Este lunes fue galardonado con el premio Nobel de Medicina, el japonés Yoshinori Ohsumi, por sus descubrimientos relacionados con la denominada autofagia, que es el proceso de devorarse a uno mismo. Sin embargo, ese descubrimiento de Ohsumi, es algo que los colombianos nos hemos inventado hace mucho, mucho tiempo. Es nuestra propia historia.
Comerse a uno mismo no es morderse los padrastros como algunos creen. Es la tendencia que tenemos de no soportarnos los unos a los otros, de atragantarnos con nuestras propias verdades que de tanto repetirlas las convertimos en dogma, lo que nos empuja a una especie de autismo, que nos desconecta por completo de la realidad que vivimos cada día.
He votado desde que he podido. El domingo vote por el Sí y obviamente aún siento el guayabo como todo perdedor. Sin embargo y en medio del dolor, entiendo poco la tendencia que tenemos de intentar prepararnos un café con la leche derramada, de mandar poner la reja, luego de que se nos entren los ladrones o de tomar la píldora del día después luego de una noche de parranda.
Perdido el plebiscito, Santos llama a Uribe para que por favor le ayude a rehacer lo ya acordado. Algo que nunca antes hizo. Ganado el plebiscito, Uribe se muestra conciliador y cree poder aportar a que se mejoren los acuerdos. Algo que nunca antes hizo. Pasado el plebiscito, las Farc dicen que la palabra será su única arma, los medios abren sus canales a todas las voces, los encuestadores dicen que ahora sí van tener en cuenta el voto oculto, el Papa Francisco dice que sí, que sí viene a visitarnos. Algo que ninguno nunca antes hizo. Y Vargas Lleras se lava las manos. Como siempre ha hecho. Y el ex procurador Ordoñez quiere condenarnos a todos a la hoguera. Como siempre ha hecho.
En Colombia parece ser que nadie pierde una elección y es un hecho que el No ganó en esta ocasión, porque la pregunta de este plebiscito era clara: ¿Aprobamos sí o no, lo acordado en las mesas de la Habana? No era si queríamos renegociar esos acuerdos o si se debía incluir las propuestas del Centro Democrático o si debíamos meter a Uribe en la fotos de la firma.
Que algo tenemos que hacer es obvio y natural, pero después de tanto tiempo de negociaciones, unos y otros siempre creímos que lo firmado era lo mejor que pudo hacerse, pero ahora resulta que no, que tal vez sí, que de pronto hay cosas que pueden mejorarse. Muchos de los que votaron no, con seguridad lo hicieron por su propia convicción. ¿Será que ese voto no vale o que se les puede poner conejo así no más? ¿O será tal vez que la tarea ahora consistirá en encontrar la forma de darle gusto a Uribe y sus muchachos? ¿O será que como carpintero viejo y marrullero le meteremos una cuñita de madera a la pata de la mesa? ¿ O será que Ordoñez ahora sí nos dará la absolución? Tal vez sea el momento de que los del Sí aceptemos la derrota y los de No asuman su victoria.
Como ven, Ohsumi no ha descubierto nada nuevo porque la autofagia es nuestro pan de cada día…
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