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Uno de los negocios promisorios de los centros urbanos colombianos parece ser abrir parqueaderos de motos. No es raro que en una sola cuadra se encuentren hasta cuatro de estos establecimientos, como si fuera una nueva forma de rebusque por el ambiente informal que hay en muchos de ellos.

El parque automotor en Colombia ha experimentado un crecimiento importante, en especial el de las motos, al pasar de 2,3 millones de unidades en 2007 a 7,7 millones en 2017 (57% del parque automor nacional). Una de las razones que hay para explicar esta situación es que muchos colombianos se están bajando del bus, y esta reducción va de la mano del incremento en la compra de motos.

El aumento de la cantidad de motocicletas en circulación tiene relación directa con el de parqueaderos, lo llamativo es que pareciera que cualquier lugar fuera apropiado para establecer uno, independiente de su espacio, de su infraestructura y de las condiciones para cumplir con esta función comercial. Desaparece un local comercial de ropa y es reemplazado por un parqueadero de motos, a los lotes de engorde se les viene dando el mismo uso. Incluso, hasta una vivienda vacía puede ser convertida en un parqueadero, y ni siquiera se toman el trabajo de ensanchar la puerta de acceso.

parqueaderomotos

Y como cualquier espacio es convertido en parqueadero, muchos de ellos sin licencia de funcionamiento, pues así mismo suelen ser los problemass en sus interiores: afectaciones en los pisos, daños en puertas y paredes, falta de iluminación y señalización en el acceso a la edificación, entre otras, lo que no garantiza la seguridad de los clientes.

Para montar un parqueadero no se requiere únicamente de un espacio donde arrumar motos, porque esa parece ser la lógica de muchos de estos sitios, que solo las amontonan, sin garantizar el cuidado y la seguridad de estas y de sus dueños.

Un parqueadero debe cumplir con especificaciones legales para funcionar con normalidad, como tener un área mínima de 150 metros cuadrados, licencia de construcción y uso del suelo, contar con una póliza de responsabilidad civil contractual y extracontractual, espacios mínimos de dos metros para el acceso, caseta de control y permisos de bomberos, entre otros.

Este crecimiento desordenado de parqueaderos para motos, a la vista de todos, incluso de las autoridades municipales, genera, una competencia desleal de precios para el parque automotor de motocicletas. Además, promueve un ambiente peligroso para los peatones, ante el constante cruce de motos que atraviesan los andenes.

No hay duda frente a la necesidad que hay de disponer de una cantidad suficiente de parqueaderos en las principales ciudades del país que responda al acelerado incremento de motos en circulación, sin embargo, esa necesidad no se puede suplir a costa de la calidad y de la seguridad de los dueños de los automotores, y mucho menos si se pasa por alto las mínimas normas de funcionamiento.

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