El panorama noticioso se vuelve a veces desesperante; y no porque no sucedan cosas extraordinarias, sino porque hay unos temas que no aportan nada nuevo pero parecen no tener punto final, y otros, que son realmente trascendentales, no se registran con el mismo ímpetu, tal vez porque no ameritan chismes ni suman likes. O si no que lo digan estos ejemplos:
1. ¿Qué tal el punto al que han llegado las peleas entre Santos y Uribe? Cada tuit, cada frase del uno y la respuesta del otro se vuelven titulares inmediatamente suceden. Y ya no hay nada sustancioso en esta relación, lo mismo de siempre: los hijos del uno, los del otro, que el Congreso, que la paz, que sí, que no, que dijo, que no dijo. Francamente creo que este país podría vivir sin tanta frase vacía para por fin centrarse en hechos reales y concretos y ver si finalmente Santos gasta más tiempo gobernando que pensando en qué más le va a responder a Uribe. Como dicen, que lo castigue de una vez con la indiferencia a ver si nos ocupamos de asuntos más importantes.
2. ¿Qué tal el despliegue de cada paso que da James? Sí, entiendo que es uno de los grandes futbolistas del momento, que es una figura, todo lo que quieran, pero casi todos los días hay un registro en los medios de si se sentó o caminó, detalles de sus músculos, de sus caras de bravo, de su sonrisa, si se va, si se queda, qué critican en España, que lo aplauden en Madrid. La verdad, no todo lo que se dice de él se centra en sus acciones como deportista y no necesariamente todo lo que hace es noticia, para la muestra un botón: el titular con la declaración del deportista en contra del aborto… mejor citarlo cuando hable de fútbol, digo yo.
3. ¿Qué tal cómo nos quieren vender la idea de que el despido de la profesora y escritora Carolina Sanín es un hecho de trascendencia diaria y nacional? Sí, es cierto que ella es una voz importante en cierto círculo social del país, es cierto que su historia se ha hecho muy popular en las redes sociales, es cierto que ha sido víctima de injusticias, pero de allí a que su caso simbolice la situación de los profesores de este país, los sinsabores de la educación o el único despido y el más importante en las universidades del país estamos muy lejos. Seguro que, si uno busca, encuentra muchos casos injustos y dolorosos de los maestros en este país, como todos los que enseñan en poblaciones alejadas y son amenazados, todos los que logran, en contra de la pobreza, trasmitirles conocimientos sobre temas distintos al mismo tiempo a niños de diferentes edades, como todos aquellos que encuentran su razón de ser en la educación y le apuestan a la enseñanza casi por encima de sí mismos.
4. ¿Qué tal el seguimiento y cubrimiento de todos los movimientos de J Balvin y Maluma? Es cierto que son famosos por lo que hacen, los quieren multitudes y sus apariciones no pasan inadvertidas, pero de allí a creer que cada respiro que hacen estos dos músicos es motivo de un titular resulta desagradable.
5. ¿Qué tal los minuto a minuto de las Kardashian que ni siquiera son colombianas como para pensar que podrían tener alguna relación con nosotros? De esto, francamente, no hay más qué decir.
6. Y por el lado de la omisión, ¿qué tal el mínimo seguimiento que tienen los asesinatos de líderes campesinos? El cronista José Navia lleva meses publicando en Facebook los horrores de lo que sucede en el Cauca, su tierra natal, y su voz parece a veces un monólogo. Nadie le pide cuentas al Gobierno, nadie les pregunta al presidente o a los ministros por estos hechos, nadie busca respuestas, nadie quiere saber qué pasa con ellos no vaya y sea que comiencen a hacerse reales los miedos que muchos tienen con la puesta en marcha del acuerdo de paz entre Santos y las Farc.
7. ¿Y qué tal la poca solidaridad con la violación de una menor de edad en un bus de servicio público en Antioquia? La víctima afirma que el abusador fue el conductor, pero claro, tal vez porque el hombre no se graduó del Gimnasio Moderno de Bogotá ni su familia trabaja en una firma de abogados valga la pena averiguar de quién se trata ni hacerle seguimiento a un depravado que anda por las calles de las ciudades transportando pasajeros al acecho de las niñas.
Yo tengo un trastorno bipolar, senadora Cabal, y lo escribo sin miedo al rechazo y al juicio porque todas las personas que tenemos una enfermedad mental merecemos un lugar digno en la sociedad y nadie debe usar nuestra condición para descalificar a otro ser humano como usted lo...
Muy cierto.
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Cierto
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tienes toda la razon me pereza hasta de opinar
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Fácil: Nos venden humo! Entre más nublada esté la vista, menos miramos al frente.
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Totalmente de acuerdo, Los diarios cada vez son mas abrumadores, sin contenido, falsos y sin una pizca de interes comun que tanto le have falta a la sociedad recibir informacion real, concreta, Importante y precisa!!!!
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Excelente, la felicito! A Uribe lo agrandan periodistas de la extrema derecha. Ojalá dejaran de hablar de el, de sus hijos y de sus congresistas y de las peleas con el Presidente Santos cuyo mayor pecado, para ellos, es defender la paz.
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Me alegra encontrar a una persona que dice lo que muchos sentimos y nos callamos: esa «mamera» de algunos -bastantes por desgracia- medios de comunicación que agarran una noticia como un perrito hambriento lame un hueso hasta que ya no tiene de dónde más sacarle algo. Muy buenos los ejemplos que encontramos en este blog: en este país no tenemos sino a Uribe y a Santos que sean noticia: los otros 45 millones y más con lo que hagamos o pensemos o digamos, valemos huevo; el pobre James, ya no le dejan quietos ni los calzoncillos con los que entrena o se acuesta; las modelos que ni siqiera son colombianas como si nuestras chicas no fueran más bonitas que algunas de esas caritas o carotas extranjeras; las mismas noticias tétricas: por favor señores periodistas: no refrieguen tanto esas violaciones de niños, esos secuestros, esos atracos cada dos minutos, esos actos de corrupción… tanto insistir nos produce úlcera que cualquier día se nos reventará si seguimos parándole bolas a tanta porquería social. ¿Cuándo aparece una noticia alegre, que nos dé ánimo para seguir adelante, que nos haga sentir orgullosos de ser colombianos y que, por lo mismo, nos anime a luchar más por este país: el esfuerzo de tantos científicos por encontrar cura a las múltiples enfermedades, el callado sacrificio de tantos hombres y mujeres que buscan mejor esta sociedad, el sudor de tantos maestros por lograr que nuestros niños aprendan a leer y a escribir lo menos mal posible… Sugiero: pidamos por referendo que en Colombia de diez noticieros, nueve den solo buenas noticias; pidamos que las noticias sobre todo las feas las den una sola vez, a la carrera; en cambio las buenas que nos las repitan acompañadas de música clásica suave como fondo de esas noticias…
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de acuerdo sra.
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Totalmente de acuerdo con Catalina, hay cosas que pareciera que a los «cacaos » de la prensa no les llama la atención, han preguntado que hacen de verdad los presidentes de los sindicatos,despues del decreto de salario mínimo, quien está detrás de la libertad de los implicados en la estafa del fondo Premium,Noticias muy secundarias para la gran prensa
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Así es Catalina. Los periodistas se han dedicado al chisme, cuando involucra a algún personaje, de lo que sea, menos a captar y difundir acontecimientos relevantes para la vida nacional. El sensacionalismo generado desde el escritorio, haciendo el mismo juego que las redes. Poco esfuerzo…
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