Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.
La participación de los internautas en la red da para todo: para bien y para mal, para comunicar, aprender y también para agredir impunemente. 2 hechos, casi simultáneos pero opuestos, nos invitan a reflexionar sobre el impacto de las tecnologías digitales en la vida social.
 
GRAVÁMENES EXCESIVOS
 
Un millón de personas firmó un manifiesto contra el cobro del canon que grava con 9 € cada escáner que funciones en los hogares, 15 € por copiadora con capacidad de reproducir hasta 29 copias/min. y 200,13 € por aquellas con capacidad de 50 o más copias/min.
 
Con el impuesto –señalan sus opositores-, se interpretan equivocadamente los adelantos tecnológicos, se lesionan los intereses de los usuarios particulares y se restringe la legítima competencia, al tiempo que se promueve el mercado negro y se afectan los derechos de los autores.
 
De acuerdo con la Ley de Propiedad Intelectual, el canon se cobraría por reproducción realizada, para uso privado exclusivamente, mediante “aparatos o instrumentos técnicos no tipográficos”, de libros o publicaciones impresas.
 
Un estudio sobre los usos y prácticas de las TIC en los hogares españoles señala que si bien el 38% de usuarios tiene en su casa un escáner o fotocopiadora, el 42% lo utiliza para reproducir documentos personales y el 29% para imprimir material bajado de Internet.
 
Así mismo, cerca del 40% de los propietarios de escáner o copiadora en el hogar reproduce material gráfico no incluido en libros o publicaciones protegidas por la normativa de propiedad intelectual y sólo el 16% copia material gráfico perteneciente a libros o publicaciones protegidas.
 
“No estamos contra el pago de los derechos”, aseguran los voceros del movimiento Todos contra el canon (al que pertenecen asociaciones de softwarelibre y agremiaciones de fabricantes de equipos electrónicos y de telecomunicaciones y profesionales, consumidores, músicos y creadores con derechos de copia protegidos). Su negativa va contra las cuantías y los mecanismos propuestos por las entidades gestoras del pago de derechos de autor.
 
AGRAVIOS DESCOMEDIDOS
 
Un amigo, periodista especializado en temas tecnológicos, me confesó su temor a publicar un blog y tener que recibir, sin rechistar, ataques y ofensas por parte de lectores intolerantes. – Comparto su recelo- le dije, -pero si de algo sirve, tenga en cuenta que el tema no atrae una audiencia numerosa y quizás por eso las críticas son escasas y ajustadas, casi siempre, al contenido-.
 
Con su intemperancia, algunos participantes en los foros virtuales pretenden dañar en vez de criticar, lacerar en lugar de señalar fallas y silenciar en vez de debatir. Es obvio que su incapacidad para elaborar críticas, inferir conceptos distintos y argumentar divergencias se desdobla en disparates y (a veces) en disparos con el cañón apuntando a la boca…
 
Por eso comprendo y respaldo la indignación y la tristeza de Daniel Samper Pizano al negarse a mantener el foro al pie de su columna en este diario. En su impecable trayectoria, Daniel se ha ganado enemigos poderosos que no han podido arrinconar su pluma ni oscurecer su lucidez. Esos bichos anónimos tampoco lo lograrán, simplemente se les cierra una ventana para evitar que sigan punzando con sus minúsculas agujas, la piel en donde tanto duele, en el recuerdo de nuestros seres queridos. 
 Que los investigadores de los ciber-comportamientos estudien esas manifestaciones (minoritarias y contrarias, por completo, al espíritu de libertad y respeto que impulsa a la mayor parte de los internautas) y que todos reflexionemos sobre el desenfreno verbal en otros foros como el Congreso, las oficinas presidenciales, las sedes de los partidos políticos, las emisoras, los estrados judiciales, los clubes de la plutocracia y las graderías deportivas, entre otros.

Compartir post