Hay que condenar el terrorismo en todas su formas, en todas su expresiones. Y también el racismo. Y la discriminación sexual. Y las hambrunas. Pero no nos metamos cuentos: el hecho de que hoy hayamos amanecido todos “ siendo Charlie ” solamente demuestra una cosa: que los colombianos nos pegamos a todo.
Para ser claros. Hasta ayer, tal vez Vladdo, Juan Gabriel Vázquez y un puñado de no más de cien colombianos con algunos lazos con Francia eran los únicos que sabían qué era “ Charlie Hebdo”, una revista satírica de izquierda, caracterizada en los últimos años por ridiculizar a las principales figuras del mundo islámico. Por eso, no deja de resultar un hecho singular ver nuestras redes sociales invadidas de mensajes de “ Je suis Charlie”. Muchos editorialistas hablan del Islam, de Mahoma, de la libertad de prensa y muchos dicen que “ hay que defender la democracia”. Lo mismo dijo el Coronel Plazas Vega hace algunos años y así nos fue. Hasta plantón hubo en Bogotá, rechazando la crueldad del ataque. Pero no. Comer pan francés al desayuno nos nos hace compatriotas de Zidane ni nos otorga per se la visa Shenguen.
Obviamente no estoy diciendo que esté mal que protestemos contra la barbarie. Estoy diciendo que cuando protestemos por lo menos sepamos bien por qué. Porque si se trata de protestar, en Colombia tenemos mil causas por las cuales realizar un plantón o una marcha. ¿Para cuándo la marcha por el toro que mataron en la corraleja? ¿Para cuándo la marcha por el virus del Chikungunya? ¿Para cuándo la marcha por los quemados con pólvora, o por el paro judicial, o el abandono en la Guajira y el Chocó,o por la movilidad en Bogotá o porque el ELN no se decide o porque Van Gaal no le da la titularidad a Falcao?
Este tipo de protestas como fue la del ice-bucket-challenge hace algunos meses, no deja de ser una pose, una moda que como la espuma de la cerveza ya mañana bajará y será olvidada. Pero somos esnobistas, somos culiprontos y nos gusta unirnos a causas que nos hagan parecer muy globales.
Tenemos nuestras propias desdichas por las cuales marchar, protestar y hacer plantones. Simplemente hay que creer en el producto nacional…
Ademas esta pendiente la marcha por parte de los hombres para que le bajen un poco a las fotos de James en calzoncillos; es un producto nacional que arranca suspiros en nuestras esposas, que cuando lo ven se quedan calladas porque estamos cerca, pero es preocupante pensar en lo que ellas están pensando.
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Idiosincrasia que llaman, o, ¿retrochovinismo?
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