva, fraude, trucos, engañifas, timos, calambures, en fin, el crimen organizado. Y mientras tanto, la justicia un despelote.
Primero fueron las sospechas, tal vez de esas verdades de pueblo que todos saben pero que nadie se atreve a confirmar, por miedo o por falta de pruebas, pero como dice Calamaro, no hay crímenes perfectos. Y alguien falla, alguien deja de callar, alguien deja una huella, alguien se voltea y la cuerda termina por romperse. Y empiezan a caer.
– “Es una infamia”, vocifera el Presidente.
– “Los conozco a todos y sé bien que son buenos muchachos”, dice con la cara desencajada como dispuesto a darle en la cara a cualquier marica que se le atraviese.
– “ Es una campaña de nuestros enemigos y no les vamos a dar gusto. Voten mientras los encarcelan”, grita y ordena.
– “ Siguiente pregunta amigo”…
Entre tanto su guardia pretoriana arranca con la defensa. Como gamines de barrio, el ataque será su mejor defensa. Sus abogados, una especie de Laurel y Hardy o Abbot y Costello criollos, argumentarán energúmenos, frenéticos, casi arrebatados, que los jueces prevarican, delinquen, transgreden, que en los estrados judiciales nos veremos…
Los otros buenos muchachos ( los que quedan libres aún) por su parte, señalan que todo es un montaje, que las víctimas son ellos, que los infiltrados fueron ellos, que todo es un falso positivo. Y tal vez hay que creerles,porque de eso sí que saben.
Sus seguidores,( más que seguidores, fieles) se niegan a creerlo. Revientan las redes sociales, las líneas abiertas de la radio, los cocteles y las filas de los bancos, con argumentos y peroratas en defensa de su líder, dispuestos a inmolarse por él. Su adoración es infinita. Para ellos él es el enviado de Dios, aunque algunos crean que no es tan sólo un enviado, sino el Dios mismo.
Al final, los que chuparán cárcel serán los buenos muchachos que al mejor estilo de la omertâ de la mafia siciliana guardarán silencio para que el presidente salga indemne.
Menos mal la FIFA no es Colombia…
Ellos creen que gritando, desprestigiando, creando dudas al rededor de las investigaciones que les hacen, todos le van a creer. Lamentablemente los buenos muchachos, terminan siendo un grupo de delincuentes, al servicio del Rey de ellos.
Eso les pasa por ser buenos muchachos……..
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ReportarDon Mauricio, gracias, muchas gracias, el simil es maravilloso y espero que no lo acusen por calumnia.
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ReportarRezetiens1957. Alguna vez un tuerto trampeaba en un juego de póker con sus amigos. Uno de ellos sacó un revólver, lo colocó en la mesa y dijo :»alguien está metiendo trampa, NO QUIERO DECIR QUIEN ES, PERO SI SIGUE,,,le echo a perder el otro ojo. Será que el artículo tiene apellido propio?
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